“Proyecto C” fue el nombre clave que emplearon los periodistas del diario El País de España que estudiaban la información filtrada por Wikileaks y desde el principio estuvo envuelto por el secreto y el misterio, contó el director de ese diario, Javier Moreno, durante la ceremonia inaugural de la Maestría en Periodismo de la Universidad del Rosario y la revista Semana.
Moreno explicó que tras un par de conversaciones que había sostenido con el fundador de Wikileaks, Julian Assange, éste le pidió que enviara a una persona a Ginebra, pero no dio explicaciones sobre cómo o cuándo se iba a celebrar el encuentro y no dejó siquiera una dirección o un teléfono de contacto.
Una vez tuvo lugar el encuentro con el director adjunto de El país, José Manuel Calvo éste se comunicó con Moreno para informarle sobre los resultados de la cita. Dos días después, el director adjunto, el director técnico de El País y Moreno estaban en Londres, donde se encontraron nuevamente con Assange. Al día siguiente regresaron a Madrid con los 250.000 cables que detallaban las comunicaciones entre el Departamento de Estados Unidos con sus embajadas en 30 países aproximadamente, con “lo que ya se perfilaba la mayor situación de la historia”, dijo Moreno.
“Para un periodista no existe sensación alguna que se puede comparar a la que se siente cuando sabe que tiene entre sus manos una gran explosión”, aseveró Javier Moreno.
El diario El País de España fue el único medio de habla hispana que tuvo acceso a los cables que contenían información confidencial del departamento de Estado de los Estados Unidos y sus embajadas en más de 30 países.
El director de El País habló ante periodistas y estudiantes de periodismo que colmaron las 324 sillas de auditorio del Centro Cultural Gabriel García Márquez.
De acuerdo con el director de El País, lo que siguió al llegar a Madrid con los cables secretos representó todo un desafío para el equipo del periódico. Fue necesario crear un programa informático capaz de navegar por un océano de información que permitiera buscar, encontrar y relacionar los cables por fechas, nombres, embajada de origen y destino del documento. Dicho sistema informático estaba totalmente aislado para prevenir un ataque, explicó Moreno.
Posteriormente, se conformó un equipo de periodistas expertos en diferentes disciplinas entre las que se encontraban especialistas en diplomacia, medio ambiente, fuerzas militares y hasta corresponsales en ciudades tales como Moscú, Washington, Buenos Aires, México, Teherán, Roma y Londres, quienes tuvieron que acudir a una reunión en Madrid.
Algunos de ellos fueron citados 48 horas antes del encuentro. “Se les exigió el secreto más absoluto. Lo que causó no pocos malentendidos y malestares con el resto de la redacción que observaba con creciente sospecha el permanente deambular de decenas de personas rumbo al espacio que habíamos habilitado para nuestras operaciones en la planta sótano y que pronto vino a conocerse como el búnker o la cueva”, aseguró Moreno durante la intervención.
El secreto en las comunicaciones con los otros diarios que también estudiaban los cables, The New York Times, The Guardian, Le Monde y Der Spiegel, fue una práctica empleada con sigilo. “Nunca pronunciamos el nombre de Assange ni el de Wikileaks, no enviábamos en correo electrónico ni en ninguna otra forma, cables o información al respecto”, afirmó el director de El País. Fue sólo hasta que hasta que emplearon el sistema de telefonía por internet Skype cuando se dieron las primeras comunicaciones con dichos diarios. No se emplearon teléfonos celulares regulares ya que estaban convencidos de que transmitir información por este medio era inseguro.
“Tal era el grado de obsesión por la seguridad, que hubo días en los que llegamos a escribir en un folio el número de identificación de un cable particularmente comprometido para mostrarlo a la cámara del ordenador y el director adjunto de The Guardian en Londres, al otro lado de la línea pudiese copiar los datossin que nosotros tuviéramos que pronunciarlos”, relata Javier Moreno.
