Trabajo sexual masculino: entre la clandestinidad y el olvido

Martes, 14 Abril 2020 23:01
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El trabajo sexual masculino es una realidad en Bogotá, y a pesar de la falta de registros estatales sobre esta actividad, hoy en día es una de las labores informales más recurrentes en jóvenes. Desde un panorama oculto los escorts siguen ejerciendo, asumiendo riesgos como enfermedades, condiciones laborales precarias, discriminación, extensas jornadas de trabajo y falta de garantías de atención en salud pública.

Fotoilustración de trabajador sexual||| Fotoilustración de trabajador sexual||| Diego Tellez|||
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A diferencia de las mujeres que trabajan en la prostitución, los trabajadores sexuales, que por lo general están vinculados con la comunidad LGBTI, no han sido visibilizados. Esto se debe, según Ramón Esteso, coordinador de Inclusión Social de la ONG Médicos del Mundo, a un equilibrio de poderes. Algunos trabajadores del sexo indican que no sienten miedo al momento de atender un servicio, pues la posición de ser hombre hace que se genere una percepción de seguridad mayor al de las mujeres, y por lo tanto haya un trato "entre pares".

En una entrevista para El País de España, este experto describe la diferencia así: "La relación [de los trabajadores del sexo] con sus clientes es más equilibrada, no hay diferencia de género. El chico decide cuándo, cómo y qué hace. No es una relación basada en el poder", gracias a ello, los trabajadores sexuales en el mundo no se han concebido como población vulnerable. 

 

¿Por qué trabajan como 'putos'?

Uno de los factores de incidencia en la prostitución, según Andrea Ramírez, psicóloga de la Universidad de El Bosque, es la condición o situación de entornos familiares disfuncionales y condiciones económicas precarias. Este es el caso de Sebastián Sánchez, quien lleva trabajando dos años como escort (se le denomina así a los trabajadores sexuales y acompañantes). Este joven, a sus 19 años, fue echado de su casa después que su padre se enterara que le gustaban los hombres o que tenía tendencias homosexuales. Desde que vive solo, ha tenido que pagar su carrera universitaria, lo necesario para su manutención y también le envía periódicamente dinero a su madre.

La empresa en la que trabajaba no le daba los ingresos suficientes para poder responder con sus responsabilidades, y por ello, decidió entrar al el mundo de la prostitución. Sin embargo, no todos lo ven de esta forma, pues, para Rubén, quien lleva trabajando en esto un mes, dejó su trabajo de modelo en Maracaibo (Venezuela) para trasladarse a Bogotá, y convertirse en un acompañante sexual y de eventos. Su única razón para hacer esto es tener lujos, vestirse bien, ir a buenos restaurantes y mantener su cuerpo atlético y “bien dotado” para atraer clientes de clase.

Entrada al mundo del "dinero fácil"

En diciembre de 2017, de manera inesperada un mensaje llegó al Facebook de Sebastián con un ofrecimiento para trabajar en una casa de citas situada en Chapinero. A pesar de las dudas, aceptó, pues vio una oportunidad para tener mejores condiciones económicas. Las casas de citas o agencias son las formas más comunes para poder conectar a los hombres con este negocio. Scortsbuk y Colombia Scorts son ejemplos de negocios que se dedican al reclutamiento de jóvenes para satisfacer sexualmente las necesidades de todo tipo de clientela.

Sin embargo, las ganancias en las agencias no son tan prometedoras como se podría pensar. Tanto Sebastián como Rubén, quienes trabajaron en la misma casa de citas, son testigos de los abusos y explotación de estas a sus trabajadores, pues, la exposición a jornadas extensas, falta de garantías laborales e incluso la adulteración de las tarifas para que los dueños se puedan llevar una mayor tajada, hacen que estos lugares no sean la mejor opción de trabajo en este ámbito.

Los de la calle vs. los de Élite

En medio de una tarde capitalina, fría y lluviosa , en la Plaza Lourdes, Fernando, trabajador sexual, no para a pesar de las condiciones climáticas. En medio de la multitud de transeúntes que pasan frente a la catedral, se encuentra este escort recostado contra una pared frotando su pantalón en la parte genital y mordiéndose los labios sutilmente, estas son señales para que los clientes lo puedan identificar. Su tarifa es de $50 mil por hora por ser trabajador de calle y, además, venezolano, pero hay otros compañeros de gremio que cobran mucho menos para obtener más clientes.

