El pensamiento pacífico y el uso del dialogo como herramienta de solución del conflicto en la sociedad es una de las características de la normatividad de los wayúu. Sus máximos representantes son los palabreros. Hombres y mujeres que garantizan la armonía entre las familias con el sólo uso de la palabra.
El palabrero es una autoridad moral dentro de la comunidad wayúu que en función de su conocimiento y sabiduría recrea el universo cultural de la sociedad. Para el pueblo wayúu la declaración de la Unesco significa una reafirmación étnica que demuestra la vitalidad de los valores culturales, afirma Guillermo Ojeda Jayariyú, coordinador de la Junta Mayor de Palabreros. Inmerso en esta declaración también se reconoce la espiritualidad, el idioma wayúu, la organización social, la territorialidad, las nociones de propiedad y concepciones de vida.
Este reconocimiento como patrimonio inmaterial de la humanidad es el primero otorgado a las comunidades indígenas de Colombia. Logro que fue posible gracias a la iniciativa de la comunidad wayúu y el Ministerio de Cultura bajo la dirección de Mariana Garcés Córdoba.
Para que el proceso se llevara a cabo, la comunidad wayúu creó la Junta Mayor de Palabreros, con el propósito de fortalecer las manifestaciones culturales de su pueblo. También se constituyó la Comisión Coordinadora que emprendería la labor de crear el Plan Especial de Salvaguardia (PES). Éste fomentaría la figura del palabrero o pütchipü`üi como autoridad étnica. Pero fue a través de la resolución 2733 del 30 de diciembre de 2009 que se avaló el PES del Sistema Wayúu y se declaró Bien de Interés Cultural en la nación. Suceso que permitió la elaboración y presentación del dossier de la comunidad wayúu para la UNESCO.
Guillermo Barliza, Edicto Barroso y Sarakana, pütchipü’üi (palabreros) de la comunidad wayuu. Cortesía: Ana Delia Fernández.
Uno de los hechos más destacables de la declaración es que haya sido, según la UNESCO, el expediente más importante de los 47 que recibieron este año, pues fue una iniciativa hecha desde la comunidad. Como lo afirma Patrick Morales, delegado de la dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, “es un proceso desarrollado completamente por la comunidad. Desde una dinámica lógica y propia de ellos, desde el círculo de la palabra”.