El pasado 30 octubre se celebró la segunda vuelta presidencial en Brasil. Jair Bolsonaro, el actual presidente y una de las figuras extrema derecha en ese país, se enfrentó contra Luiz Lula da Silva, ex presidente de izquierda progresista, quien se llevó la victoria y aseguró su tercer mandato con una diferencia de dos millones de votos.
Aproximadamente 124 millones de personas ejercieron su derecho al voto. 60.345.999 de personas eligieron a Lula como su nuevo presidente, mientras que 58.206.354 votaron por Bolsonaro. 3.930.765 fueron votos nulos y el voto en blanco llegó a 1.769.678.
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Plaza Capital conversó con Christian Chacón -profesor y magister en Estudios Políticos de la Universidad Nacional de Colombia-, quien explicó el contexto político que atravesó Brasil en estas elecciones, los factores de la victoria de Lula y lo que significa este triunfo para América Latina y Colombia.
¿En qué contexto se desarrollaron estas estas elecciones presidenciales?
El país viene de un proceso de pérdida o descomposición democrática. Parten de unos gobiernos interinos que se dieron con la salida de Dilma Rousseff, posteriormente con Michel Temer. Se dio un ejercicio de desinstitucionalización que se profundizó con la llegada de Jair Bolsonaro, que justamente entró en unas disputas muy fuertes con la burocracia estatal, incluso con sus propios ministros, por la imposición de esta perspectiva bolsonarista muy articulada a la respuesta que quería darle a su electorado, que esperaba ver a este tomador de decisiones, soluciones y que intenta dar gusto al electorado.
¿Qué factores fueron determinantes para el triunfo de Lula, a pesar de que recientemente atravesó tantos problemas legales por presunta corrupción e irregularidades en sus dos últimos gobiernos?
La pandemia del Covid-19 y la gestión que hizo Bolsonaro con esta fue un punto determinante, porque lo que se encontraron los brasileros fue una falta de respuesta institucional. La gente evidentemente escoge al gobierno, va a las elecciones, elige candidatos y lo hace para que ellos resuelvan problemas, para que tengan soluciones y atiendan a las necesidades de la población. Pero lo sucedido en la pandemia llevó justamente a ver una incapacidad institucional gigantesca. Por ejemplo, en el tema de vacunación tuvo una disputa con el alcalde de Sao Paulo. Esas tensiones llevaron a que la gente empezara a encontrar una figura más retórica que realmente una figura política con respuestas y alternativas políticas. Esos son elementos iniciales muy importantes que llevan a que cualquier candidato que se enfrentará a Bolsonaro debiera tener una trayectoria y una experiencia en atender asuntos fundamentales.
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¿De qué manera puede influir la victoria electoral de Lula en los procesos de integración regional de América Latina?
La llegada de Lula puede ser un aliciente importante para la construcción de nuevos espacios de conservación los espacios que había dejado articulados Brasil, como el caso puntual de UNASUR, que era un espacio de diálogo político, en materia de seguridad y diplomacia suramericana. Este fue liderado por Brasil, abanderado por Lula. Evidentemente también era un espacio de proyección regional importante y de respaldo a un plan brasilero. Puede haber una gran oportunidad en este momento para que la integración latinoamericana vuelva a encontrar estos foros de negociación y vuelva a tomar la fuerza que tuvo.
¿Qué beneficios o proyectos en común podría compartir Colombia con este nuevo gobierno de Brasil?
El tema del cambio climático fue una bandera para Lula, evidentemente también en respuesta al negacionismo y a esta visión muy contraria por parte de Bolsonaro. Aparte también la región del Amazonas y el narcotráfico. Esos pueden ser proyectos muy importantes, incluyendo una agenda económica. Hay que reconstruir el aparato productivo brasilero, el cual quedó desquebrajado ante la pérdida de participación del Estado en distintas empresas de proyección regional. Es probable que con la llegada de Lula contribuya a la reactivación del Estado como un actor económico importante, para que lleve a acuerdos comerciales y económicos entre las inversiones que ya existían hace tiempo. Por ejemplo, en algunos temas de transporte en Bogotá y el tema energético con Petrobras. Para Colombia, la posibilidad de entrar a un mercado como el brasilero puede ser un elemento importante respecto a la industrialización que tiene también en mente el presidente Gustavo Petro.
