Desde el inicio de las cuarentenas obligatorias alrededor de la ciudad de Bogotá gran parte de los ciudadanos se resguardaron en sus casas, mientras que los recicladores en primer lugar debían salir a trabajar, ya que la basura seguía reproduciéndose al igual que el virus, por otro lado, los habitantes de calle, que pasaron su confinamiento presenciando la desolada Bogotá, ambos grupos expuestos diariamente al virus y con el temor de que pudieran ser afectados por el mismo. Alrededor de Bogotá, según la UAESP (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos), hay 24.196 Recicladores y en el último censo del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) los datos arrojados fueron de 9.538 Habitantes de calle, que diariamente están en contacto con las situaciones que trae la ciudad, pero con la presencia de un virus que parece incontrolable los días cambiaron.
Julio César es habitante de calle, tiene 58 años y vive en un barrio al noroccidente de la ciudad, las ayudas que ha recibido durante la pandemia son pocas , vive de la caridad de los residentes y comerciantes del barrio San Miguel que durante varias años le han tenido gran aprecio por apoyar la vigilancia, evitando que personas externas induzcan a los jóvenes al mundo de las drogas y previniendo robos en la zona comercial, pero el apoyo por parte de organizaciones o del gobierno han sido escasas, afirma que personal de la alcaldía invita a ir a los centros de atención para habitantes de calle, para bañarse y suministrarles implementos de aseo personal, que al final son insuficientes, “nos dan un tarrito de crema, shampoo… y un pedacito de jabón, pero ahí anotan que nos dan una barra grande de jabón rey y eso no es así” menciona Julio Cesar.
Por otro lado, esta Pedro Guanipa reciclador desde hace dos años, encargado del reciclaje de algunos conjuntos del barrio San Miguel , durante la pandemia no ha tenido tiempo para confinarse ya que al pertenecer a los recicladores de la ciudad entra en las excepciones de movilidad durante los confinamientos , su trabajo es indispensable para mantener la ciudad limpia y libre de basura, pero también se siente obligado a salir ya que es padre de dos niños a los cuales debe mantener y como él lo menciona “los precios del reciclaje han estado bajando y más aún en la pandemia así que no se puede dar el lujo de dejar de trabajar”, en su casa no ha recibido ninguna ayuda por parte de la alcaldía y pocos son los implementos de seguridad que tiene al momento de manipular la basura.
Ahora, que nuevamente empieza el retorno a la “normalidad”, la afluencia de personas en las calles aumenta y esto genera mayor temor de un incremento de contagios, en consecuencia se ha demostrado que los más afectados son las poblaciones vulnerables, entre ellos están los recicladores y habitantes de calle que permanecen a la espera de su turno para la vacunación que comenzará pronto en Colombia , deseando que principalmente mejore la situación económica y por consiguiente sentir mayor protección para su salud y la de sus familias .