En Twingo, pareja viajera, por Latinoamérica

Sábado, 11 Abril 2020 12:01
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Judy Cardona y Juan Manuel Parra, con su proyecto Twingo Sudaca,  decidieron dejar la rutina y un trabajo estable con el propósito de recorrer América Latina juntos, después de catorce años de noviazgo, en un  Renault Twingo modelo  2008. Son dos colombianos enamorados de viajar y el reggae, llevan casi cuatro años en ruta por el continente encontrándose en este momento en Punta del Este, Uruguay.

Judy y Juan Manuel junto a su twingo|||||| Judy y Juan Manuel junto a su twingo|||||| www.twingosudaca.com||||||
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Podemos leer en su blog  “la idea es ganarnos la vida en el camino”  refiriéndose al sustento económico ¿En qué momentos ganarse la vida en el camino fue más difícil?

Nosotros sustentamos el viaje con fotografías, publicidad, venta de artesanías, entre otras actividades. Iniciamos con unos ahorros pero estos se fueron acabando y cuando llegamos a Brasil, en el 2016, la situación se complicó, las personas eran muy desconfiadas, debido al idioma explicarles nuestro proyecto era más difícil y vender o trabajar dentro del país casi no era permitido. Fue complicado porque no conseguimos trabajo, no vendíamos casi y duramos mucho en ruta por lo cual era más gasolina, comida, etc.

El término Sudaca es despectivo en España, ustedes dicen en el blog que independientemente eso ser sudamericanos los identifica y no tienen de qué avergonzarse ¿Les han realizados muchas preguntas y comentarios por esto extranjeros en su camino?

Sí, siempre nos preguntan sobre el nombre, sobre todo europeos o personas que han viajado a Europa. Al pensar el nombre del proyecto junto a mi esposa recordamos una banda de música que nos gusta mucho llamada Che Sudaka, los asociamos con el twingo y nos sonó bien Twingo Sudaca. Unos españoles realmente no podían creer que nos llamáramos así a nosotros mismo, debido a que para ellos es grosero; les explicamos nuestro pensamiento al respecto y lo entendieron.

Renunciamosyvivimos.com los mencionan en su blog  y comentan que ustedes se distinguen por llegar a la Isla Galápagos debido a ser un hecho poco registrado entre la comunidad de blogueros que autogestionan sus propios viajes.

Se debe a que es un destino muy costoso, los turistas vistos allí por lo general son europeos, estadounidenses, asiáticos ya jubilados y de dinero. Nosotros por casualidad o más bien por causalidad de la vida conocimos a un muchacho cerca a Quito que tiene un hostal en las islas y él nos ofreció el hospedaje sin pagar, facilitándonos también su cocina, lo cual nos ahorró en comida - que también es costosa - los pasajes a la isla  los conseguimos más económicos.

En otra entrevista también han dicho que suelen evitar ciertas carreteras debido al vehículo que poseen, ¿dónde recuerdan haber atravesado la peor carretera?

En Machu Picchu para llegar hay dos opciones por carretera o por tren, nosotros al ser viajeros de bajo costo decidimos irnos por carretera, llegando así en auto hasta lo permitido, luego tocaba caminar. Sin embargo, llegar hasta ese lugar es complicado, hay trocha, la carretera es delgada, a un lado estaba el precipicio y al otro la montaña que se desprendía debido al invierno. Además al coger una piedra con el carro, se daño la caja de cambios y llegamos solo utilizando primera y segunda.

Nuevamente en su blog aluden el gusto de los dos por el género musical del reggae, ¿qué canciones de este género les trae memorias sobre su viaje?

Nos gusta el reggae porque son canciones que indican libertad, vivir en paz, estar tranquilos, amar la naturaleza y eso nos identifica. En el camino uno va descubriendo nuevos sonidos que se convierten en canciones de ruta, no habíamos escuchado reggae en portugués y “Vamos fugir” tuvo un ritmo muy pegajoso volviéndose una de la preferidas en el camino, también nos encontramos con “Laguna Pai” un grupo de reggae peruano.

En medio de los destinos, la carretera y las complicaciones, ¿cuál ha sido la mayor dificultad que han tenido que afrontar como pareja?