Entre intentos por meterle un soplo a una pipa llena de marihuana sin ser vistos por la policía, Diego y Rubén indican que aquellos que cobran muy barato es porque no tienen buenos atributos físicos a diferencia de ellos. Con un tono despectivo dicen estar seguros de que gracias a la cantidad de venezolanos en Bogotá sus compatriotas, e inclusive los colombianos, tienen que ser “más baratos”. Sin embargo, en lugares como Scortsbuk (agencia de prostitución) cobran más del triple de la tarifa de Fernando, pues dicen contar con lo siguiente: “A continuación usted encontrará el catálogo de Escorts para la ciudad de Bogotá, un servicio exclusivo cuidadosamente diseñado para caballeros con clase y alto poder adquisitivo quienes siempre buscan y están acostumbrados a lo mejor”.Rostros lindos, cuerpos atléticos, "buenos tamaños de pene", e inclusive un trabajo o estudio universitario son las exigencias de este lugar para los hombres que quieren tener ingresos altos. El servicio más barato es de 290 mil pesos y el más caro es de $ 550 mil.

La independencia

Por otro lado, algunos tienen la opción de pasar de trabajar en agencias a ser independientes. Sebastián, por ejempló, ejerció la prostitución en casas de citas, pero luego de unos años, decidió que no quería tener jefes, ni horarios de atención, pues consideraba que estaba siendo explotado laboral y sexualmente. Ahora este escort escoge sus clientes, maneja sus horarios y establece los precios que cree que valen sus servicios.

Cinco pisos de Jerarquía

En la localidad de Santa Fe, un edificio retumba de música, bailes y espectáculos eróticos de entretenimiento. Antes de hacer sus shows las mujeres se meten una felpa de perico para hacer su mejor efuerzo por atraer la mayor cantidad de hombres y billetes. Mientras hacen sus movimientos sensuales son tocadas por muchas manos que aclaman sus cuerposSebastián indica que allí hay una línea delgada entre lo consensuado y los abusos físicos que experimentan estas trabajadoras sexuales, y que es por eso por lo que a diario cada una de ellas mete cinco “felpas” de perico para así no estar conscientes de lo que está pasando. Esta es la fachada perfecta para ocultar la explotación sexual que se lleva a cabo en este sitio.

Los niveles del edificio categorizan a mujeres y a hombres que se prostituyen. “Entre más arriba más cara la chica”. En el segundo piso se encuentran las mujeres de un perfil bajo. Son aquellas que tienen una tarifa de entre 70 mil a 80 mil pesos por hora y, por lo tanto, sus servicios son más asequibles a todo tipo de clientes. Al subir las escaleras al nivel tres se ven "mejores cuerpos", caras más “lindas” y perfiles más altos, esto hace que los dueños del lugar cobren por ellas aproximadamente $ 200 mil por hora. Sus clientes tienen mejores condiciones económicas para pagar por una de “mejor calidad”.

Las modelos, actrices, o aspirantes a entrar a el mundo del entretenimiento también forman parte de este edificio y su lugar es el cuarto nivel. Sus tarifas están cercanas a los tres millones de pesos, y son promocionadas como categoría élite. Y la más reciente apertura es la zona bisexual, la cual se ubica en el último piso. En este nivel Sebastián también experimentó una de las fases más difíciles del trabajo debido al ambiente y las dinámicas que se vivía allí.  Varios grupos de hombres iban a este nivel para celebrar sus cumpleaños y, el regalo que escogían para el cumpleañero era el cuerpo y los servicios sexuales de Sebastián, por los cuales el jefe de este escort cobraba $250 mil por hora.

Tanto en el piso cuarto como en el quinto, los clientes frecuentes son hombres que tienen alto poder adquisitivo como empresarios, concejales, senadores y otros funcionarios públicos de alto nivel. Quienes trabajan en estos sitios afirman que a estos pisos también llegan personajes que viven de actividades ilegales (sicarios y narcotraficantes).

