El Plan Nacional de Estímulos es un proyecto que adelantó el Ministerio de Cultura desde hace más de diez años. A través de cuatro modalidades que ofrece el programa (becas, premios, pasantías y residencias), artistas y colectivos, han podido elegir éste como principal medio de fortalecimiento de la cultura en el país. El programa es considerado uno de los mecanismos clave para incluir políticas que tengan que ver con la cultura en Colombia.

La coordinadora de esta iniciativa,  Katherine Eslava, hace énfasis en que, antes que nada, las convocatorias van dirigidas a unos ejes temáticos específicos. “El Programa tiene entre sus objetivos más visibles la formación, investigación, creación y circulación de la cultura en Colombia”, señaló.  Este año habrá 123 convocatorias con la entrega de más de 578 estímulos a artistas y gestores del sector cultural, en las cuales pueden participar personas naturales, de forma individual o colectiva.

Sin embargo, la entrega de dichos estímulos no ha sido totalmente eficiente. La asociación de artistas Asodibandas, que busca desarrollar y solidificar la incursión de las bandas musicales en el país, a través de la voz de uno de sus integrantes, Andrés Rozo,  asegura que “son pocos los recursos que maneja el PNE: hay premios, becas, residencias, que apenas aportan diez millones de pesos para proyectos que seguramente demandan más recursos”.

A la vez que las convocatorias han aumentado, el número de participantes también. En el año 2012 participaron más de 4.800 personas y al final hubo 555 ganadores, lo que demuestra que muchos proyectos son  rechazados y que las convocatorias se llenan fácilmente.

La divulgación del proyecto constituye uno de los grandes problemas. Más allá de que las personas se presenten a las convocatorias, no es muy clara la forma en que deben acercarse, pues muchos de los que se presentan asumen que pueden ingresar a la convocatoria por su condición de artistas, pero lo que deben tener en cuenta es que hay que presentarse con un proyecto que tiene unos parámetros específicos.

La gestora cultural y experta en procesos culturales, Lina Duque, asegura que, a pesar de que el Programa es eficiente, le hace falta crecer en algunos sectores. “Creo que, a pesar de que se hace un esfuerzo por socializar el programa en distintas regiones del país, es necesario trabajar en este y otros frentes para que el programa sea más eficiente y, sobre todo, más democrático”, indicó. Los resultados demuestran que Bogotá, Medellín y Cali tienen la mayor participación y cantidad de estímulos entregados.

Sin embargo, ha habido personas que han podido acceder al programa y gozar de sus beneficios. Dalia Conde es artista y líder de una fundación que fomenta la educación musical, llamada Canto por la vida. Como ganadora de uno de los estímulos manifiesta que debería haber una mayor divulgación del programa. “El Estado debería trabajar en promover el apoyo a los artistas desde el nivel local, en los municipios y gobernaciones”, asegura. Además, considera que los artistas deben ser reconocidos como creadores, recuperadores y salvaguardas de la memoria y del desarrollo cultural.

En concordancia con Asodibandas, expresa que es necesario ofrecer estímulos de acuerdo al proyecto y no dar el mismo apoyo financiero a los artistas sin distinguir sus temas de trabajo. Por eso, es necesario que crezca la asignación presupuestal y la formalización de las personas que manejan los programas dirigidos a la cultura.