Los inconvenientes se han dado a la hora de trabajar, no estábamos acostumbrados a trabajar en la calle y ahora ese es nuestro trabajo, vendiendo artesanías. Aunque nos gusta lo mismo en muchos sentidos y nos entendemos en el hogar a la hora de hacer sus labores, trabajar es diferente, en ese sentido Juan Manuel es muy cuadriculado y solemos querer hacer las cosas de una forma diferente, lo cual nos lleva a tener desacuerdos, pero nada que no se pueda manejar.

Después de todo el tiempo viajado, ¿qué los ha unido significativamente  como pareja?

Todo nuestro nuevo estilo de vida, estar alineados en ruta sin imaginarnos otra vez inmersos en una rutina, los dos queremos seguir viajando. Nos une la libertad que tenemos ahora, los proyectos que hemos llegado a imaginar y el amor a la aventura. Descartamos la posibilidad de vivir en Bogotá, aunque si queremos regresar a Colombia, pero a vivir en un lugar turístico y empezar a algún negocio que tenga relación con los viajes, alguna actividad donde esté inmerso el proyecto Twingo Sudaca. Igual queremos viajar más, el mundo es muy grande.

En el camino se han encontrado con otros viajeros, ¿cuál ha sido la mejor o las mejores experiencias junto a ellos?

Hay muchos viajeros y las rutas nos han hecho encontrar. En Perú, en la Reserva nacional de Paracas, vivimos en el desierto con otras familias y no teníamos nada aparte de lo que ya estaba dentro de nuestros carros, hicimos una comunidad muy bonita, entre ellos estaba viajando la vida y gateando américa. Los solemos recordar mucho y no hemos vuelto a encontrar esa comunidad. Ya solo quedamos nosotros en ruta. Recientemente, estuvimos con una comunidad viajera aquí en Uruguay, fue una semana donde todos estábamos en el mismo plan, haciendo comidas, hablando y yendo en las tardes a trabajar, nos ubicábamos todos en la misma zona para vender. Esos momentos son los que uno recuerda y valen la pena.

Al visitar tantos países y así mismo tantas culturas, ¿cuáles han sido los mayores retos culturales que han afrontado? 

En Brasil, el idioma, creímos que al menos al cruzar la frontera o en las zonas turísticas iban a hablar español, pero nos encontramos con que no les interesaba hacerse entender ni llegar a conocer el idioma. En el sur, Argentina y Uruguay, los WC que son similares a otro inodoro al lado del inodoro para limpiarse después de hacer necesidades, como colombianos no estábamos acostumbrados. Las personas de estos países  no podían creer que solo nos limpiamos con papel higiénico, ya que para ellos nos era precisamente  higiénico. Debido a que la idea es aprender, Juan Manuel intentó un par de veces utilizarlo sin tener buenas experiencias.

De las misma forma, en los países del sur nos ha costado un poco acostumbrarnos a sus comidas en sus respectivos horarios, prácticamente no desayunan solo se toman un mate, el almuerzo es muy suave y la cena es lo importante, comen mucho y tarde, como colombianos no estábamos acostumbrados a comer tanto de noche ni a que nos invitaran a asados a las once de la noche.

Para finalizar, cuéntenme un recuerdo, anécdota o historia que les mueva el corazón

Nosotros no hemos hecho voluntariado, pero conocimos a una mujer de alrededor de 65 años quien recorre el mundo haciendo voluntariados con animales, ella los ama, es vegana e incluso una vez un mono la agredió, en una reserva boliviana, le mordió la cara y tuvo que ser hospitalizada. En este momento, está en la India trabajando con animales, ella tiene una vocación muy bonita.

El blog de esta pareja viajera para los que estén interesados es el siguiente. Juan Manuel y Judy se encuentran en Punta del Este Uruguay, un amigo de la pareja les prestó una cabaña para descansar un poco. Sin embargo, ese poco, se convirtió en un tiempo indefinido debido a la cuarenta llevada a cabo por la mayoría de países a causa del COVID-19. Por el momento, actualizarán su blog y les gustaría empezar a monetizar en youtube, tanto las artesanías como el intercambio de trabajo no son una opción en estas circunstancias. El canal de youtube se llama Twingo Sudaca, en este se puede encontrar más detalles acerca de la pareja de aventureros que un día partieron de Bogotá sin pensar cuando regresar.