Las consecuencias del turismo sexual en las costas de Taganga en Santa Marta

Domingo, 14 Marzo 2021 09:35
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Una comunidad de israelíes, asentados en Santa Marta, corregimiento de Taganga, ha creado empresas de turismo, hoteles y hostales para convertirlos en lugar de encuentro de turismo sexual. Taganga, que goza de una de las bahías llenas de biodiversidad, playas, artesanía y turismo en Colombia, ha pacedido una red de explotación sexual, ocasionada por delincuentes extranjeros, que durante años, perjudicaron a la comunidad perteneciente al corregimiento de Taganga.

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Esta red ilegal ha afectado a los trabajadores de la zona quienes se encargan del trabajo de pesca, y de las costumbres y de la diversidad turística de los pescadores, ya que una comunidad israelí ha obstruido los ingresos de la comunidad de Taganga. No obstante, las personas del común, al observar sus acciones recurrentes, optaron por una posición de quejumbre y temor en su propio entorno, debido a que los israelíes, con una actitud agresiva ante la comunidad, discriminaba y rechazaba a los naturales del lugar.

La infraestructura de las playas estaba repleta de grandes fiestas lujosas. David Cuesta, uno de los pescadores de la localidad, cuenta:

¨Yo me levantaba a las 5:00am a pescar y a darles a mis hijos de qué comer, desde esa hora empieza mi labor, y créeme que sufría mucho porque aquí padecemos de muchas cosas, a veces no se pesca y no se encuentra nada, pero era bastante cruel cuando ya empezaban las 5 de la tarde y nos tocaba encerrarnos porque esa gente que mejor ni voy a mencionar, se paseaba por todos lados armados y eso no se compara con los fines de semana, mis hijos no tenían tranquilidad, nadie aquí la tenía, además nos trataban mal, cuando se ponían denuncias, venían y desbarataban este lugar¨. Estas son las palabras de un padre, trabajador y testigo de las luchas persistentes dentro de esta crisis social.

 

Una red creada por una comunidad israelí en Taganga

Esta red fue edificada y liderada por Assi Moosh, uno de los más poderosos, peligrosos y buscados israelíes en el corregimiento de Taganga, junto a otros diez israelíes y dos colombianos identificados por la Fiscalía General de la Nación, basándose en una estructura y organización criminal, quienes se encargan de la compra y venta de hoteles y hostales, dentro del entorno cultural. Sin embargo, la Interpol indica que están a la búsqueda de nuevas tierras para adoptar su mercado ilícito de explotación, donde proyectan la construcción de bares, portaciones de armas y tráfico, que conllevan disturbios en la costa Caribe.

Las mujeres menores de edad son las más perjudicadas, son forzadas y llevadas a bares de prostitución, principalmente esta estrategia consiste en observar su vulnerabilidad y partiendo de allí brindarles una estadía en hoteles y hostales con paquetes incluidos de acceso a todos estos. En su parte inferior traía consigo paquetes adicionales de sexo y droga, encaminado al alto índice de contagios por exposición sexual. El 24 de noviembre del 2017, la oficina de Migración-Colombia expulsó del país a seis israelíes y dos colombianos que pertenecían a esta red. Se les impuso una restricción de diez años para pasar suelos colombianos. Meses más tarde, durante un operativo, fueron capturados dos de los implicados en este mercado, los cargos mayoritarios radicaron en ´enriquecimiento ilícito, homicidio agravado, concierto para delinquir, turismo sexual y prostitución¨. Sin embargo, el paradero de Moosh era desconocido, junto al paradero de los restantes culpables.

En el 2018, la Fiscalía emite la orden de arresto contra Moosh, quien se encontraba en una fiesta considerado como amenaza para la seguridad nacional, con cargos gravemente contundentes, proxenetismo con menores de edad, turismo sexual y porte de estupefacientes, entre otros. A los que respondió con el impuesto de una tutela por lazos familiares colombianos, pidiendo la extradición colombiana. Pero esta fue negada. Esto causó el fin de la estadía de los coautores intelectuales del territorio Taganguero quienes impusieron sus leyes fuera de su país natal, que dejaron comunicados con los mensajes de ¨prometemos regresar¨. 

