Recientemente, los tramos 5a y 5b de esta avenida, los cuales se encuentran ubicados al lado del costado norte de la antigua fábrica, fueron escenario de altercados entre activistas ambientales, fuerza pública y vecinos de la zona. Las labores de remoción de la capa vegetal, llevadas a cabo durante los días 25, 26 y 27 de enero, fueron la razón de esta polémica que también trascendió a las redes sociales. Hashtags tales como #AvGuayacanes y #BosqueBavaria, revivieron la discusión acerca del proceso de construcción de la vía y las implicaciones ambientales y sociales que esta conlleva, en especial para los habitantes de los barrios de la UPZ 113 Bavaria.
Opinión de las partes en cuestión
“Tenemos las ganas de luchar por un medio ambiente sostenible en nuestra UPZ”, así lo afirma el activista ambiental Santiago Sánchez. Él y sus compañeros de colectivo representan una de las perspectivas frente a la vía. Su forma de expresión es mediante lo que ellos llaman artivismo. Así buscan manifestarse en contra de la forma en la cual fue llevada a cabo la construcción de la vía, dado que para ellos “una avenida paralela a la calle 13 no es la solución porque traerá, aparte de material particulado, contaminación auditiva y la destrucción ecosistémica”. Este último efecto es un tema de álgido debate entre las partes.
Por otro lado, representantes de los barrios Marsella y Alsacia junto con la líder, abogada y residente, Alexandra Roa, personifican la otra posición en relación a este corredor vial. Su argumento se centra en que “no por miedo al cambio se va a obstruir un desarrollo ambiental sostenible” expresa Roa. Para ellos, defender la construcción de la vía es esencial por los beneficios que representa,“[la vía] hace parte del desarrollo de nuestra ciudad, valorizando nuestros predios y nos ahorra tiempo para dedicarlo a nuestras familias” afirma Nelson Velásquez, presidente de la junta de acción comunal de Marsella.
¿Qué pasará con la vía?
Actualmente la Avenida Guayacanes se encuentra bajo una medida cautelar, resultado de una acción popular impuesta por los colectivos ambientalistas frente al juzgado 63 de Bogotá. La sentencia resolvió que no se pueden llevar a cabo procesos de tala y deforestación en los tramos en cuestión. Por ende, la terminación del corredor vial está dependiendo de la sentencia final de la jueza Lucelly Munar.
Aquellas discrepancias entre las partes seguirán existiendo. Sin embargo, las diferentes posiciones basadas en la “pasión comunal por lo “público” o en la “ciencia ciudadana”, al final encuentran como elemento común la motivación por lograr el progreso y equilibrio en la comunidad.