El caballo criollo colombiano, el valor está en la raza

Jueves, 07 Mayo 2020 19:01
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Las características genéticas que determinan la buena figuración en la pista y el fuerte temperamento determinan que el semen de un caballo criollo colombiano puede llegar a costar hasta 40 millones de pesos. En el mercado ganadero, se destaca el toro Brahman.

Caballos finca La Francia||| Caballos finca La Francia||| Sofía Londoño|||
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La genética en los animales estudia la herencia biológica que se transmite de generación en generación. Algunos de los genes, por ejemplo, están encargados de determinar el color que pueden tener. En ocasiones, el animal puede parecerse más al padre o la madre o hasta tener características muy propias, resultantes de la mezcla. Y esos genes también son centrales para determinar el precio de venta del semen de cada raza, sea de toro, o de caballo. En el país, se destaca el Caballo Criollo Colombiano, cuyo semen cuesta hasta 40 millones de pesos. Esa raza es poseedora de características propias que se pueden ver en su fenotipo  (conjunto de caracteres visibles que un individuo presenta) y en sus movimientos, ya sea debido a la evolución genética o al trabajo de adiestramiento. Para la Federación Colombiana de Asociaciones Equinas (Fedequinas), el Criollo Colombiano está dotado de sensibilidad, fuerza, brío, velocidad y docilidad.

No solamente entre los caballos los genes son importantes. En el caso del Toro Brahman, que no es proveniente de Colombia, la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú (Asocebú) se ha encargado de mejorar su genética con adaptaciones nacionales específicas. Tanto el Caballo Criollo como el Toro Brahman son razas que se han vuelto únicas, valoradas y caras gracias a programas de evaluación y adaptación de su herencia biológica.

Casta, temperamento y buenas crías 

Un buen semental de un Caballo Criollo Colombiano conlleva en una imponente figuración en la pista, encrías saludables, fuerte temperamento y características reproductivas específicas, como el color, el tamaño y las proporciones. Existen actualmente cuatro tipos de esa raza, dos compuestas y dos sencillas: trocha y galope, trote y galope, trocha pura y paso fino colombiano, que se diferencian por la forma de andar del animal.

En Colombia hay 33.000 criaderos y en estos, según Fedequinas, se destacan cinco caballos por sus buenos puntajes en las competencias. Éstos han valorizado su semen, también llamado salto, pajilla o montada, que puede costar hasta 40 millones de pesos en el caso de caballos fuera de concurso, es decir, que ya no pueden participar debido a su excelencia. El precio del salto de un caballo que compite oscila entre un millón y cinco millones de pesos. El ranking lo encabeza el caballo Dulce Sueño de Lusitania con 2.578 puntos, seguido por: Mensaje de San Esteban con 1.159 puntos; Hermano Sol de Villa Milena con 1.244 puntos; Tormento de la Virginia y Onix con 910 y 712 puntos. Los puntos son determinados por la observación de los jueces en relación a características como la postura y el andar de los animales.

El Caballo Criollo Colombiano Atractivo de la Pirámide, de 35 meses y perteneciente al criadero La Piramide, fue campeón mundial en 2019. Foto: Franz Lagos, fotógrafo equino. @franzlagos

Lo que es más valorado en estos animales es el “derecho a la genética”, un término usado en el gremio quehace referencia al certificado de que los padres del animal son importantes y de casta. A pesar de los millones que puede costar el semen de un Caballo Criollo, se podría decir que en Colombia el servicio de los caballos y el derecho a la cría son económicos ya que en Estado Unidos hay caballos cuyo salto vale entre cinco mil y 20 mil dólares (aproximadamente entre 20 millones y 60 millones de pesos), destacan criadores.

 

Maracanazo del Maracana, 30 años. Criadero Maracana. Se dedicó netamente la reproducción por fenotipo, genotipo y calidad. Franz Lagos, fotógrafo equino. @franzlagos

 

Genética con adaptación local 

Entre los toros, Colombia es famosa por producir bovinos Brahman caracterizados por su color rojo. El reconocimiento internacional se produjo con la primera exportación oficial de esta raza a Costa Rica en noviembre de 2016, con el envío de 1.100 dosis de semen de tres toros: un Brahman rojo y dos grises. Estas fueron adquiridas por la empresa Genes Diffusion Tropical, responsable de la colecta, promoción y comercialización de este material genético.