 

El hotel Benjamín

¨El hotel Benjamín¨ se encontraba en la mitad de la playa, con lujosas estadías y visualmente a grandes escalas con parámetros únicos. Era la fachada perfecta para radicar y trabajar en su red de tráfico, se encontraba valorado y respondía por todos los documentos en estabilidad cuando se contaba con la presencia de las autoridades en búsqueda de información y arresto. Las personas quienes lideraban dicho hotel se encontraban a la disposición de, una vez que radicaban las autoridades, volver a iniciar la fiesta, donde primaba la prostitución, enfermedades y drogas. Según Jesús Barros, radicado en la ciudad de Santa Marta y participante de dichos eventos expresa sus más sinceros asombros:

¨La primera vez que fui, no lo pude creer, acompañé a mis amigos y cuando llegamos, me encuentro con que hay lugares en los que está prohibido la droga, pero lo que las personas no saben, son los lugares clandestinos que hay dentro de Taganga y allí obviamente hacen libremente lo que quieran hacer. Hace como 5 años atrás dentro del Hotel Benjamín había mucha prostitución y eso era horrible, y yo lo sé porque en ese entorno era el boom del momento, muchas veces la policía llegaba, pero nunca encontraba nada, yo nunca fui hasta el hotel, simplemente me gustaban las fiestas de Taganga, pero realmente era impactante las personas que iban y la manera cómo regresaban¨. 

De esta manera, influían en la ciudad de Santa Marta, sino que se engloba y expanden por ramificaciones externas de países y localidades, tales como Medellín, Cartagena e incluso Bogotá. Según los reportes de la Policía Nacional y la Interpol, consistía, en una vez llegados los famosos ¨paquetes¨ eran recibidos y promocionados por parte internacional del Israel, la mayoría eran empresarios de bajo perfil, que finalmente contaban con la ayuda de individuos quienes concluían su servicio militar, a los que posteriormente, al llegar a las zonas de Colombia y localidades previamente observadas a su favor, expandían su mercadeo ilícito para desarrollar todos aquellos trabajos de disturbios dentro de la sociedad. Analógicamente, aderezan una representativa alerta roja de su evolución en desarrollos de cadena de turismo sexual.

A pesar de su marcha, estos acontecimientos de corrupción e incremento de explotación, siguieron y continuaron válidos hasta hoy. De esta manera, se ven agencias de modelos como repentina fachada para ejercer la prostitución, según cuenta Barros. Una vez pasadas las 6 de la tarde, aproximándose al anochecer, se otorga la apertura de bares hasta altas horas de la noche, portación de drogas y sitios especiales de prostitución. 

 

Un polémico hotel, en construcción todavía, como centro cultural para la comunidad

En 2019, el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, dijo que el hostal fue construido ¨sin ningún permiso de curaduría o planeación distrital¨, que su demolición se encuentra en ¨un proceso administrativo¨. Este polémico hotel se convertiría después en un centro cultural para el servicio de los habitantes, decreta el secretario de seguridad, Camilo George, en el año 2021, que aún siguen con los trámites de su construcción.

Los Tagangueros llamados ¨Guardianes de la cultura, una luz de esperanza¨, personas que mantienen sus puestos de trabajo en el corregimiento de Taganga, se encuentran a la expectativa, espera y lucha de que las autoridades del Magdalena y todo el corregimiento social, no desamparen la situación de impacto territorial ante los disturbios que ocasionen imperio explosivo de entes tales como las drogas, la prostitución y el tráfico de personas. Por tanto, se buscan estrategias sólidas para regresar al comercio legal y a grandes escalas brindarle a toda una sociedad voz y voto para abrir las puertas de una biodiversidad excepcional. Este es el lado oscuro del turismo, en ocasiones, son comunidades extrajeras las que pueden imponer sus reglas y atropellan a toda una población local.