En algunos sectores de Bogotá existen grupos de amigos que se reúnen para jugar y entrenar ultímate, un nuevo deporte. Esta práctica, que fusiona técnicas como las del baloncesto y el fútbol americano, vincula a personas de diferentes edades y proporciona espacios de sana convivencia, olvidando todo tipo de barreras sociales.
El ultímate llegó a las universidades bogotanas hace más de diez años, estando limitado en sus inicios a un grupo de estudiantes, para llegar a ser lo que es actualmente, una extendida práctica competitiva entre personas amantes de esta disciplina, organizadas en clubes y equipos distribuidos por toda la capital.
Hoy en día colegiales, universitarios y trabajadores se han unido para practicar juntos este deporte, formando pequeños grupos que entrenan entre semana durante la noche en algunos lugares conocidos de Bogotá, como detrás del estadio El Campín. Además, los fines de semana se encuentra toda la comunidad de ultímate en el parque El Country.
Cada grupo de ultímate que se ha formado en la capital aspira a ser reconocido como club cuando ya tiene un número mínimo de 14 integrantes, también cuando existe un nivel de rendimiento que les permite participar en los torneos distritales que realiza La Asociación de Jugadores de Ultímate Región Bogotá (AJURBO), comenta David Pedraza, practicante de este deporte.
Es así como comienzan los trámites ante el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) para lograr convertirse en clubs deportivos de ultímate, el cual es un paso importante porque si se obtiene un aval de esta institución es más fácil conseguir nuevos espacios de entrenamiento. “La verdad es que entrenamos detrás de El Campín porque sin respaldo no podemos conseguir rápidamente prestado un lugar y con precios asequibles”, asegura Jair Castiblanco, entrenador del equipo Bullet.
Son varios equipos en Bogotá los que aspiran a ser reconocidos como clubs. Alberto Abril Bernal, quien trabaja en el IDRD, comenta que son más de 40 equipos los que actualmente se encuentran en proceso. Sin embargo, mientras esperan esta respuesta, los grupos se presentan en competencias distritales sin ningún inconveniente.
El IDRD da un aval deportivo, el cual permite vincular al equipo en el Sistema Nacional de Deporte, reconociéndolo como club ante la comunidad, garantizando un mayor acceso a los torneos regionales y nacionales, además de facilitarles espacios deportivos, dice Carol Borrero, quien trabaja para este instituto.
En Bogotá los dos clubes más antiguos llevan alrededor de 10 años y hacen parte de la categoría de ultímate masculino, sin olvidar que ambos tienen títulos de campeones nacionales. Estos son Euforia, que obtuvo su tercer título recientemente, y La Comunidad El Oso, que lleva su segundo título hasta el momento, según datos de La Asociación de Jugadores de Ultímate de Colombia (AJUC).
Además, estos dos clubes estarán presentes en El Torneo Internacional de Clubes de Ultímate, que se realizará este año en Italia del 2 al 9 de agosto, gracias al desempeño que presentaron en el campeonato nacional, realizado a finales de octubre del año pasado en la ciudad de Medellín.
Por lo visto, “la capital y el ultímate van de la mano porque se optó por tomar una actividad recreativa para convertirla, también, en un deporte de dedicación y buenos resultados”, comenta Víctor Zuleta, jugador de ultímate hace más de un año. Este juego ha tenido gran alcance que hasta el programa de 40 x 40, proyecto educativo que ofrece actividades lúdicas y deportivas a los estudiantes de colegios distritales, implementó el año pasado la enseñanza y práctica de esta disciplina.
Como bien menciona la jugadora de ultímate Liseth Castañeda, “lo nuevo atrae y cada vez son más clubes, equipos e instituciones educativas las que integran la nueva comunidad de ultímate en Bogotá”.
