En la actualidad, las drogas para mejorar el rendimiento no solo hacen parte del mundo del deporte sino que se han extendido al ámbito académico. Estudiantes de colegios y universidades están consumiendo neuroestimulantes con el fin de resistir más horas de estudio y de aumentarlos niveles de concentración.
La Ritalina o metilfenidato es un medicamento que estimula el sistema nervioso central y se utiliza principalmente en el tratamiento de la hiperactividad. Este estimulante aumenta los niveles de dopamina en el cerebro, una sustancia que está relacionada con las sensaciones placenteras, el movimiento y la atención.
En jóvenes hiperactivos, la Ritalina reduce la impulsividad y mejora la concentración. En personas que no lo requieren, además de los efectos antes nombrados, elevan los niveles de alerta y de actividad. Por esto, el medicamento ha empezado a consumirse con más frecuencia en colegios y universidades.
Según Roberto Chaskel,siquiatra infantil, el consumo de Ritalina comenzó en los años 60,aumentó en los noventa como tratamiento de los trastornos de atención y en la actualidad se usa cada vez más como un ‘medicamento de estudio’. “Los jóvenes lo consumen para poder rendir académicamente pues les permite concentrarse en un mismo tema mientras dura el efecto. Normalmente este se mantiene entre 4 a 6 horas”.
Francisco Rivera , economista que consumió Ritalina durante sus estudios universitarios, le explicó a Plaza Capital cómo se enteró de los efectos de este neuroestimulante. “Empecé porque un amigo me sugirió tomarme una pepa para acordarme mejor de las cosas. Después de la primera vez, las tomaba cuando tenía parciales porque las conseguía muy baratas y me mantenían despierto”, contó Rivera.
Según el siquiatra Chaskel, el fenómeno anterior ocurre muy Natalia Abril Bonilla María Camila Gómez Galvis de tatuajes y perforaciones pero ahora el control es cada vez menor. Además, en Colombia no existen leyes o normas que fijen parámetros de bioseguridad, higiene e idoneidad del profesional que realiza los procedimientos.
Diego Castiblanco, un joven bogotano con 13 años de experiencia como modificador corporal, afirmó que es necesario que exista control institucional en el área o una normatividad que la regule. “Yo creo que sí hace mucha falta que se intervenga y se regule tanto a los locales como las personas que trabajamos en esto”, agregó.
La abogada Nataly Camargo, especialista en derecho penal del consultorio jurídico de la Universidad del Rosario, explicó que tanto los tatuajes y perforaciones, como las modificaciones corporales extremas se asumen desde el derecho a libre expresión. “Deberían exigir parametros que delimiten estas prácticas.
Actualmente solo se piden que quienes quieran realizarse las modificaciones sean mayores de edad”, afirmó Camargo. Todos los tipos de modificación corporal tienen un nivel de riesgo para la persona que se los realiza y por eso se necesitan parámetros mínimos de bioseguridad,higiene, asepsia y antisepsia, seguido pues el metilfenidatoquita el sueño y permite que los estudiantes pasen más tiempo enfocados y despiertos. No obstante en algún momento se pierde el efecto pues la Ritalina de liberación inmediata (la que consiguen estos estudiantes) no viene en concentraciones muy altas y siempre va a tener la misma duración.
Rivera aclaró que la satisfacción de obtener buenas notas lo hacía olvidar de los posibles efectos secundarios que el uso de la Ritalina podía generar a largo plazo. “El problema fue que después cuándo no pude conseguir más no me sentía capaz de estudiar. Sentía que entendía mejor si la tomaba. Tenía miedo de no satisfacer las expectativas de otros” explicó el economista.
Eugenia Espinoza, neuróloga infantil, comentó que este medicamento no genera adicción pero que es recomendable tomarlo bajo supervisión médica pues puede tener efectos secundarios. “Hay varios efectos que son comunes pero pueden variar según las condiciones médicas del paciente. Los más frecuentes se deben al consumo de dosis elevadas o no controladas, las cuales puede producir ataques de euforia, irritabilidad constante, dolores de cabeza, dolores abdominales o incremento del riesgo de abuso de otras sustancias”, dijo Espinoza.
Añadió también que este consumo se debe en mayor medida a las presiones que hay sobre los jóvenes de obtener calificaciones sobresalientes. “Muchos de los adolescentes consumen estas sustancias pues los hacen sentirse activos y despiertos dándoles más tiempo para estudiar. Pero de ninguna forma los hace mejores académicamente, simplemente les quita el sueño y los mantiene atentos”.
Lo que debe quedar claro es que este medicamento no incrementa las capacidades de aprendizaje ni mejora las ya desarrolladas, simplemente aumenta la capacidad de concentración del estudiante durante cortos plazos, especialmente cuando se está cansado. También que sin un acompañamiento médico el uso de esta medicación puede tener efectos adversos como insomnio, bajo apetito, tics y nerviosismo.