Old John: “tómese un chorro, no sea mala leche”

Viernes, 21 Octubre 2016 06:29
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No es muy claro qué es el Old John. Se dice que es un aperitivo. No es en vano que exista una vieja leyenda que recita: cada botella de Old John es una caja de sorpresas, todas saben distinto.

Oldjohn|||| Oldjohn|||| Foto: Nicolás Rudas||||
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Old John. El whisky barato que se está tomando la juventud capitalina pero que, gracias a terceros, se ha hecho de una dudosa reputación.

Se dice que es un aperitivo. Así es como son conocidos los tragos baratos en Colombia. “Acá, se le dice aperitivo a los licores que no se sabe a categoría pertenecen” asegura Catalina Rugeles, una sommelier experta en vinos y licores con preparación en Wine & Spirit Education Trust. Eso sí es seguro, no es muy claro qué es el Old John. No es en vano que exista una vieja leyenda que recita: cada botella de Old John es una caja de sorpresas, todas saben distinto.

Las primeras copas entran fácil… No son como el “guaro”. ¿Quién diría que esto es whisky? Ni una pizca de parecido tiene con el escocés en las rocas que se toman los ejecutivos cuando el estrés los invade en la oficina. No es un trago para guardar en la cava personal. Se toma de una. En vasos no, en copitas plásticas. El despreocupado lo hace “pico botella”.

Según Catalina, “un whisky va muy bien para acompañar un momento de lectura, fumar un tabaco o durante una conversación. El whisky no exalta los ánimos, más bien los disminuye. No quiere decir que no se pueda usar en la rumba, pero esas son las situaciones adecuadas”.

Es seguro que con una mano se cuentan los que amenizan un libro con un Old John y algunos cubos de hielo. Muchos menos, los que se fuman un tabaco. El Old John es de la calle: Para una conversación… Pero con los amigos. En un parque, sentados al borde de un andén. ¿Un tabaco?.. Más bien un “Peche”. Como dice la canción, tan coreada cada vez que se abre una botella: “Old John, con Peche. Reciba un chorro, no sea mala leche”.

La industria colombiana de licores es muy amplia. Produce toda clase de tragos. Vendidos a toda clase de precios. En toda clase de sitios. Las licoreras son departamentales. Por eso, cada región toma distinto. Cundinamarca, por ejemplo, privilegia el consumo de Aguardiente Néctar y Ron Santa Fe. En Antioquia, el Aguardiente Antioqueño y el Ron Medellín. Esta diferenciación regional no aplica para la fabricación de whisky porque “en Colombia no se produce whisky. Se puede, pero no en las condiciones correctas. No hay nada que lo impida, pero como no hay estándares de calidad, no podríamos ser calificados internacionalmente como productores de whisky”, afirma Catalina.

Si en Colombia no se produce whisky en las condiciones en que es reconocido internacionalmente, ¿qué es entonces el Old John?.. Los consumidores de Old John no saben muy bien cuál es su origen. Muchos lo ligan con la Universidad Nacional. Incluso, se dice que lo embotellan allá. Esto no ahuyenta a sus consumidores. Siempre que haya hígados inmunes al John, habrá tiendas rebosantes de él. No se preocupe, hay “Viejo John” para rato.

Es tolimense, de Ibagué exactamente, pero lo beben en casi todo el país. Es difícil saber cuál es su principal atractivo. ¿El sabor o el precio? Como buen trago económico, es más desabrido y aguado que su equivalente comercial.  Vincoca LTDA (Vinos Colombianos de Calidad Ltda) es su fabricante. Una empresa familiar con unos 20 años de experiencia que ya se abre campo por las tiendas de todo el país. Este whisky se convirtió en su producto abanderado. Su nombre se debe a John Jairo, sobrino del fundador de la empresa, el señor Campo Elías. Él, el verdadero “Viejo John”, se desempeña actualmente como el gerente comercial de Vincoca Ltda.

Imagen tomada de Whisky Old John: https://www.facebook.com/WhiskyOLDJOHN012608.com.co/?fref=ts

Este whisky no tiene escrúpulos, modales o métodos. La primera copa sabe a viernes, cuando las “vacas” empiezan a gestarse. Uno por uno, los billetes de mil y dos mil se posan en la mano del que va a comprar el “chorro”. Cuando el billete es de mayor denominación, hay que entregar vueltas. Por eso, los que ya no tienen plata y colaboran con moneditas, son los primeros en entregar su cuota. Los más arriesgados aceptan recibir el cambio después de comprar el trago. Cuando nadie, ni siquiera quien organizó y compró la botella, entiende las cuentas que se hicieron para reunir las diez “lucas” del Old John.

Algunos no se dan la oportunidad de degustarlo. Sólo el precio les parece repulsivo. Sin embargo, según John, “este whisky siempre ha buscado ser consumido por el joven, el estudiante, el que hace la vaca, el rapero o el grafitero. Fabricamos y hacemos productos para el público popular. Por eso nuestros precios nunca suben. O intentamos mantenerlos más bajos que los del  mercado”. Tal vez por esto su precio es lo más atractivo. Más ahora que el “corrientazo”, las copias, el transporte, la estadía y, sobre todo, la matrícula eliminan por completo el presupuesto de ocio y recreación de muchos universitarios.

