El agua helada toca cada uno de sus huesos, no saben si sienten dolor o frio, la angustia constante en sus cuerpos de no entender lo que pasa no los deja pensar con claridad. De repente, logran salir del agua helada pero la oscuridad no los deja ver. Una de sus compañeras falta en la lancha, al poco tiempo se dan cuenta que es María Camila Velandia.
Este día cambiaría la vida de 113 estudiantes del Colegio de Inglaterra The English School quienes sufrieron un accidente en el Rio Amazonas en su salida de once de responsabilidad social con las comunidades indígenas de la zona.
En Catam vestidos con ropa de tierra caliente, sin sus pertenencias y con el dolor de la muerte de su compañera llegan los estudiantes que se encontraban en el bote con María Camila. La tristeza en sus caras y las lágrimas que no se detenían, muestran el terrible impacto emocional que sufrieron estos niños. Un bus los trasporta al colegio. (Lea también:La niña murió ahogada en río Amazonas: rector del English School) Sus padres los esperan, cuando sus pies tocan el piso del colegio situado en la 170, un silencio que parece no terminar invade todos los rincones del lugar. De repente comienza el llanto y los abrazos de los niños con sus familiares. Se montan en los carros y el colegio queda vacío.
Rabia, tristeza, culpa, temor, fuerza para cambiar entre otras son las principales reacciones que puede tener una persona luego de vivir una experiencia como esta. La falta de sueño o no querer comer se representan especialmente un adolecente. Natalia Becerra, psicóloga del colegio de Inglaterra es la encargada junto a un equipo de más de siete profesionales de ayudar al proceso de duelo que vive toda la comunidad.
En palabras de Natalia, lo que sucedió es como cuando una piedra cae al agua y se comienza a hundir, genera ondas que pueden llegar hasta las orillas más lejanas. Una tragedia como esta ha afectado no solamente a los alumnos de once, sino a toda la familia TES (The English School). Primos, hermanos, amigos se preocuparon por saber si sus allegados estaban bien y si iban en la lancha que colapso con un bote peruano.
El duelo, esa tristeza de la pérdida de un ser querido, ese dolor que no deja pensar, que no deja concentrarse en lo que se tiene que hacer, esa ausencia indescriptible es lo que se respira en los pasillos del colegio, especialmente en el altar que se le hizo a María Camila. El trabajo en equipo y la solidaridad tanto de la comunidad como de otros entes es lo que se está haciendo para superar está tragedia.
Santiago Rojas especialista en medicina alternativa esta brindando conferencias de duelo para los papas, profesores y alumnos de prescolar a once y Diana Agudelo, psicóloga de la Universidad de los Andes, ayudará a detectar que conductas pueden mostrar que hay un riesgo socio afectivo e identificar si se presenta estrés postraumático en alguno de los niños.
Esas hondas que dejó la piedra que cayó en el agua afecta hasta a los padres de los niños que no iban en la lancha, por esta razón ellos también serán parte de este largo camino por el que atraviesa la comunidad del colegio. Según la psicóloga, ellos son parte fundamental para el apoyo a sus hijos, lo que ellos logren percibir y contar sobre lo que hacen sus hijos será importante para saber si hay necesidad de tener sesiones aparte con alguno.
Superar el duelo no es un proceso fácil, cada persona reacciona de diferentes maneras. Algunos lo aceptan antes, otros se demoran un poco más. Según Natalia es como cuando una persona se pega, en un primer momento no siente el dolor pero cuando pasa un tiempo y se comienza a poner morado el dolor aparece y se reacciona frente al golpe que se tuvo.