El panorama del freestyle en Bogotá

Jueves, 08 Marzo 2018 09:10
Escrito por

El freestyle, o la improvisación en el Hip-Hop, es una escena que crece en la capital, pero, ¿qué estereotipos persisten sobre este estilo de vida?

Freestyle en Ciudad Salitre. Crédito foto: cortesía de Código De Barras||| Freestyle en Ciudad Salitre. Crédito foto: cortesía de Código De Barras||| |||
13186

Información adicional

  • Coautor 1: Valentina Castro Sanabria

En Bogotá, la movida del Rap tiene ahora mayor representación en el freestyle con competencias como Código De Barras (CDB), Zona 80, Apriorismo Music y NK Free (North Side Kingz Bogotá). Plaza Capital habló con Kevin Díaz, mejor conocido como 'MC Cosis', el organizador de CDB, un rapero de la ciudad que ha estado entre los mejores 30 improvisadores de habla hispana, según la Red Bull Batalla de los Gallos. CDB es una liga de freestyle que lleva dos años y medio funcionando en las calles de Bogotá y en la última fecha, el 18 de febrero del 2018, le dio al ganador, Nelson Romero, 'MC Coloso', un viaje a Costa Rica para participar en la competencia Puerto en Versos.

La liga pretende crecer como las batallas callejeras de otros países, haciendo que “la cultura crezca y se expanda en la ciudad, dando a conocer el nivel local internacionalmente", como dijo 'Mc Cosis'. Otra característica que tienen estas competencias es que se realizan durante un año; algunas son una o al menos dos veces al mes.

En diferentes países de habla hispana hay ligas de freestyle callejeras que se caracterizan por tener una tabla de puntos. Durante el día de la competencia, los participantes suman puntos en cada ronda a la que llegan. Algunos modelos de estas series son: DEM (Dame Ese Micro) Battles de Chile, la FMS (Freestyle Master Series) de España y las tres argentinas: Quinto Escalón (ya no se hace más), Irlanda Freestyle y Rosario Underfree.

Según 'MC Cosis', en la movida de la improvisación se reúnen muchas personas alrededor de un parque para compartir de la cultura del Hip-Hop. Sin embargo, para algunas personas el freestyle no es bien visto y se ha estigmatizado históricamente a sus practicantes de "viciosos", "criminales" o "vagos", sin mirar que el freestyle permite la expresión concreta de las opiniones y creencias que una persona puede albergar sobre un hecho o una situación.

Pero, ¿qué opina la gente de los freestylers?

Plaza Capital adelantó una serie de entrevistas a varias personas del común para conocer cuáles son sus perspectivas sobre los raperos. Resultaron dos grupos de opiniones. En primer lugar, están las personas que aunque no conocen muy bien sobre este género urbano, no se negarían a compartir con ellos y, de igual manera, a conocer su arte.

Tal como lo dijo Mauricio Rodríguez, un economista de 34 años: “la sociedad los aísla y sería bueno conocer sus sentimientos a fondo, como un grupo que le puede aportar al país, pues su letra siempre lleva un mensaje social muy fuerte”. Así mismo, Graciela Navas, una modista de 27 años, afirmó que “la vestimenta no debe de influir, pues, para mí, el hábito no tiene por qué ser el monje”.

En el segundo grupo fue notable la brecha cultural que le impide a algunas personas aceptarlos, como el caso de Julio Duarte, trabajador independiente de 56 años, quien dijo: “Son personas de estrato bajo que se sienten resentidas, su canto es una sátira de los demás, principalmente de los de estratos más altos.” Su hija, quien lo acompañaba, luego sentenció: “el Rap tiene un impacto negativo en la sociedad, la letra glorifica violencia, drogas, alcohol, crimen, sexualidad abierta y la objetivización de mujeres”.

Al hablar con Paola Sanabria, socióloga de la Universidad Nacional interesada en comprender los diferentes grupos urbanos, Plaza Capital conoció que este género evolucionó a causa de las condiciones sociales adversas en la década de los setenta, siendo esta música una voz de protesta a la suma de los problemas de pobreza y discriminación que vivían los afroamericanos y latinos en los barrios de New York.

En Colombia también se adaptó el Rap, porque los jóvenes del país se han identificado de tal manera con sus ideales que lo absorbieron, otorgándole así significados propios. Existe un Rap nacional, el que cantan los muchachos de las barriadas que les sirve como voz de aliento a sus problemas.

Dicha perspectiva ha cambiado durante el transcurso del tiempo, ya que las personas se han interesado en conocer, entender y apoyar el Hip-Hop. Favoreciendo su desarrollo artístico desde los ámbitos culturales y sociales.

La socióloga opina que “este movimiento se ha convertido en el medio de expresión de los jóvenes, donde encuentran la posibilidad de denunciar y criticar la realidad, hablar del abandono del Estado y contar las historias vividas de su barrio. Su vestimenta, su manera de caminar, su forma de hablar y su pensamiento responden a una necesidad de abrirse espacio en la sociedad, pues desde su óptica son discriminados. Al adaptar este modo de vida reclaman identidad y pertenencia en un espacio social.” Paola dice esto teniendo como referencia el trabajo de Grado de Andrés Clavijo Martínez, que presentó para acceder al título de Licenciado en Música.

Así suele pasar con los estereotipos alrededor de los freestylers (practicantes de la improvisación) en la ciudad de Bogotá. En esta práctica no hay letras escritas o compuestas previamente, reflejando directamente el estado y la situación actual del artista y de su entorno. Este estilo no está ensayado, no tiene censuras y es considerado por algunos rappers como "la forma más pura" del Hip-Hop.

Si usted es de Bogotá y está interesado en la improvisación, visite los links y entérese de los eventos. Compruebe que en Bogotá se improvisa.