El próximo 19 de octubre, la capital vivirá la segunda elección de los Consejos de Juventud, un proceso electoral que busca garantizar la representación de jóvenes entre 14 y 28 años en más de 1.100 municipios del país y será el termómetro para poner a prueba la participación juvenil, después de un inicio en 2021 marcado por el bajo interés en las urnas.
Los Consejos Locales de Juventud son instancias de participación creadas por la Ley Estatutaria 1622 de 2013. Quienes resulten elegidos tendrán un periodo de cuatro años para representar a los jóvenes de su localidad, servir como puente entre las comunidades y las entidades distritales y proponer proyectos o acciones en temas como educación, empleo, cultura y participación ciudadana.
De momento, las cifras exponen un cambio significativo con relación a las inscripciones de candidatos. De acuerdo con la Registraduría Nacional, este año hay más de 45.000 candidaturas, un 15 % más que en la primera elección 2021. En Bogotá, se registraron 532 listas entre independientes, organizaciones juveniles y partidos políticos. No obstante, el principal reto reside en aumentar la cantidad de votantes. En las primeras elecciones, solo el 10,31 % de los jóvenes a nivel nacional votaron y en Bogotá la participación apenas llegó al 6,6 %, con más de 291.000 votos nulos.
Para Lina Lozada, subsecretaria de Gobernabilidad y Garantía de Derechos, la clave está en movilizar a los sufragantes: “La fase de inscripción ya pasó. El reto ahora es que los jóvenes salgan a votar, que amanezcan ese sábado (19 de octubre) con la decisión de participar. Este voto es importante porque, para muchos, será su primer ejercicio democrático”, le comenta a Plaza Capital.
La fase de inscripción ya pasó. El reto ahora es que los jóvenes salgan a votar, que amanezcan ese sábado (19 de octubre) con la decisión de participar. Este voto es importante porque, para muchos, será su primer ejercicio democrático
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Lina Lozada, Subsecretaria de Gobernabilidad y Garantía de Derechos. Foto tomada por Camila Vásquez. 26 de agosto, 2025.
Conscientes de que no basta con convocar, el Distrito ha puesto en marcha un paquete de formación pensado para que los jóvenes entiendan y aprovechen los espacios de representación.
A través de la estrategia “Soy joven, soy Bogotá”, la Secretaría Distrital de Gobierno y el instituto Distrital de La Participación y Acción Comunal (IDPAC) han creado espacios pedagógicos en universidades, colegios y localidades para explicar cómo funcionan los consejos de juventud, cómo se votan y qué impacto tienen los elegidos en la vida de los barrios y localidades de la ciudad.
Otra iniciativa es la Escuela de Liderazgo y Participación Juvenil (Lidera Bogotá), que ofrece cursos gratuitos y certificados en modalidad presencial y virtual para los jóvenes de la capital. “Queremos que los jóvenes no solo conozcan cómo funcionan los consejos, sino que los vean como espacios legítimos desde donde pueden generar cambios reales”, explica Lozada.
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Juan Pablo Sierra, consejero juvenil de Chapinero entre 2021 y 2025, destaca el reto que le significó asumir este liderazgo: “Entender cómo funciona la administración pública desde el nivel local fue un reto enorme. No es fácil aprender sobre presupuestos, proyectos y procesos internos, pero fue una gran escuela. También fue difícil mantener la constancia durante cuatro años, mientras uno atraviesa cambios personales y profesionales”.
Sierra también reconoce que la baja participación de 2021 no fue solo por apatía. Ese año, el país venía de atravesar el Paro Nacional iniciado en abril, una protesta masiva contra la reforma tributaria del presidente Iván Duque. Durante semanas, Bogotá y otras ciudades fueron epicentro de marchas, bloqueos y expresiones artísticas que movilizaron especialmente a los jóvenes.
“Después del paro nacional (…) se esperaba una votación masiva, pero las reglas no eran claras, hubo cambios de fechas y muchos jóvenes no sabían cómo votar. No solo fue desinterés, también fue falta de información y confianza”. Esto mostró que muchos no entendían cómo funcionaba el tarjetón ni el proceso, una señal clara de que la falta de pedagogía pesó tanto como la falta de intención de votar.
Por su parte, Laura Molano, consejera por la localidad de Suba, resume el desafío en una palabra: “confianza”. “En 2021 no hubo acompañamiento ni pedagogía, y eso nos pasó factura. Muchos jóvenes no sabían cómo votar, hubo errores en los tarjetones y una gran falta de difusión. Eso generó desmotivación. Este año, el reto es recuperar la confianza, demostrar que estos espacios pueden generar cambios y que vale la pena participar”, afirma.
Así las cosas, la meta es que este octubre, Bogotá no solo supere los porcentajes de participación, sino que demuestre que sus jóvenes están listos para asumir un papel más activo en las decisiones que moldean su ciudad.
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