Hace ya una semana que cesaron las revueltas juveniles que se centraron en Londres principalmente, pero el debate sobre cuáles causas incidieron en las asonadas sigue vivo. El racismo, el desempleo y el consumismo son evidentes para los analistas. Otras, como el uso de las redes sociales, la dependencia del Estado o la ausencia del núcleo familiar, hacen parte de las hipótesis que manejan los investigadores.
Mark Duggan: el detonante
El joven Mark Duggan de 29 años de edad y perteneciente a la comunidad afro-británica falleció el jueves 4 de agosto, luego de recibir dos disparos por parte de la policía en Tottenham. La BBC informó que La Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC) descartó la posibilidad de que todo se tratara de un tiroteo entre los uniformados y el hombre. A raíz de ésta situación un grupo de jóvenes exaltados decidió acudir a la estación de Tottenham e iniciar una protesta que se expandió a la mayoría de barrios londinenses.
El diario El País de España mencionó que todo obedecía a la “Operación Tridente” que busca que las zonas marginadas de Londres vivan en paz. De ser así, pues ningún medio ha publicado el resultado final de las investigaciones, Duggan no portaba un arma de modo ilegal, lo que excusa el comportamiento de quienes protestaron frente a la estación de policía. Pero, ¿por qué se expandió el fenómeno a otros lugares o ciudades?
El corresponsal en Londres del diario El País de España, Walter Oppenheimer, analizó en su reportaje “Semana de Furia”, factores como el Estado de Bienestar, la cultura popular, el racismo, la poca unión familiar y el comportamiento de masas. Cada uno de éstos influyó para que los disturbios pasaran de Londres a Birminghan, a Bristol y luego a Liverpool, dejando un saldo de 300 heridos y 1500 detenidos, 500 con cargos, informó, The Guardian.
En su artículo incluyó la posición del profesor John Brewer, presidente de la Asociación Sociológica Británica, sobre cómo el comportamiento de las masas, a veces, no exige una razón para actuar como lo hizo ese grupo de ciudadanos ingleses. “Las dinámicas de una muchedumbre se imponen y la gente pierde su identidad”, señaló.
Es el caso de Natasha Reid, una joven de 24 años que robó un televisor sólo porque en Edmonton, el sector donde reside, robaron uno. Según el corresponsal Oppenheimer, Natasha no es una joven que pase dificultades económicas. Ella misma se preguntó por qué lo hizo y terminó entregándose a la policía.
“Hacen lo que hacen porque están aburridos y así se divierten”, señala el mismo corresponsal. Debe haber una razón para explicar la expansión del fenómeno en tan pocos días y puede que sea ésta. Hay que recordar que el conflicto comenzó en Tottenham, pero se dispersó rápidamente en otros barrios londinenses como: Wood Green el sábado, Enfield, Islington y Brixton el domingo. El lunes y martes, Croydon fue epicentro de los enfrentamientos, donde además murió un hombre en una balacera, según AFP.
Después del 8 de agosto el desorden se trasladó a Birmingham. Allí perdieron la vida tres asiáticos tras ser atropellados por un coche. Manchester, Wolverhampton y Nothingham fueron tres ciudades importantes que también resultaron afectadas, según AFP. El reportaje del domingo de El Tiempo en Colombia titulado: “Londres: más que un problema de vandalismo”, señaló que las pérdidas son de 180 millones de libras.
La posición de Gobierno y padres de familia
Ante la complicada situación que se presentó en el país, el Primer Ministro, David Cameron, tuvo que aplazar el resto de sus vacaciones en Italia para el próximo verano. Desde el momento de su llegada dio instrucciones a la policía para que usara balas de goma y cañones de agua. La indignación del momento lo llevo a decir lo siguiente: “Vemos chicos de 12 o 13 años saqueando y riéndose. El problema es una falta total de responsabilidad, una falta de moral y de educación adecuada. Estamos ante gente enferma”, informó el portal Colectivos sociedad.
Una de las causas por las que se desarrollaron los choques entre adolescentes y la policía fue la falta de atención por parte de los padres. “Los niños británicos tienen más posibilidades de tener un televisor en su habitación que un padre viviendo en casa. Un tercio de ellos nunca han comido con otro miembro de su familia en la casa familiar”, según el diario El País de España. “Los padres dejan todo en manos del Estado. Si bien, el costo de la formación escolar y universitaria (80.000 dólares por persona) es asumida por el Estado, los valores y la buena educación sólo se aprenden en casa”, agregó el diario.
