Biodiversidad, en peligro crítico: las especies amenazadas de la Sierra Nevada

Viernes, 16 Junio 2023 13:06
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La extinción de especies, el desequilibrio ecológico y la pérdida de servicios ecosistémicos son el resultado del maltrato que atraviesa el PNN Sierra Nevada de Santa Marta.

El área protegida de la Sierra Nevada suma más de 570.000 hectáreas.||| El área protegida de la Sierra Nevada suma más de 570.000 hectáreas.||| ProAves Colombia|||
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Desde las exuberantes selvas amazónicas hasta los páramos andinos, pasando por los manglares costeros y los arrecifes de coral, Colombia es el hogar de una amplia variedad de ecosistemas y especies. Parte de estos se encuentran protegidos bajo la categoría de Parque Nacional Natural (PNN), como es el caso de la Sierra Nevada de Santa Marta. Situada en la costa norte de Colombia, es un sistema montañoso que se eleva hacia el cielo con más de 5.000 metros sobre el nivel del mar. 

Sus picos nevados, que parecen tocar las nubes, contrastan con la vegetación tropical que cubre sus laderas. Además, es el hogar ancestral de comunidades indígenas: los kogui, los arhuacos, los wiwa y los kankuamos, y un santuario de biodiversidad en amenaza. 

Posada sobre rocas húmedas, cercanas a riachuelos y zonas pantanosas, habita una rana de cinco centímetros de ancho, piel negra y manchas blancas, que se creyó extinta por casi 30 años.  Tiene ojos saltones de color negro a los costados de su cabeza, los indígenas arhuacos se refieren a ella como ‘gouna’, aunque popularmente se le llama Rana Arlequín de la Noche Estrellada, y es una especie endémica de la Sierra Nevada de Santa Marta.

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“La Sierra alberga glaciares, pero el cambio climático está provocando su retroceso acelerado. Esto tiene implicaciones importantes, ya que los glaciares son fuentes de agua dulce para los ríos y arroyos de la región. A medida que los glaciares se derriten, se reduce el suministro de agua, lo que afecta tanto a la flora y fauna como a las comunidades humanas que dependen de estos recursos hídricos”, indicó Omar Guerra, biólogo asociado a la Plataforma para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, Ambientales y Liderazgos en la Sierra Nevada.

A diferencia de cualquier otro lugar, la Sierra es la montaña litoral más alta del mundo, la más alta junto al mar. Este parque natural cuenta con más especies en peligro que cualquier otro en el país. La diversidad de flora y fauna corre riesgos: desde las orquídeas coloridas que adornan los árboles hasta los grandes jaguares que acechan en la espesura de la selva.

Las especies vulnerables en la Sierra

Carlos Mauricio Herrera es especialista en Áreas Protegidas del Fondo Mundial para la Naturaleza en Colombia (WWF) y director encargado de Parques Nacionales Cómo Vamos, organización que en su más reciente informe determinó que de los 59 PNN colombianos, 45 tienen ecosistemas en algún grado de amenaza.

“Los ecosistemas funcionan a través de su complejidad. Cuando las especies de un lugar empiezan a faltar, el sistema comienza a tener un mal funcionamiento, pues el resto de la regulación del sistema se va a ver comprometida”, afirmó Herrera.

Este tipo de sistemas dependen de las especies que los habitan. Desde los insectos que con dedicación polinizan las plantas hasta los grandes mamíferos que se dedican a cazar, hacen parte de este equilibrio. Es por esto que cada vez que se va perdiendo una especie se compromete el funcionamiento general del ecosistema, pues este pierde la posibilidad de desarrollarse en normalidad.

Así es el caso de los anfibios, quienes hacen parte de las especies más amenazadas. Dada su relación con la humedad y temperatura del ambiente, dependen del mismo para realizar sus funciones metabólicas. Es por esto que la pérdida de vegetación que llevó al aumento de temperatura, dificulta su existencia con el ambiente, lo que desemboca en más pérdidas para su hábitat.

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“Al regular su temperatura a partir del medio ambiente, los anfibios son más susceptibles al cambio climático lo que afecta su ecología y puede actuar indirectamente con enfermedades, lo que conlleva a la disminución de la población”, explicó Herrera. 

La Sierra también es diversa en ríos, adornados por aguas cristalinas y rodeados de árboles, piedras y arena. Las quebradas, riachuelos y algunas lagunas que brotan desde su componente glaciárico, resguardan los peces que quedan. Debido a la sobreexplotación y al mal manejo de las cuencas, estas especies han aumentado su nivel de vulnerabilidad, al punto de estar en riesgo de extinción.

Incluso, estos problemas han llegado a permear zonas como la Ciénaga Grande de Santa Marta. Al ser parte del mismo complejo ecológico, existe una conectividad entre estas, pues la Ciénaga depende de la Sierra. 