Cuando llegó el momento de poner en conocimiento a los respectivos gobiernos las informaciones que se publicarían, los periodistas de El País estaban convencidos que generarían un impacto mundial ya que el producto de algunas investigaciones hablaban de historias de corrupción y desfalcos que no se conocían hasta el momento, en lugares como China, Rusia y parte de Oriente próximo. Había también relatos sobre asunto de política interna que dejaba en evidencia a políticos locales o mandatarios de diferentes países sobre un doble discurso con las embajadas de Estados Unidos en dichos lugares.
Fue entonces, cuando el diario español puso en conocimiento al gobierno de su país y a la embajada de Estados Unidos en España aquello que se proponían a publicar. De acuerdo con Moreno, dichas entidades recibieron la información con profesionalismo y respeto por la independencia de los periódicos, pero sin dejar de lado la tensión generada por el carácter del contenido que se les presentaba.
La tarea principal de los periódicos consiste en exponer la verdad y resulta evidente que el poder teme la verdad, cuando la verdad no está en su discurso, afirmó Moreno durante su intervención al referirse a la tensión que se generó al interior del gobierno español por cuenta de las publicaciones que El País hizo de los cables de Wikileaks.
Los cables seleccionados para revisión de los 250.000 a los que Moreno y su equipo de trabajo tuvieron acceso, fueron aquellos que tenían un carácter reservado. De acuerdo con el director de dicho diario español los cables hicieron las veces de fuentes que debían ser corroboradas por el equipo periodístico antes de salir a la luz pública.
“Nada nos hizo confiar en Assanage. Nuestra obligación era comprobar que la información era veraz, comprobar que tenía enorme relevancia a nivel mundial”, afirmó Moreno quien fue enfático en aclarar que los resultados obtenidos son fruto del esfuerzo de un equipo investigador y que nunca se pagó por acceder a dichos cables. Puntualizó además, que el diario El País no compra ni paga por información.
Moreno continúa en su intervención reflexionando sobre el oficio del periodismo e invitó al auditorio y los 12 estudiantes que están por empezar su formación en la Maestría de Periodismo a ejercer siempre su oficio como una labor que se base en la verificación de todos los hechos. Javier Moreno es licenciado en Ciencias Químicas de la Universidad de Valencia con Máster en Periodismo en la Universidad Autónoma de Madrid y el diario El País. Desde el 2006 se desempeña como director de dicho periódico español, sustituyendo a Jesús Ceberio.
Durante su intervención, Moreno recomendó también mantenerse independiente frente a los partidos políticos, las instituciones y las empresas. “Nunca, nunca crean a los gobiernos. Observen siempre son desconfianza todo aquello que digan” afirmó, tras lo cual aclaró que el interés de un periodista debe ser servir a sus lectores y aplicar, por sobre todas las cosas, el principio de transparencia. Aconsejó por tanto, no ceder ante la tentación de llevar una agenda oculta.
Lo anterior para dejar claro que “la capacidad de combate del periodismo de investigación, del buen periodismo, del periodismo que mantiene su espíritu de resistencia frente a todos los poderes, sigue siendo de enorme utilidad a los ciudadanos”.
Sin embargo, la invitación a ejercer un periodismo de alto nivel no sólo provino del director del diario español. Alejandro Santos, director de la revista Semana señaló que es un buen momento para reinventarse el periodismo y repensar el oficio apostándole al talento y las nuevas ideas. Configurando, en palabras de Santos, “una prensa que le apuesta al buen periodismo y también al carácter”.
En cuanto a los retos que les espera a los nuevos estudiantes de Maestría, el director de dicho programa, Juan Carlos Irragori declaró para PLAZA CAPITAL que tener un grupo de estudiantes que son escépticos, inteligentes y emprendedores junto con una planta de buenos profesores sin lugar a dudas se formarán buenos periodistas. “El periodismo es un oficio que se aprende en la práctica”, señaló Iragorri.