Tottenham: protestas semejantes en al año 1985
En el mes de octubre de 1985 la muerte de Cynthia Jarret, cabeza de hogar y afro-inglesa, fue el detonante que movilizó a cientos de jóvenes de suburbios londinenses. La mujer que pesaba 120 kilos y sufría de presión arterial alta, según versiones de personas cercanas a ella fue agredida por un miembro de la policía, pero los resultados de la autopsia demostraron que falleció por un ataque cardiaco, según información de archivo del diario El País.
Aunque los disturbios de Tottenham en 1985 no trascendieron tanto como los de la semana anterior, el racismo y el desempleo persisten actualmente. El pensamiento ideológico –trotskista por esos días– es el elemento que marca la diferencia entre las dos revueltas, según el diario El País. La falta de expresiones de protesta traducidas en carteles o arengas demuestra la carencia de ideología. Sin embargo, el uso de walkie Talkies en 1985 como medio para reunir a las personas es similar a la función que desempeñó el Blackberry en esta ocasión.
¿Usos inadecuados del Blackberry?
Según informe oficial de la policía, las tecnologías y las redes sociales ayudaron a los jóvenes a cometer actos al margen de la ley más que a solucionarlos, informó la BBC. Se exceptúa el caso de un joven de 19 años que publicó fotos en Twitter vistiendo prendas hurtadas, lo que permitió a las autoridades detenerlo fácilmente, señaló, The Guardian.
Los jóvenes ingleses aprovecharon la aplicación Blackberry Messenger para comunicarse entre ellos y señalar los lugares que pretendían saquear. A diferencia del Twitter, los mensajes en esta aplicación no son de carácter público, informó la BBC y adicionalmente advirtió que las empresas de telecomunicaciones –como Research in motion– estaban prestas a colaborar a las autoridades en lo que estuviera a su alcance. Chris Greer, profesor de sociología y criminología en la Universidad de Londres fue citado por la BBC para analizar el “radio de alcance” que tienen los Blackberry. Considera que Blackberry Messenger sí ayudó a los jóvenes que intervinieron en las protestas y que al final de la semana fueron detenidos.
España, Israel y Chile
El contexto de las protestas en otros países no es muy diferente del marco que presentó Londres. Las revueltas en España comenzaron el 15 de mayo de 2011, y desde entonces, es un ir y venir de marchas en plazas importantes. En el análisis que hizo el escritor Sergio Álvarez desde Barcelona para El Tiempo, se concluye que las arengas de los jóvenes españoles son inofensivas, pues hay una desorientación general entre ellos. Desconocen los conceptos económicos y sólo aguardan a que todo vuelva a la normalidad, o que “Europa siga generando riqueza y logre mantener unas clases medias acomodadas”.
A diferencia de Inglaterra, el pueblo español no hace uso de la violencia. Simplemente grita: “no podemos bajarnos los pantalones y apretarnos el cinturón al tiempo”, además de usar pitos y tambores. Según algunas madres éste fenómeno es pasajero. Los muchachos no pueden cubrir los gastos que implica vivir solos y pronto volverán a casa, informó El Tiempo.
Otro caso es en Chile, donde hace dos meses los estudiantes empezaron a reclamar por una reforma al sistema de educación que desea instaurar el gobierno de Sebastián Piñera. Igual que en Inglaterra, el uso de la violencia ha sido constante, pero con una variante: quienes la ejercen son los miembros de la fuerza pública, según información de Reuters para el diario El Tiempo.
El caso de Israel es inédito y es inspirado en las protestas que organiza el 15-M (Movimiento de indignados en España). Inició el 14 de julio y en la marcha realizada el 6 de agosto asistieron 250 mil personas de ciudades como Tel Aviv y Jerusalén, informó El Tiempo. Protestan por las desigualdades en los niveles de vida. Si bien estas protestas no difieren en cuanto al protagonismo de la juventud, según el análisis del columnista del diario El Tiempo, Óscar Collazos, cada una de ellas tienen causas diferentes. “El primer error fue pensar que se trataba de un coletazo de los indignados”, señala el periodista. Al parecer, dice él, los disturbios en Londres fueron el producto de lo que viven actualmente los jóvenes ingleses, quienes son espectadores y víctimas del consumismo, y el derroche de riqueza impuestos de los que unos pueden disfrutar y otros son excluidos.
Ante éstas circunstancias los jóvenes no se detienen a pensar y mucho menos a analizar, sino que desfogan su ira reprimida y arremeten contra todo para demostrar su “malestar de no pertenecer a nada: país, sociedad o familia”, concluye Collazos.