El pasado 4, 5 y 6 de marzo se llevó a cabo la tercera jornada de recolección de donaciones, organizada por el grupo animalista de la Universidad del Rosario, AnimalUr . El grupo creado en el 2014, tiene como propósito concientizar a la comunidad rosarista sobre el buen trato hacia los animales y, a la vez, realizar intervención directa sobre estos o fundaciones que necesiten ayuda urgente. ¿Hacia dónde están siendo dirigidas estas donaciones?
En entrevista con Plaza Capital, la fundadora del grupo, María Alejandra Mariño, egresada y profesora de la Universidad del Rosario, afirmó que las donaciones recogidas en estas jornadas son destinadas a algunos casos particulares de animales en mal estado de salud, a la fundación San Roque Lucila Carmona ubicada en el municipio Subachoque, entre otras organizaciones.
María Alejandra señaló también que con el grupo convocan a los estudiantes a las entregas: “los invitamos a ir con nosotros y realizamos un registro fotográfico que está publicado en la página”. Asegura que esto decidió realizarse debido a que no desean que hayan mal entendidos respecto a cómo se está empleando el dinero y otros recursos que son donados.
Por su parte, Ana María Granados, integrante de la Fundación San Roque Lucila Carmona, afirmó que “las colectas que han hecho los chicos de AnimalUr en la universidad han ido direccionadas hacia nuestra fundación ¿qué hacen los muchachos? Ellos hacen la respectiva jornada y el siguiente domingo van con la profesora María Alejandra con las donaciones y las llevan a nuestra fundación.”
Sin embargo, aunque haya organizaciones como AnimalUr dispuestas a colaborar, la situación para este tipo de fundaciones sin ánimo de lucro puede llegar a ser en ocasiones muy compleja. Creada hace dos años ante la Cámara de Comercio, la fundación alberga en estos momentos a más de 110 perros que necesitan de alimentos, medicina, techo y veterinarios, por lo cual, expresa Ana María, “cualquier ayuda es beneficiosa.”
Ana María afirma que AnimalUr desempeña un papel fundamental para su organización, no solo gracias a que se está intentando crear un vínculo con los estudiantes de la comunidad rosarista para que se animen a hacer una labor de voluntariado, sino porque también ha ayudado a que muchos de los estudiantes de la universidad “apadrinen” algunos perros, lo cual significa un apoyo económico para la fundación.