De la pajilla del toro Brahman se pueden sacar 200 espermas y se puede ordeñar día de por medio, dependiendo de la demanda que tenga. El semen se puede encontrar normalmente desde los 100 mil hasta los 250 mil pesos. Sin embargo, hay pajillas de toros ya muertos, que han sido conservadas congeladas 20 años, que pueden llegar a valer entre seis y ocho millones de pesos. “Son casos muy excepcionales. En Estados Unidos hubo un Brahman rojo campeón. Se llamó Millonario y llegó a valer un millón de dólares [cerca de 4 mil millones de pesos] por su buena calidad”, cuenta el ganadero Diego Mejía. 

Ganado de tres meses de edad. Finca La Francia, Quimbaya, Quindio. Foto: Sofía Londoño.

 

En Colombia, Asocebú clasifica las vacas y determina características para mejorar la deficiencia genética, recomendando un novillo que las podrían complementar. “La selección hace que los animales vayan mejorando cada vez, pero muchas veces tantas mejoras pueden llevar a problemas. Hoy en día hay vacas Holstein que no son capaces de caminar y arrastran la ubre”, afirma Mejía. La genética en los toros se muestra dominante en relación a las vacas. “Se tiene una vaca de no tan buena calidad y se le pone un toro muy bueno. Para la segunda generación la mejoría es impresionante, pero para la quinta y la sexta se vuelve un poco más complicado, porque hay un animal de excelente calidad y hay que tener mucha precaución para saber qué es necesario mejorar debido a que lo que puede pasar a que tenga menos calidad, explica Mejía.

En el mercado tanto de equinos como de toros hay tipos de semen  clasificados para que den machos o hembras en un mayor porcentaje. “Por ejemplo, uno compra semen sexado para hembra, ahí ya han centrifugado el semen. Los espermas que van cargados con información femenina son pesados y se quedan en el fondo y los livianos [de los machos] se van hacia arriba”, afirma el ganadero Carlos Jairo Gómez, pionero en la transferencia de embriones en bovinos. Para el ganadero Mejía, el uso del semen sexado genera un 85 o 90 por ciento de probabilidad de menor viabilidad y menor capacidad de que salgan buenas  crías. También, el proceso es  tambien más costoso porque requiere que se repitan varias inseminaciones.

Ganado siete meses de edad. Holstein rojo, Finca La Francia, Quimbaya, Quindio. Foto: Sofía Londoño.

 

Otra similitud entre el mercado de los dos animales, tanto el Caballo Criollo Colombiano como el Toro Brahman, es su informalidad. El precio se determina por la raza y su valor pero también por lo que diga el dueño. A la persona que no le parezca el precio no lo compra. “Los caballos son gustos que se dan los ricos para hacer ostentación, si quiere un hijo de mi caballo, pague por el. Eso es un hobbie y en todas partes del mundo funciona así”, afirma Mejía.

Aunque para ninguno de estos animales el precio es fijo, es decir, no “tienen el precio en la oreja”, según Mejía, en el caso del Toro Brahman, por ser una especie certificada, hay más regulación. Para el Caballo Criollo, no hay un ente que controle el rango de valores. Álvaro Mesa, director técnico de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos Colombianos de Silla (Asdesilla), señala que los negociantes de los caballos en el país “están en el mundo equino por pasión”. Él agrega que ese mercado en Colombia tiene vestigios de informalidad más acentuados que en el gremio ganadero.

Tanto el caballo como el toro, tienen la finalidad el mejoramiento genético de las razas. El toro para que dé más rendimiento, mejore la raza y los márgenes de utilidad. En cuanto al Caballo Criollo, el mejoramiento genético y lograr que sean de más alto nivel en competencia, logrando la mayor calidad. Finalmente, es la satisfacción de los propietarios de que sus animales sean los mejores sementales.