“Ha habido una cantidad de cosas que están impidiendo que las aguas de la Sierra lleguen a la Ciénaga. Ese rompimiento está generando dificultades, pues para la Ciénaga que ya tiene tantos problemas por la vía que se construyó sobre ella para conectar las ciudades de Santa Marta y Barranquilla, se le suma este quiebre que aumenta su riesgo”, enfatizó Herrera.

El ecosistema está en peligro

La pérdida de las especies de la Sierra tiene un grave impacto ecológico, dada la gran cantidad de especies endémicas y que dependen del medio para su supervivencia. “La cacería, pérdida de hábitat y contaminación son algunas de las amenazas a las que se exponen. Esto lleva a la disminución de las poblaciones y por ende a la extinción”, advirtió Mónica Leguizamón, bióloga y consultora.

“Muchas veces en nuestro afán por construir, adecuar o mejorar nuestro entorno dentro de los sistemas naturales no tenemos en cuenta estas cosas y lo que hacemos es interrumpir el flujo de los grupos que antes convivían allí”, agregó Guerra. Ya que muchas especies dependen de sitios exclusivos en un entorno, esto representa a futuro un cambio importante en las dinámicas de los grupos presentes y en consecuencia mayor vulnerabilidad de las especies que dependan de condiciones específicas del hábitat y que ahora son alteradas.

El cambio climático está provocando un aumento gradual de las temperaturas en todo el mundo, y la Sierra Nevada de Santa Marta no es una excepción. Las altas temperaturas pueden alterar los patrones climáticos y desequilibrar los ecosistemas de montaña, lo que puede tener un impacto negativo en las especies de la región que están adaptadas a condiciones específicas de temperatura.

Hace poco más de 30 años la nieve cubría las grandes montañas del parque natural, mientras que hoy en día el área glaciar ha disminuido considerablemente. Según El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, el blanco manto que envolvía estos picos es apenas la mitad de lo que fue en los años 90, el panorama se transformó en montañas desnudas, de colores casi negros y grandes rocas.

No cuesta creer que el panorama parece más desalentador con miras hacia el futuro. Investigaciones consultadas afirman que por los grandes cambios que se han dado en el ecosistema, para el año 2035, la Sierra dejaría de ser nevada

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“También es importante destacar que aunque los ecosistemas se ven afectados por fenómenos naturales, parte de estos cambios son obra de la actividad humana”, detalló Guerra.

Este es el caso de la deforestación. Para el biólogo, esta es una actividad que puede estar promovida por varias causas: puede haber deforestación para el establecimiento de cultivos ilícitos, para hacer actividades de minería o, incluso, para hacer colonización de sitios en donde antes no había comunidades asentadas.

Aunque, mientras el cambio climático y la tala de árboles son de los mayores peligros para la Sierra, las comunidades indígenas también juegan un rol relevante. 

Activistas ambientales de la Sierra Nevada aseguran que “no se puede estudiar la naturaleza sin entender también la relación que tiene con los pueblos originarios”, pues una de las más grandes amenazas para la conservación de las especies es la pérdida del conocimiento ancestral, pues con ella también se pierde la capacidad de hacer producción sostenible y de hacer investigación y monitoreo propio.

¿Qué se está haciendo para prevenir el riesgo de la biodiversidad?

Las constantes iniciativas de protección animal que llevan un jaguar como logo no son gratuitas. Según WWF Colombia, a pesar de ser el único felino del género Panthera en el continente americano, el 50 por ciento de su hábitat original se ha perdido. Incluso, el felino ya se extinguió en El Salvador y Uruguay.

Así surge la propuesta Plan Jaguar Arhuaco que plantea diversas iniciativas ecosistémicas, productivas y socioculturales que responden a las principales necesidades de la población. Entre estas, recuperar el conocimiento ancestral, proteger la biodiversidad y contribuir a la mitigación del cambio climático.

Otra de las iniciativas es Herencia Colombia, que busca incrementar y mejorar los territorios ambientales estratégicos de Colombia con énfasis en Áreas Protegidas, corredores y paisajes. 

“La iniciativa es fundamental para la financiación y la sostenibilidad de una buena parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Se espera que entre los recursos destinados por la nación, iniciativas como Herencia Colombia y los proyectos de cooperación internacional, se puedan ir mejorando cada vez más esa gestión y revirtiendo la tendencia que hay en algunas zonas a la pérdida de la cobertura y de la integridad de las áreas”, dijo Carlos Mauricio Herrera.

Mientras la temperatura aumenta, los bosques se hacen más pequeños, y las fuentes hídricas se secan, el escenario para la fauna y flora de la Sierra se torna cada vez más desolador, con menos plantas, aves, anfibios y todo tipo de seres vivos. Estos cimientos que sustentan la vida del planeta, y proporcionan hábitats para innumerables especies pasan por su momento más crítico en la historia, y aunque no es posible colmar de nieve las montañas nuevamente, para sus líderes ambientales “no todo está perdido”.