Las motos en Bogotá, dejan de ser transporte para convertirse en cultura

Lunes, 25 Febrero 2013 07:21
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Cada sábado en el planetario de Bogotá se dan cita 50 motociclistas para hablar de su pasión y el cuidado en las calles.

Reunión motociclistas.||| Reunión motociclistas.||| Fotografía de archivo particular.|||
2017

No sólo los rugidos de sus motos apasionan a más de 50 jóvenes. Los ´fazeros`, como se llaman los jóvenes motociclistas miembros del Club Yamaha Fz16 Bogotá, “aprendimos a llevar nuestra pasión con protección y responsabilidad”, asegura el presidente del Club, Felipe Prieto.

El Club Yamaha Fz16 nació hace tres años, cuando 12 extraños que tenían sólo en común haber comprado el, por entonces, nuevo modelo de Yamaha decidieron reunirse. Pero debido al aumento sustancial de integrantes surgió la necesidad de legalizar las cosas y fue cuando se constituyeron ante la cámara de comercio. Ahora tienen un presidente, vicepresidente, tesorero, vocero y una secretaría, y se encuentran todos los sábados a las cinco de la tarde en el planetario de Bogotá.

David Yepes, joven patrullero de 21 años y quien compró su Fz16 hace dos meses, dice que decidió unirse al grupo, para experimentar sensaciones nuevas y poder mejorar su ´nave`. Decisión que pocos Colombianos toman, ya que, como lo reconoce Felipe “somos sólo el 1 por ciento - de 3`030.317 motos que circulan por el país- que decidimos registrarnos en un club de motociclistas, puesto que el 70 por ciento de las personas compran motos sólo con el fin de trabajar y movilizarse”.

Aunque David pagó su “nave” de contado, en Bogotá cada vez es más fácil tener una ´motico`. Las hay para todos los gustos desde BMW GS 1200 de 60 millones, hasta AKT NKD 125 en Alkosto por 1.990.000, sin cuota inicial y diferida a 48 cuotas de 68.800 pesos a través del crédito fácil Codensa.

Luego de hora y media de retraso para dar inicio a la reunión los ´fazeros` se sientan al costado derecho del planetario abrazando sus amados cascos. ¿Amados? claro que sí, son estos los que los alejan de estar dentro de los 135 muertos que dejaron los accidentes en moto en Cundinamarca durante el 2011, según el fondo de prevención vial. Y es que así como hay motos de todos los presupuestos, se pueden comprar cascos en la primera de mayo hechos de policarbonato por 40 mil pesos y otros de fibra de carbono que oscilan entre los 600 y 900 mil pesos “que realmente nos protegen”, dice Camilo, uno de los ´fazeros`.

A David algunos integrantes del club le cuentan que hallaron esta familia buscando en internet, pero otros como Cristian Ramírez le comentan haber llegado por coincidencia “un sábado tenía una cita, pero al ver tantas motos iguales a la mía, les pregunté qué hacían y la cita terminó convirtiéndose en una rodada a la calera”, asegura Cristian.

En ese momento David se entera de que para pertenecer al grupo debe diligenciar un formulario en la página oficial y pagar 30 mil pesos por su inscripción. “¿y esa plata para qué es?” preguntó David, además de recibir stickers para su moto, camisetas oficiales y poder asistir a las rodadas del club, ayudaría a esta entidad, sin ánimo de lucro, constituida ante la cámara de comercio el 11 de febrero 2010.

Ya ubicados en las escaleras, Felipe les recuerda los buenos momentos vividos en las rodadas y el orgullo de tener en sus filas a Jonathan Páez, ganador del Yamaha Racing, mientras David se sorprende por cada cosa nueva que escucha sobre el grupo, los demás están pendientes de chiflar a los compañeros del Club que llegan tarde y se meten en contravía para parquear, desaprobando así el incumplimiento a las normas.

Los chiflidos atraen a transeúntes que miran extrañados a tantos hombres y una que otra mujer, vestidos con chalecos antireflectivos. Pero lo que no saben es que este es sólo uno de casi 80 clubs de motociclistas que se han organizado en el país.

La reunión termina al acordar las fechas de próximos viajes, rodadas y PAR (Practicas de Aprendizaje y Relax), que según Felipe “buscan formar a los pilotos haciendo pruebas de manejo en terrenos hostiles”. Luego, los ´Fazeros` salen a las calles equipados con rodilleras, chalecos, cascos de los buenos y sobre todo con la mentalidad de que su seguridad corre por cuenta propia, sabiendo que son sólo 30 o 50 motociclistas de 328.078 motos que, según el observatorio ambiental de Bogotá, circulan por la capital.