“Hay miles de maneras para poder putear”

En medio de una sensación húmeda, un olor aromático recorre los pasillos largos y oscuros llenos de habitaciones. La primera es para ver porno, la segunda es un sauna de relajación, los siguientes cuartos están totalmente oscuros, allí es donde los hombres tienen sexo, y el último pasillo está lleno de cubículos, llamados “videocabinas”, y se usan para llevar a cabo una práctica llamada ‘Glory Hole’, la cual consiste en meter el pene en uno de los hoyos que hay en la pared para sexo oral o anal de manera anónima.

Según Juan Carlos Muñoz, referente para la seguridad de la alcaldía de Chapinero, estos sitios están inscritos como establecimientos comerciales que funcionan dentro del marco legal de actividad comercial. Sin embargo, uno de los trabajadores de un sauna, ubicado en la localidad de Chapinero, indica que estos lugares se prestan como escenarios para la prostitución, la cual no está permitida en estos espacios. Otros escenarios del trabajo sexual también son las plazas, parques, páginas web, aplicaciones gais y redes sociales. Todas estas modalidades son usadas de manera frecuente, unas más que otras.

De máquinas sexuales a psicólogos de cabecera

Durante un servicio, en una finca en Medellín, Sebastián tuvo que atender un servicio particular. Mientras estaba parado junto a la piscina con su mejor amigo, y otros diez trabajadores sexuales, uno de los narcotraficantes que estaba allí lo señaló indicando que lo quería como acompañante para el resto del día. Fueron más de ocho horas las que este joven estuvo encerrado en una habitación con su cliente, pero según relata no todo fue sexo. En medio del consumo de drogas y alcohol, Sebastián escuchaba atentamente sus historias de vida y problemas, y daba consejos dentro de lo que le estaba permitido decir. “Ahí comprendí que no solo tenía que atender a los clientes sino entenderlos”, con esa experiencia Sebastián cambió el concepto de su trabajo, dándose cuenta de que no se podía limitar a satisfacer sexualmente.

Sustancias alucinógenas

En una mesa larga se encuentran drogas como, perico, popper, ketamina, tina, nexus, weed , entre otras. Esto es lo que ven los escorts cuando los contratan para las llamadas orgias de la hermandad o para las amanecidas. El consumo de sustancias psicoactivas es muy común cuando un trabajador sexual es contratado para ciertos tipos de eventos. A veces sus clientes les piden que metan drogas con ellos como parte del servicio, otras veces es voluntario.

Según Andrea Ramírez, especialista en drogodependencia, en estos entornos se consume para sobrellevar cargas físicas y emocionales debido a las largas jornadas de trabajo. Hay drogas que ponen en riesgo la salud de ellos. Los efectos pueden ser: crisis de ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, deterioros neurocognitivos, dificultad para empatizar con los demás, dificultad para establecer relaciones interpersonales, pérdida de memoria, entre otros. Pero estos riesgos no son tomados en cuenta por algunos al momento de consumir, pues su único objetivo es disfrutar del sexo, y mantener la excitación el mayor tiempo posible.

Enfermedades

La ‘Cuenta de alto costo’, entidad no gubernamental encargada de estabilizar el sistema de salud, reveló que para enero de 2019 se presentaron 10.930 casos nuevos de contagios de VIH, para aumentar así la cifra a 109.057 contagios en Colombia. Según Jhon Ramírez, director de la unidad médica de ‘Red Somos’, esta labor no determina la salud siempre, y cuando se tengan en cuenta las precauciones necesarias y adicional a estas que no sea negociable el uso del condón. Sin embargo, algunos de los trabajadores sexuales ofrecen servicios de sexo bareback o a pelo, lo cual se traduce en penetración anal o sexo oral sin protección.

 

“En particular todas las infecciones se pueden adquirir por vía anal u oral, entre estas, VIH, sífilis, gonococo, virus del papiloma humano, hepatitis B y C, así como clamidia” explica el experto Jhon Ramírez. Ramírez indica que aquí juega un papel importante el tema de los riesgos, ya que a mayor número de relaciones sexuales y de múltiples parejas el riesgo de adquirir una ITS (Infección de transmisión sexual) es más alto. Sin embargo, la relación que intenta explicar aquí no es por la vida sexual de las personas sino por las prácticas a las que se exponen los escorts, por ejemplo: No disponibilidad de lubricantes a base de agua, difícil accesibilidad de condones, deficiente criterio en la toma de decisiones en relación con el uso de protección.