Dos escritorios, un computador y un par de micrófonos componen el cuarto de grabación de un apartamento ubicado en lo más alto de Chapinero donde nace ‘Salir de la Botella’, el pódcast que se siente como una conversación a las 3 a. m en una sala con amigos.
Gina In a Bottle, una monteriana de 23 años, estudiante de Arquitectura y Artes, llega al estudio de DaniGi, su productora, se sienta en una silla de oficina con ruedas, pide con entusiasmo que su voz quede registrada en el editor con color amarillo, mientras toma su micrófono y, con la tranquilidad con la que cualquiera grabaría una nota de voz para sus mejores amigos, se encarga de darle vida a cada capítulo de ‘Salir de la Botella’.
El Podcast nace como un espacio todos los domingos donde “se sacan de la botella” temas, ideas y perspectivas del mundo actual y la forma en que es percibido. La artista, en sus distintas redes sociales ya suma alrededor de 6.500 seguidores, sin embargo, para Gina, esto no es lo que define su trabajo. Gina no se sigue por las etiquetas, pero si tuviese que ser algo, según lo que hace, “sería artista, ilustradora o escritora; algún día arquitecta, casi siempre loca y, ojalá, dueña del amarillo”.
“Muchas personas piensan que In a Bottle es mi apellido. En octubre, cuando estuve haciendo charlas en colegios de Montería, un periodista me preguntó de dónde era mi apellido y yo no encontraba cómo explicarle que mi apellido es Quintero”, explica mientras se ríe con la autenticidad de alguien que no esperaba ser reconocida por compartir su forma de ver el mundo.
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¿Alguna vez pensaste tener tanto alcance?
Me conmueve que lo digas así porque yo aún no lo creo. A mí me paran en la calle y me dicen: “Ay, Gina, soy tu fan”, y yo sólo pienso: “¿Cómo así?, si yo soy fan de Bad Bunny, yo soy fan de Harry Styles, ¿cómo es que una persona es mi fan?”. Hace poquito conocí a alguien que había leído mi libro, le encantó, se lo mostró a una amiga y resulta que tenemos a esa amiga en común, y cuando la vi estaba nerviosa. Para mí eso era imposible. Fácilmente nos pudimos conocer en una rumba como con cualquier persona y yo no ser nadie.
Aunque a Gina el reconocimiento la llena de satisfacción y la motiva a continuar creando contenido, no se imagina como una persona a la que sigan como una celebridad. Y es que su día adía sigue siendo el mismo de cualquier adulto joven.
Sus días se resumen en salir a caminar, ir al gimnasio, trabajar en lo que esté diseñando, reunirse con clientes, almorzar con su mamá y hermano -cuando está en Montería-, ir por café con amigas y asistir a sus clases. En sus palabras, todo su trabajo alrededor del pódcast y, en su momento, de ‘Quince Pasos Hacia Ti’, su libro, ha sido por diversión.
Incluso ahora, define su día a día igual a toda su vida antes de iniciar con sus proyectos. “Si me ponen a elegir tipos de fama, jamás sería famosa del tipo que te corren o se te tiran encima y lloran cuando te ven. Jamás cambiaría mi estilo de vida.”, aclara la monteriana, quien adora conocer personas de forma repentina.
Cuando tenía 15 años su papá falleció a causa de un cáncer, luego de haber padecido la enfermedad durante dos años. Esto, además de cambiarle la vida, le permitió replantearse muchas cosas y empezar a ver el mundo desde otro panorama.
“Cuando muere mi papá, yo decido hacer las paces con la muerte y verla de forma diferente. Me di cuenta de que realmente estamos aquí un ratito, entonces pensé ‘Okay, ¿cómo voy a hacer que estos días valgan la pena?’”
(En octubre de este año, la artista comenzó a dar charlas en Montería en espacios como colegios y la feria del libro acerca de los temas que trata en su libro) | Fotografía: Jesús Ogia
A inicios de 2022, decidió irse a Nueva York y luego a Europa para reconectarse consigo misma y su realidad. “Fueron meses de salir sola, de tomar trenes y vuelos sola, de conocer personas en la calle y empezar a serle más fiel a lo que siento”. Así, la filosofía de Gina, tanto personal como laboral, se resume en ser honesta y genuina. Sus amigos la definen como alguien auténtica y que siempre busca ser transparente con lo que siente y dice.
A pesar de que ya no reconoce la Arquitectura como lo suyo, desde niña, Gina soñó con ser artista. Su mamá la llamaba “pequeña Picasso” por su pasión innata por el arte y sus anécdotas de infancia giran en torno a su amor por el color, como cuando se cortó con un sacapuntas porque esperaba que el utensilio, con su magia, le permitiera pintar con el dedo.
“Yo decidí estudiar arquitectura porque fue la última carrera que le dije a mi papá que iba a estudiar. Para mi papá yo iba a ser arquitecta y quise mantener la última imagen que mi papá tenía proyectada de mí”.