El objetivo está muy claro para Vincoca. Sin duda, lo han logrado. Muy seguramente, cuando se toma Old John, no se hace porque se prefiera en lugar del Grants o el Old Parr. Con lo que se compra una botella de cualquier whisky comercial se compran cuatro o cinco de Old John. No hay espacio para elegir un licor sabroso. ¡Se toma trago barato, pero bueno!

Llegando a la décima copa, por la mitad de la botella,  ya se empieza a sentir el rigor típico de los tragos populares colombianos. Rigor que se define en una palabra: engañoso. Ante la ausencia de ese ardor en la garganta que causa el alcohol, es más difícil percatarse de los primeros síntomas de la embriaguez. De ahí que no sea recomendable tomarlo sentado…

Whisky Lord es una empresa que, a través de la venta y promoción de información, se dedica a promover la cultura del whisky en Colombia.  Para ellos, lo primordial en un whisky es la materia prima: los cereales, los granos o las maltas. Otra cosa es el agua, ¿de cuál manantial viene? Y, no hay que olvidar el tiempo y barril de añejamiento. Pero, lo más importante es que le guste a  uno.

¿Manantial?.. No es muy seguro con agua de cuál se alimenta la fabricación del Old John. Debe ser de uno muy puro, porque rico sí sabe. Además, puede que se esté yendo la mano en la cantidad de agua que se agrega a la mezcla. Si un grupo de universitarios probaran, por primera vez y a ojo cerrado, una copa de Old John, las reacciones serían muy similares. Harían un gesto arrugando la nariz o no harían nada, como si hubieran tomado agua. Todos coincidirían con que sabe a aguardiente rendido. Concordando con el sommelier que criticó este licor en un artículo de Vice llamado “Invitamos a un sommelier a probar los tragos más chirris de Colombia”.

Ese es el adjetivo que se le ha asignado al Old John, el trago chirri. Lo que está hasta el final en la cadena jerárquica de los tragos. Lo más barato, por ende, feo y hasta tóxico. Lo toman sólo los degenerados, vagos y desocupados, los chirris. Nunca falta quien lo define como un una bebida adulterada. Paradójicamente, esa es sólo la realidad capitalina. Por ejemplo, “en Ibagué tiene un perfil distinto. El producto sí es popular. Pero dentro de los populares bien. Bueno, bonito y barato. En Bogotá, el Old John es visto como el chorro. El producto que, si ya no te alcanzó, compras. Por eso, el precio está muy caído. No tenemos margen para campañas y pautas publicitarias. Hubiéramos podido hacer una estrategia para subirle la imagen. Pero, ¿qué sacamos con un Old John en un Mercedes Benz? Ya le llegamos al público que necesitamos. Las cosas como realmente son. El whisky de consumo popular” según palabras de John.

Normalmente, el producto se adquiere en botella de vidrio o plástico. Con distintos precios, pero nunca mayor a trece mil pesos. Lo venden por medias y botellas completas, según la capacidad del cliente. Lo más común es verlo embotellado en vidrio. Para algunos, se ve más chirri en plástico. Tienen razón, no es normal para la vista un licor en envase plástico, como si fuera una gaseosa. Mucho menos si es whisky: un trago fino, europeo, para tomar en vaso y en eventos importantes. Sin embargo, el Old John es popular. El plástico no favorece  la imagen del producto, pero sí el bolsillo del consumidor.

Lo preocupante aquí es el hecho de que Vincoca desde hace algunos años produce Old John en botella de plástico. Sí, así se vea chirri. Las razones, según John, son muy sencillas: es más barato, es ecológico y una botella de plástico no puede ser un arma. He aquí la respuesta a la antigua leyenda urbana: todas las botellas saben distinto porque únicamente la de plástico es Old John. Sólo Dios sabrá que hay en las botellas de vidrio. También, es esta la razón por la que John asegura que este whisky tiene una mala imagen. “Esto es como la Coca Cola, o todas las marcas. Siempre hablan mal o bien, pero, por lo menos hablan”, concluye.

Imagen tomada de Whisky Old John: <a href="https://www.facebook.com/WhiskyOLDJOHN012608.com.co/?fref=ts">https://www.facebook.com/WhiskyOLDJOHN012608.com.co/?fref=ts

La calle 13 con carrera 18, cerca de La Plaza España, se ha convertido en la meca de la venta de licores en Bogotá. Allí, el Old John comparte vitrina con los más costosos y reconocidos whiskys de Colombia y el mundo. Sin embargo, nadie se atreve a declarar sobre el Old John. La razón es muy sencilla. Casi todos los vendedores ofrecen Old John en botella de vidrio. Pocos son los locales en donde el plástico aparece.

