Llegar al centro de Bogotá desde cualquier punto de la ciudad puede ser una odisea; bien porque llueve, porque hay alguna manifestación o porque, sencillamente, es una de las zonas más concurridas de la ciudad. A este panorama debemos agregar la reciente medida tomada por el alcalde Mayor de la ciudad, Gustavo Petro, de peatonalizar la carrera Séptima, vía arterial de este sector y que conecta al centro con el norte de Bogotá.
“Yo al centro no me meto”, es la frase bandera de los taxistas que evitan a toda costa terminar inmersos en el caos de la zona. Ante la reticencia del gremio, algunos ciudadanos prefieren movilizarse hacia el centro en Transmilenio, transporte público o bicicleta. Ciudadanos como don Alfonso Ramírez, dueño de la Barbería Holandesa, contigua al ya desaparecido café “El Automático”, prefieren medios como TransMilenio por encima de los buses de transporte público.
Don Alfonso, quien vive en Madelena, dice que antes de TransMilenio llegar era más difícil. “Incluso ahora salen colectivos desde el barrio y me puedo ir sentado hasta el centro, pero tardan más, aproximadamente una hora. En Transmilenio tardo 40, 45 minutos, y es un poco más seguro, aunque ya me han robado a la entrada de la estación Madelena”, agrega Ramírez.
Pero dados los recientes disturbios y complicaciones dentro del Sistema TransMilenio, la ciudadanía ha vuelto a recurrir a los buses y ejecutivos del transporte público. Nury Cerón, habitante de Bosa y que trabaja en el centro, afirma que los buses siguen siendo su opción predilecta para desplazarse a esta zona, porque TransMilenio todavía no funciona cerca a su casa. Sin embargo, Nury denuncia que son muchas las dificultades para tomar bus durante la mañana. “Del sector donde vivo salen buses hacia el centro que van por la carrera Décima. El problema es que me puedo quedar esperando incluso una hora a que pase un bus no tan lleno y entonces lo que me toca hacer a veces es tomar dos buses y eso no es rentable”, agrega.
La misma situación la experimentan los ciudadanos que se desplazan desde el suroccidente de la ciudad. Diana Hernández, estudiante de la Universidad del Rosario que vive en el barrio Venecia, llega al centro gracias a los buses de Germania y carrera Décima. Sin embargo, si bien la estudiante prefiere los primeros por seguridad en la ruta y cercanía del recorrido a su punto de destino, a veces prefiere optar por los segundos porque suele haber más oferta. “Los de la carrera Décima pasan más seguido y no van tan llenos”, comenta Diana.
Pero si usted viene desde el norte de la ciudad, el asunto puede ser un poco menos problemático, al menos en materia de oferta de buses. La mayor parte de la demanda con destino al centro la ha copado TransMilenio, que sigue siendo la opción aparentemente más rápida para llegar. Esto ha liberado el número de pasajeros que recurre a los buses del transporte público. Las opciones desde el norte son los buses de Germania y Carrera Décima con destino al sur de la ciudad y la ruta de Sidauto. Ya hacia la calle 76, se suman los ejecutivos “Cra. Cuarta-Luis Ángel Arango”, con destino al 20 de julio y el Barrio San Blas, al sur de la ciudad.
Los buses que vienen del norte suelen estar en mejores condiciones respecto a los buses que llegan desde la zona sur, salvo aquellos que van por la carrera Décima. Los principales problemas, sin embargo, que reportan los ciudadanos que vienen desde el norte, son los trancones y la lentitud del recorrido. Pero hay algo más: algunos usuarios de transporte público, como Juliana López, denuncian el alto número de atracos en los buses de Germania después de las seis de la tarde.
La zona al parecer más privilegiada para llegar al centro de Bogotá es la occidental. Por ejemplo, si usted viene del Terminal de buses por el sector del Salitre, o del Aeropuerto El Dorado, por la calle 26, contará con las rutas de Germania y Carrera Cuarta, con buses más seguros y en mejor estado que los provenientes de otras zonas y con tiempos de desplazamiento un poco más rápidos. “Lo único malo desde algunas partes del Occidente de la ciudad es que los buses pasan más esporádicamente”, comenta Lina Betancourt, habitante del barrio El Salitre.
