Los recicladores de Bogotá realizarán una serie de protestas en los próximos meses ante el Distrito por el cierre de las bodegas que compran el material que recogen. Lideres señalan que inclusive han pensado en bloquear el relleno sanitario de Doña Juana.
Silvio Ruiz, vocero de la Asociación de Recicladores de Bogotá, ARB, afirma que si bien hubo grandes avances en materia de inclusión social durante esta administración, como el pago por el servicio de recolección a los recicladores de oficio y el reemplazo de las zorras por vehículos motorizados, el Distrito pretende implantar un modelo de recolección que no tiene en cuenta a la totalidad de la cadena productiva de reciclaje y que beneficiaría a operadores privados.
Actualmente en Bogotá el modelo de reciclaje inicia con los recicladores de oficio. Su labor es recolectar y separar los materiales aprovechables para posteriormente venderlos en los centros de acopio o bodegas. Estos centros se dedican a la preparación, la compactación y la comercialización del reciclaje. Hay bodegas pequeñas, medianas y grandes que venden según su capacidad de almacenaje. Finalmente, los molinos compran este material para transformarlo en un nuevo producto para el consumo.
Después de la formalización de los recicladores de oficio por el Distrito, el conflicto radica ahora en la necesidad de reglamentar los centros de acopio, que han sido clausurados progresivamente desde este año, aunque la reglamentación entró en vigencia desde el 2013.
Wilson Cifuentes, Presidente de la Asociación Nacional de Industriales del Reciclaje, ANIR, y representante de los bodegueros, acusa al Distrito de querer entregar el negocio a grandes empresas privadas. “De pronto la administración distrital esté pensando en engañar a los recicladores dándoles lo que nosotros hoy hacemos. Les ofrecen bodegas, les dicen que la plata grande está en la comercialización y así los desplaza de la recolección y el transporte, dando vía libre a que los grandes operadores de las basuras entren a formar un gran monopolio con el reciclaje”, señala Cifuentes.
Ángela María Gayón, funcionaria de la Subdirección de Aprovechamiento de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, Uaesp, y especialista en Evaluación del Impacto Ambiental de Proyectos, afirmó que el cierre de bodegas sólo afecta a aquellos propietarios de los predios que superen los 5.000 m2. Según Gayón, existe mucha desinformación dentro de los mismos recicladores. Asegura que el tema de los cierres son rumores infundidos por los grandes bodegueros que pretenden abarcar el mercado que ocupan los recicladores de oficio.
Contrario a lo que afirma esta funcionaria, el decreto que busca reglamentar estos establecimientos determina acciones de mitigación en bodegas desde 500 m2 en adelante. Es decir, aquellas que no cumplan los requisitos exigidos, independientemente de su tamaño, serán clausuradas. Para Gayón, “pueden haber bodegas en básicamente cualquier lugar de la ciudad, las exigencias son mínimas. Aún así, el decreto actualmente está en revisión”.
A mediados de agosto, los recicladores estuvieron en la Alcaldía Mayor trabajando para la modificación del decreto. “La situación no es fácil. La voluntad del distrito no es clara, esperaremos un tiempo sustancialmente corto para solucionar el tema, de lo contrario solicitaremos a todos nuestros compañeros el acompañamiento en todas las acciones que los líderes del gremio propongamos para defender nuestra labor”, explicó Cifuentes, de ANIR, quien estuvo presente en la reunión.