Pero más allá del compromiso con su padre, Gina decidió seguir la filosofía de ser fiel a lo que siente y, un día, después de acompañar a una amiga a imprimir una entrega de diseño, se dio cuenta de que había encontrado su vocación. Así, estando en quinto semestre de Arquitectura, comenzó a hacer doble programa en Artes.
Los semestres que se ha dedicado a Artes los define como los más felices de su carrera. Gracias a esto y al inicio de sus proyectos personales ha encontrado su propia interpretación del arte y la forma en que quiere hacerlo llegar a todo el mundo.
¿Cómo inicias como ilustradora independiente?
“Durante la pandemia, cuando todo el mundo empezó a emprender con postres, yo le puse a mis ilustraciones nombres de postres porque no sé cocinar. Empecé a vender para el día de las madres y me alié con alguien que vendía brownies. Para ese día hice como 30 ilustraciones y me di cuenta de que a las personas les gustaba eso. Al finalizar la pandemia, por puro voz a voz, algunas tiendas me escribieron para empezar a generar contenido.”
Al empezar a trabajar con distintas personas, se dio cuenta del potencial que tenía y estructuró Gina In a Bottle como una marca en sí misma; ella empezó a forjarse como una artista. Durante su estadía en Nueva York, Gina tomó un curso de Dani Schulz donde aprendió y se inspiró para sus proyectos actuales.
“Cuando empecé a trabajar como ilustradora, el mayor reto fue crear Gina In a Bottle como una marca propia. Muchas personas no comprenden eso en la ilustración, no es su estilo y esta no es tu marca, es el estilo de Gina In a Bottle”
Desde esta perspectiva, una de las cosas que más crítica son las barreras entre el arte y los espectadores. Aunque le gusta la exclusividad de las obras y que cada una sea diferente, cree que el objetivo del arte es que llegue a todas las personas y que cada quien vea en él algo distinto, por eso es amante de los formatos pequeños como posters y stickers.
“El arte es tan fácil. Nadie sabe lo que está haciendo. Se trata de hacer sentir algo a la gente y punto. Ese es el objetivo del arte y es lo que yo quiero hacer. Más allá de romper la barrera entre obra y espectador, es romper el estigma y hacer saber que el arte es para todo el mundo”
Siguiendo el propósito de romper barreras y llegar a las emociones de las personas, nace ‘Quince Pasos Hacia Ti’, el libro que escribió sin saberlo, pues es la compilación de escritos realizados en momentos cruciales de su último año.
(‘Quince Pasos Hacia Ti’ se publicó en abril de este año y marcó el inicio de su carrera como escritora) | Fotografía: Gina In a Bottle
“Una vez, estaba en el museo de Van Gogh y en la mitad de la sala había un puesto vacío con un tablero. Parecía un lugar en el que te podías sentar a dibujar. Ahí dije ‘aquí fue, no había letreros que dijeran que no podía, me voy a sentar a dibujar’. Me senté y empecé; de repente empezó a llegar mucha gente. Cuando me levanté, había una fila gigante de personas esperando para sentarse también, porque siempre tenemos que esperar a que alguien lo haga primero para también querer hacerlo.”
Con este impulso de dar los primeros pasos comienza la idea de hacer un pódcast. Un espacio donde habla con libertad y relajo acerca de su forma de ver el mundo.
Gina, aunque no espera ser reconocida, sí busca que las personas se identifiquen con sus anécdotas, por ello considera esencial hablar desde las experiencias. Así, ‘Salir de la Botella’ cuenta con una serie de invitados que le ayudan a nutrir su perspectiva de vida desde otros puntos de vista.
“Hasta hace más o menos dos años, la música no hacía parte de mi vida. Despertaba, me bañaba, cocinaba, estudiaba, manejaba y existía en completo silencio. Por cosas de la vida empezaron a llegar a la mía personas que, por el contrario, vivían por ella, la sentían en cada parte de sus existencias e incluso la producían. Influenciada, empecé un camino que, si te soy honesta, tenía pánico de tomar. Tenía miedo de haber llegado muy tarde, de no saber bien qué era qué, de no ser aceptada, de no ser incluida por ella y todo su mundo” , menciona la ilustradora en un fragmento de su carta a Jorge Drexler, uno de sus artistas favoritos.
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La artista que, a pesar de ser originaria de una zona donde se espera que la música sea parte de la vida de todos, no se sentía identificada con lo auditivo, ahora es la creadora de un pódcast que "se siente como un espacio amarillo" e incluso se podría asociar con el sentimiento que produce el flamenco moderno, del estilo de C. Tangana o algunas letras de Jorge Drexler.
‘Salir de la Botella’ finalizó su primera temporada el pasado 6 de noviembre, luego de completar 15 capítulos en los que se recogen algunos de los puntos que la escritora menciona en su libro. Actualmente, el pódcast se prepara para estrenar su segunda temporada en enero de 2023.
Esta segunda parte del proyecto planea seguir las experiencias de la monteriana después de la publicación de su libro y espera continuar “sacando de la botella” ideas y percepciones del mundo actual.