El precio común en botella de vidrio se reduce a cinco mil. Curiosamente, entre más pequeño e informal sea el local, es más probable que vendan Old John. Eso sí, en botella de vidrio. En uno de los locales vecinos del Centro Comercial Plaza España afirmaron: “yo nunca doy información de nada. De hecho, por aquí nadie le va  ayudar. Pero sí tengo Old John. Vale cinco mil la botella” Después, ante la aprobación para que lo trajera, se dirigió a la parte de atrás de su local, habló con alguien y lo trajo.

Paralelamente, en un local donde venden la botella plástica, el Old John se exhibe en la primera vitrina. Con varias botellas: medias y completas. A su lado reposa el Aperitivo Vincoca, también reconocido producto de Vincoca. El precio común es de es de siete mil pesos. Allí, tampoco quisieron dar declaraciones. Esta vez con la excusa de mucho trabajo y poco tiempo, excusa que seguramente sí es cierta.

Sebastián Giraldo sommelier encargado del artículo en la revista Vice aseguró que: “el whisky es una bebida destilada. Lo que quiere decir que mínimo tiene veinte o veinticinco grados de alcohol. Pero, el porcentaje de alcohol no tiene que ver con el precio. Lo que determina el precio es la materia prima. Es decir, el grano con el que se hace. Y el tiempo de añejamiento”

Según John, Vincoca adquiere las maltas a las licoreras departamentales. Estas ya están añejadas, más o menos tres años. Pues, debido a la capacidad de la empresa, aun no pueden tener cavas de añejamiento. Por ende, Old John, aunque no lo crean, sí se añeja. Su edad no es sólo el tiempo que dura en la nevera o repisa de la tienda. “La edad que se le pone a los whiskys no es el tiempo que el contenido de la botella lleva en un barril. Todos los whiskys comerciales son mezclas. Por ejemplo, en una parcela de whisky de cebada se hacen varios tipos o barricas. Después, se mezclan.  Los años determinan la edad del whisky más joven en la mezcla del contenido de la botella” mencionó Sebastián.

Cuando sólo queda el cuncho en la base de la botella ya se grita “no tomamos guaro, no tomamos rones. Tomamos Old John, como toman los varones". Así recita la popular canción “el punk del Old John”. Los Balde Boys, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional y la Santo Tomás que decidieron empezar a hacer música con palos, botellas y baldes, sin quererlo, compusieron el himno de este trago. Justo antes de destapar cada botella se entona. Como si hiciera parte de un ritual dionisiaco para rendir tributo a la embriaguez.

Eduardo Moderadamente, como se le conoce en el medio, es uno de los integrantes de Los Balde Boys. “El punk del Old John es una de las primeras canciones. Nace precisamente narrando el amor que surgió por el Old John, que es una bebida para estudiantes por excelencia. Además, es una delicia” dijo. La banda se ha hecho popular por su novedosa propuesta. En Youtube, el punk del Old John acumula más de 200mil visitas, lo que los ha llevado a presentarse en La Universidad Nacional y La Plaza de Bolívar.

Old John, en parte gracias a esta canción, es un licor muy común en la comunidad Punk y distinto movimientos urbanos. Por lo menos en Bogotá, Vincoca logró su cometido. Conquistó al público popular, al que hace la vaca. Al rapero, al punky o al universitario. Al que quiere tomar bueno y, primordialmente, barato. Como dijo John: “no nos interesa la niña de tacones. Nos interesa la que usa gorra plana. La que se quiere foguear con algo diferente” El que compra Old John, cuando ve la botella, naturalmente piensa “vamos a tomarla, vamos a beberla. Vamos a emborracharnos en la plena yeka”.

Eduardo, personalmente, piensa: “De los tragos chirris, este es el mejorcito. Es el trago por excelencia de la banda. Siempre que tocamos por ahí en el Centro, nos vamos a buscar un Johnsito” Para él, describir el sabor del Old John es difícil, como lo es para cualquiera. Pero, muy objetivamente, en tres líneas logró describir las sensaciones de muchos amigos de este trago: “el sabor depende del clima de la botella. Si está fría, el primer trago se pasa con alguna dificultad. Deja un buqué medio a whisky y medio a porquería. Si está al clima, es más porquería que whisky. Y, si uno está borracho, entra como agüita”

Si bien el Old John es barato y, para algunos, de dudosa procedencia, no cabe duda de que es un trago serio. Hecho en una empresa 100% colombiana, 100% familiar, lo que asegura el ingrediente más importante, el amor. Pues es este el sentimiento que despierta en quienes, dejando los prejuicios a un lado, lo toman.

El Old John, chiveado y original, se sigue vendiendo por montones. Su aceptación está polarizada, como la búsqueda de la paz en Colombia. Unos sí, otros no. Ambas fracciones muy parejas. Algunos simplemente se abstienen de opinar y se conforman. Tristemente, el no triunfa. Los que no ponen para la vaca aún son más. Pero, como en todo, al final del túnel se ve la luz. Porque, como aseguró Eduardo: “el dueño de Vincoca nos invitó a grabar el video de la canción en las instalaciones. De ahí surgió una idea: El Festival de Los Balde Boys, el Festival Interdepartamental del Old John. La idea es que se haga el otro año, por ahí en Febrero”