Hasta el 2 de noviembre usted podrá visitar la exposición “Null” ubicada en los pisos noveno, octavo y sexto del edificio Telecom. Esta propuesta responde a un interés personal de su curador William Contreras por llevar propuestas artísticas a lugares abandonados y fuera de lo común.
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En 2003 una crisis de corrupción provocó el cierre del edificio Telecom, sede de la extinta empresa de comunicaciones. Desde entonces, las instalaciones están abandonadas, así como otros 500 espacios en el centro de la ciudad, según la Secretaría de Hábitat.
Tomar este sitio para la exposición es una crítica a la creencia de que ciertos lugares, zonas y edificios son descartables para llevar a cabo muestras artísticas porque no son nuevos o lujosos. “Trabajamos en zonas con problemas sociales y urbanos (como áreas con prostitución y personas en situación de calle) para llevar arte a esos lugares y demostrar que no debe ser exclusivamente elegante o caro. La intención es romper la división y hacer que el arte sea accesible para todos”, afirma Contreras.
“Trabajamos en zonas con problemas sociales y urbanos (como áreas con prostitución y personas en situación de calle) para llevar arte a esos lugares y demostrar que no debe ser exclusivamente elegante o caro. La intención es romper la división y hacer que el arte sea accesible para todos”
¿Qué puede encontrar en Null?
“Null” se traduce como valor de caos que, para los curadores de esta exposición, hace referencia a que todo puede ocurrir en un lugar. La elección de Telecom resulta de una búsqueda de espacios de “supuesta imposibilidad en el sistema” que, según Contreras, son aquellos lugares que ya no cumplen con su propósito inicial y se encuentran vacíos.
Los artistas conciben el lugar no solo como un objeto, sino como un conjunto de historias, ya que la empresa durante años fue el sustento de muchos colombianos y, en la actualidad, su recuerdo genera nostalgia.
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El recorrido empieza por el noveno piso que expone distintos artefactos de principios de los 2000. El artista Néstor Gutiérrez, en lo que denomina “Salón Curuba”, busca reconstruir el aspecto de las antiguas oficinas de la empresa. Para lograrlo, pintó las paredes del color curuba que tenían en el 2002 y, por medio de grabaciones, recreó el ambiente de la época.
Salón Curuba de Néstor Gutiérrez. Por: Stephany Díaz
En este espacio también se exhibe una instalación de parlantes, libros de la compañía y planos del lugar, transportando al espectador a través de objetos.
La pieza de Vocalizaciones urbanas de Luisa Roa da la bienvenida al piso ocho. Durante cuatro meses la autora fue al lugar con micrófonos científicos para grabar los cantos de las aves que viven en el edificio que ahora suenan de fondo mientras el público observa los murales de su autoría.
Imaginarios de un tiempo enmarañado, de Luisa Roa. Por: Stephany Díaz
Al fondo de otro de los salones de esta sección, destaca una escultura dorada, elaborada por Matilde Guerrero, que se sitúa como un altar o “novena de oración por el alma” de Leo Kopp, fundador de Bavaria y del barrio La Perseverancia. Esta es una réplica de la escultura original ubicada en el Cementerio Central a la cual los bogotanos visitan en búsqueda de estabilidad económica.
Por el alma de Leo Kopp de Matilde Guerrero. Por Stephany Díaz
La última parte de la exposición, en el sexto piso, se centra en el trabajo con materiales del edificio, como vidrios y baldosas, además la experiencia sensorial con olores y sonidos. Esta propuesta sigue la idea del título del evento que sugiere que dichos espacios crean muchas posibilidades: “Ese edificio no está vacío, de pronto ahí no hay gente trabajando, pero hay un montón de cosas que ya están ocurriendo”, asegura Contreras.
La apuesta por la colectividad
Además de las instalaciones, cada sábado la exposición tiene eventos colectivos y performances, realizados por algunos de los artistas como Matilde Guerrero, Luisa Roa y William Contreras, para pretenden complementar las obras.
Además, el equipo de Null trabajó en conjunto con la comunidad de la localidad de Santa Fe no sólo en el montaje del evento sino en distintos talleres con comunidades Drag y en un taller de dibujo con los niños del sector, pertenecientes a la fundación Arcupa, encargada de acercar al arte a menores que viven en zonas aledañas al antiguo Bronx.
Taller Veanvé. Por Stephany Díaz
Este taller abordó el concepto de Veanvé, una expresión del Chocó que significa “¡Mira otra vez! ¡Ten cuidado!” Este también es el nombre de un proyecto hermano de Null, del taller de Arquitectura Pedro Aparicio (APLO), que busca rehabilitar la antigua sede de Telecom en Nuquí para convertirlo en un centro cultural ambiental dirigido hacia los jóvenes.
APLO trabaja en conjunto con Mano Cambiada, un colectivo que promueve el desarrollo rural a través del ecoturismo en el Chocó. Juntos contribuyeron a la curaduría del evento y, al ser proyectos hermanos, cuando Null termine, el logo de Telecom, ahora exhibido en Bogotá, viajará al Pacífico y permanecerá allí para ser visto en la sede de Nuquí.
Prográmese con Null
Null llega a su fin la última semana de octubre. El 1 y 2 de noviembre, de 1:00 pm a 5:30 p.m., la exposición, ubicada en la carrera 13a con 22, tendrá sus últimas actividades. Debido a la alta afluencia de visitantes, este fin de semana solo se podrá entrar con cita. Puede agendarla en @telecom.bogota.
Estas son las actividades programadas:
- 01 Noviembre: Constelación del campo mórfico y taller de tizas Veanvé
- 02 Noviembre: Chisme táctil de Ana Montenegro y María Leguízamo. En defensa de la menopausia de Silvie Botia. Camino de las estrellas/ Bellatrix de Laura Wiesner y Alexander Gigas. Un adiós a Leo Kopp de Matilde Guerrero.
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