Jeyson Monroy es un estudiante de Administración de Empresas de la Universidad Nacional a distancia y a sus 25 años es una de las principales cartas para una medalla de oro por Colombia en los próximos Juegos Olímpicos en  Londres de este año.

Este joven bogotano es el actual campeón centroamericano de boxeo en la categoría de 81 kilogramos lo que él considera su mayor logro, junto con el cupo alcanzado a los Juegos Olímpicos en el último mundial realizado en Azerbaiyán, donde fue el único colombiano que logró ubicarse en los primeros 10 lugares.

A los 12 años comenzó a entrenar y al graduarse de bachillerato ingresó en la Liga de Bogotá, alentado por su padre quien le argumentó que el boxeo “daba plata”, aunque confiesa sonriente que su padre se equivocó.

En su entrenamiento inicial no tuvo un trato especial, era uno más del montón en la Liga de Boxeo de Bogotá, que pagaba una mensualidad fija como cualquier otro joven deportista. “Tenía muchas ganas de aprender y así fue, “fui evolucionando en la liga, aquí aprendí boxeo y aquí fui campeón”, afirma jeyson mientras realiza su entrenamiento matutino.

La clave del éxito para él  es ser un deportista sagaz, astuto y atento a la hora del combate, no existe cabida para la inocencia ni la pasividad en el cuadrilátero. Para este personaje la definición de su disciplina es simple, “el boxeo se trata de estudiar al oponente,  estudiar cuáles son sus ventajas y desventajas, y sacarle provecho a sus desventajas”.

Monroy aclara que a pesar de lo que se piensa, este deporte de alto rendimiento no es salud, por el contrario su vida está llena de lesiones y maltratos en el cuerpo. Su exigencia física es de 200%.

A los seis meses de entrenamiento participó en su primer campeonato juvenil donde obtuvo un tercer lugar y al año siguiente celebró la medalla de oro. En el año 2007, logró su primer campeonato nacional, título que mantiene en la actualidad, además de varios campeonatos a nivel latinoamericano.

Aunque el boxeador bogotano vive su presente con entusiasmo y metas fijas a corto plazo como ganar un oro en los Olímpicos, tiene muy claro que la vida útil de un boxeador de alto rendimiento es más bien corta, piensa terminar su pregrado y continuar su récord en títulos universitarios para tener una estabilidad económica cuando el tiempo de boxear se acabe.