Elegir que carrera seguir para aquellos que se atreven a soñar

Jueves, 14 Mayo 2020 18:38
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Entre carreras poco conocidas, unas no tan tradicionales ni populares, cuatro estudiantes jóvenes deciden hacer lo que las hace felices: escribir, ayudar, cocinar e inspirar. Desde pequeños tendemos a soñar con el futuro. Nos imaginamos como doctores, pilotos, veterinarios, astronautas, profesores, bailarines, bomberos y un sinfín de profesiones diferentes. No obstante, al crecer nos volvemos conscientes de que -de acuerdo a la sociedad- debemos priorizar ciertas cosas como el dinero, la estabilidad laboral y las profesiones "rentables" a largo plazo.

De izquierda a derecha: Daniela Nieto, Isabella Giraldo, Sofia Venegas y Nathalya Ramírez.||| De izquierda a derecha: Daniela Nieto, Isabella Giraldo, Sofia Venegas y Nathalya Ramírez.||| Daniela Venegas|||
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Hay quienes siempre se han arriesgado a seguir sus sueños. Daniela, Isabella, Sofia y Nathalya son cuatro jóvenes que en los últimos tres años han decidido entrar y estudiar carreras no tradicionales e incluso poco populares. Pero ¿a qué se debe su determinación?

Daniela tenía 16 años cuando se graduó del colegio. Ella siempre había querido ayudar a las personas y creía que la manera de hacerlo era a través de la salud. Investigando a fondo las carreras relacionadas se encontró con Terapia Ocupacional: “Yo amo mi carrera, es muy completa y abstracta. Mira a la persona como un ser holístico, espiritual. Tiene mucha parte humana”. Precisamente, Daniela eligió está carrera porque su hermano es una persona con discapacidad y ella quiere ayudar a este tipo de poblaciones vulnerables.

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Por su parte, Sofia eligió la Actuación porque disfruta la idea de inspirar, de transmitir a las personas sentimientos que van desde la tristeza, la felicidad, la risa, la rabia. Esta carrera le permite vivir muchas vidas a través de una: “Yo quiero aprender como desde el arte puedo ayudar a transformar el país y darle esperanza a la gente. La manera en la que las personas pueden sentirse identificadas con mis personajes, con las cosas que haga. También quiero mostrar a la gente que es lo mágico del escenario, de un teatro, de una obra”.

Desde los cimientos y los comentarios variados

¿Qué vas a estudiar? ¿Dónde? Son preguntas frecuentes cuando una persona recibe su título de bachiller. Los rostros de algunas personas cambian cuando la carrera es poco conocida o no encaja en la lista de profesiones tradicionales que se estudian. “Me gusta el arte y la unión que se encuentra en una cocina”, dice Nathalya al hablar de lo que estudia. “La gastronomía es más popular que tradicional, porque en los jóvenes y los adultos están influyendo los programas de televisión, como Master Chef. Estos han generado otro pensamiento distinto en la gente. Es decir, este tipo de entretenimiento ha ayudado a que la gente reevalúe lo que entiende por gastronomía.

Aunque reconoce que sus estudios se han visto interrumpidos por la pandemia actual, afirma que le gusta mucho y que para decidirse a estudiarlo debió cuestionarse a sí misma: “¿Por qué no arriesgarse cuando uno siente que se va a sentir bien haciendo las cosas? Entonces lo hice”. Nathalya recibió diversos comentarios, desde que no iba a ser fácil debido a la presión que se puede manejar en una cocina, hasta la negativa de familiares que comentaban la experiencia de una prima. Sus amigos y sus papás siempre estuvieron ahí: “Mi mamá dudaba mucho, pero me dijo que, si me gustaba, que le hiciera”.

Desde otro punto de vista, la mamá de Isabella todavía dice mal el nombre de su carrera, pero siempre la apoya: “Cuando pequeña yo quería ser crispetera y mi mamá solo decía que tenía que ser la mejor crispetera del mundo” afirma mientras nos cuenta como desde que se puede acordar, sus papás han estado ahí diciendo que “quieren hijas felices”.

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Isabella no sabía que estudiar. Le gustaban las ciencias sociales y la Literatura le llamaba mucho la atención. No obstante, cuando “descubrió” la existencia de las Artes Liberales en Ciencias Sociales se dijo a sí misma “esa carrera”. Fue cuestión de tiempo para que se decidiera: “Mi carrera es interdisciplinar. El mundo social no se puede entender desde una sola perspectiva, mi carrera me ayuda a estar preparada y poder entenderlo desde diferentes disciplinas. Es un poquito de todo: Antropología, Sociología, Filosofía”. Isabella reconoce que todavía la carrera tiene pocos egresados y que en Colombia es poco común: “Evidentemente, no es una carrera muy popular. Siempre que digo que estudio, la gente me dice –‘Qué es eso’-, eso baja el ánimo un poquito”. Sin embargo, ella se siente muy cómoda y feliz con lo que estudia y con el apoyo de sus padres.

