A las cuatro de la tarde del 25 de octubre terminó la jornada de elecciones y comenzó el trajín del conteo de votos en Corferias, el punto de votación con más personas sufragantes de Bogotá. Los jurados de votación realizaron esta tarea, quienes fueron elegidos aleatoriamente por la Registraduría.
La denuncia más recurrente por parte de los jurados fue lo dispendioso que resultó el proceso manual del conteo. Los seis integrantes de cada mesa debían organizar y contar los votos para cada candidato a la Alcaldía, al Concejo y a las juntas administradoras locales. “No tiene ningún sentido que algo que podría hacerse de manera electrónica siga haciéndose así”, alegó Vicky Alarcón, jurado de votación en Corferias.
Otra de las desventajas de que el voto en Colombia no sea electrónico es la cantidad de papel desperdiciado, sin contar todo el cartón de las cajas en donde los votos son insertados y de los cubículos de votación. “Es escandalosa la cantidad de bolsas de papel rotas que se han recogido hasta ahora y aún falta más de la mitad”, denunció Viviana Suárez, otra jurado.
Por su parte, Camilo Andrés Velázquez, quien ya había sido jurado de votación en dos ocasiones anteriores, afirmó que “estas votaciones no van a cambiar nada si no crece el número de personas que votan. En la mesa en donde fui jurado votaron cuatro personas de las 1.200 inscritas”.
Karol Rodríguez denunció que “la Registraduría debería tener algún filtro para elegir a los jurados. Tengo siete meses de embarazo y llevo desde las siete y media de la mañana aquí, solo he podido salir a almorzar”.