Las medianas y pequeñas empresas (PYMES), que generan el 80% del empleo en Colombia, según el Ministerio de Industria y Comercio, han sido las más golpeadas por la crisis. Los bares, las peluquerías, los talleres mecánicos, entre otros, han tenido que cerrar durante cerca de 6 meses. Según la Asociación Colombiana de Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI), dos de cada diez pequeñas y medianas empresas en Colombia cerraron por culpa de la cuarentena, por lo tanto, los sectores productivos colombianos claman la vuelta a la actividad económica.
Uno de los administradores de una PYMES es Wilmar Barón, dueño, administrador y pintor de un taller mecánico en un barrio al occidente de Bogotá. Su negocio debió cerrar durante dos meses cuando comenzó la cuarentena estricta pero los ahorros no aguantaron y debió comenzar a atender clientes de manera casi clandestina. Wilmar explica que los problemas no se acaban con la reapertura, sus ingresos se han visto afectados debido a que La mayoría de sus clientes antes de la pandemia iban a arreglar rayones y golpes en sus autos. Wilmar cuenta que, en esta línea de negocios, antes del cambio coyuntural él procuraba tener cinco carros en el taller en todo momento. Ahora, le da gracias a Dios cuando llega un auto por semana y requiere algo distinto a un cambio de aceite.
Bogotá cuenta con cerca de 800 mil empresas
La realidad de Wilmar no es exclusiva, según la Cámara de Comercio de Bogotá hay 788.000 empresas en la ciudad. En comparación, solamente 250.000 tienen permitido volver a operar. Esto no ocurre solamente en la capital de la República. En la ciudad de Neiva, el sector del comercio se ha visto muy afectado por la pandemia gracias a factores como los altos costos de los cánones de los arriendos, pagos de nómina, altos costos de operación y protocolos que deben cumplir.
Hernando José Durán, el dueño de una discoteca ubicada en la zona rosa y varios restaurantes en la ciudad de Neiva, expresa lo siguiente: “Este año no puedo decir que lo perdimos porque no ha terminado pero lo más probable es que así sea, es perdido porque los meses de febrero y marzo son muy difíciles”. La industria del entretenimiento no es muy reconocida, nos cuenta Durán, que considera que la gente no valora el papel que juega este sector en la sociedad, pero este sector es muy netamente importante porque genera empleo y mueve mucho dinero en impuestos.
Según cuenta, todos los licores tienen impuestos altos que van dirigidos al sector salud, todas las estampillas son el claro ejemplo del impuesto al consumo que es del 8% asumido por los bares y los restaurantes. Eso sí, a diferencia de los productos que tiene el 19% del impoconsumo que no es deducible, como es el IVA, en pocas palabras el impoconsumo es del 8% de lo que uno venda como establecimiento. Durán se molesta un poco al comentar que el gobierno, ni el departamento ha apoyado su sector productivo. Cree que esto es debido a que nadie quiere que lo encasillen como borracho, rumbero o que nadie quiere enlodarse en eso.
Neiva tiene un 40% de desocupación
El presidente de la Cámara de Comercio de Neiva, Ariel Rincón, explica que Neiva tiene una cifra del 40% de desocupación en Colombia, consecuencia de que la ciudad depende del comercio, los servicios y el tema de la vinculación de las temáticas públicas. En este momento existe una serie de locales con los letreros de 'se arrienda', 'se vende' o 'se permuta'. A raíz de que los dueños no puedan reabrir sus negocios, después de haber tenido que cerrar durante el tiempo de aislamiento, les cuesta mucho volver a poner a funcionar su negocio. Otro aspecto importante es que la demanda no es proporcional a la oferta actual, como es el caso de los restaurantes, los hoteles, los bares y los lugares turísticos como los miradores que subsisten por las personas que hagan uso de su servicio y por la experiencia que le dejan estos establecimientos.
La vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, Carolina Corcho, manifestó que las condiciones para volver a la calle no están dadas aún. Ella explica que la realidad epidemiológica no está siendo tenida en cuenta por los tomadores de decisiones, especialmente debido a que no existe una correspondencia efectiva entre el DANE y los servicios médicos lo cual ha impedido corroborar que la situación está mejorando. Sumado a esto, expresa su frustración con las medidas tomadas. “Es un sálvese quien pueda”, dice.
La realidad indica que tanto el virus como el hambre están matando a las personas y las decisiones que se tomen tendrán un impacto duradero sobre la población colombiana.