Sofia se decidió por la actuación y reconoce que su familia cercana siempre la ha apoyado: “Me decían que super chévere, que lo hiciera. Mi mamá es partidaria de que mi hermana y yo siempre hagamos lo que nos gusta. Creo que muy pocas personas estudian Actuación precisamente por falta de apoyo o por miedo”. Afirma que nunca faltan los comentarios de “¿por qué no piensas en algo que te dé dinero?” o “el campo laboral es limitado, debes tener palanca”. Sofía comenta que, a veces, este tipo de comentarios da lugar a pensamientos variados, sin embargo, al final prevalece la felicidad que siente al aprender todo lo relacionado a esta profesión.

Asimismo, Daniela acepta que la carrera de Terapia Ocupacional no tiene el reconocimiento, el prestigio y la importancia que se merece. Ella comenta que “la gente no sabe que mi carrera se encarga de estudiar la ocupación (actividades diarias que hace el ser humano como bañarse, vestirse) en las personas”. Los comentarios que le hicieron -aún le hacen- estuvieron relacionados al desconocimiento de lo que es su carrera. No obstante, sus padres siempre la apoyaron porque si eso era lo que le gustaba, ella debía seguir sus sueños.

La orientación vocacional

De acuerdo a la experiencia de Daniela, Sofía y Nathalya, la orientación vocacional no las ayudó porque sentían que se basaba en realizar test que abarcaban solo carreras tradicionales y comunes. Daniela cuenta que los resultados de sus pruebas eran Medicina y Psicología: “La docente que los realizó era psicóloga y dijo que Medicina era mejor.  Eso me confundió y me pareció un tanto irónico debido a que ella había estudiado esto”.

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Mientras que Isabella afirma que a ella no solo le hacían test, también hacían un acercamiento a la universidad, muchas charlas y pruebas psico-técnicas. “Eso me ayudó a darme cuenta que no iba a servir para nada estudiar algo que me diera dinero, sino me iba a hacer feliz”, asegura. Recuerda que a su hermana le dijeron en una charla que la gente creía que los hobbies y la carrera profesional eran cosas diferentes, ellas debían conciliar de alguna manera las dos cosas.

El dilema del dinero y las habilidades

Daniela es fiel creyente de que el dinero es efímero y de que existen cosas más importantes en la vida como ayudar a los demás. Durante sus estudios ha entendido que ser un ser humano empático es más importante que el dinero. Se siente orgullosa de la manera en la que habilidades como el análisis del comportamiento de las personas han mejorado.

Isabella, también, es consciente de que las humanidades han ayudado a potenciar sus habilidades. También acepta que, si en su vida fuera una prioridad el dinero, ella no estaría estudiando Artes Liberales en Ciencias Sociales. “El dinero es útil, pero no se puede convertir en el eje central de la vida. Si me ponen felicidad o riqueza, toda la vida elegiré felicidad”, asevera. Por otro lado, Nathalya reconoce al dinero como una necesidad. Sin embargo, reflexiona sobre la manera en la que la práctica dentro de la cocina (su salón de clases) ha ayudado a desarrollar sus habilidades. Debido a esto, ve como opciones viables crear un local o una marca de alimentos, ya que uno mismo puede buscar opciones para realizar lo que le gusta.

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En el caso de Sofía, comenta que con las clases ha descubierto nuevas habilidades como el hecho de que tiene un oído muy desarrollado, así como también ha logrado confrontar sus propios miedos. Sofía comenta que no se trata de que una carrera sea poco rentable, sino la manera en la que sea ejercida. "Al elegir una carrera uno siempre debería irse por el camino que lleve a su felicidad, uno debe plantearse si esa decisión lo hará sentirse orgulloso en el futuro”, dice.

Soñar lo imposible en tiempos de pandemia se hace necesario

Para terminar, tanto Daniela, Sofia, Nathalya e Isabella llegan a la conclusión de que los seres humanos son cambiantes. Los gustos y las pasiones pueden transformarse, las decisiones pueden resultar arriesgadas y vendrán momentos difíciles. Cada persona hace su propio camino y si lo que elegiste es lo que amas, debes esforzarte. También existe la posibilidad de que te equivoques o de que en un futuro te sientas atraído hacia algo más, si es así, se debe reconocer que ningún aprendizaje es una pérdida.

Es importante resaltar que -aunque sean desconocidas, poco tradicionales o no tan populares- estas cuatro carreras tienen el mismo valor que las demás y el mundo necesita saber que hacen los profesionales en las mismas. Es momento de apoyar a las personas, a sus sueños, a lo que los individuos están determinados a ser y no por el contrario, ser el motivo por el que renuncien a ellos, y en tiempos actuales de pandemia más que nunca.