Honda: el pueblo pesquero que ahora le apunta al ecoturismo

Jueves, 23 Noviembre 2017 21:05
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Con esta iniciativa se espera que la gente tenga una salida a la crisis por la escasez en la pesca.

El Puente Navarro, construido por la San Francisco Bridge Company|El río Magdalena y al fondo el pueblo de Honda|Este Museo ha sido renovado para mostrar al público las tradiciones pesqueras de la región|||| El Puente Navarro, construido por la San Francisco Bridge Company|El río Magdalena y al fondo el pueblo de Honda|Este Museo ha sido renovado para mostrar al público las tradiciones pesqueras de la región|||| ||||||
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Honda es conocido como el pueblo de los puentes, muchos de estos se alzan sobre las aguas del río Magdalena. Desde su altura se pueden observar pequeñas embarcaciones con pescadores, quienes con sus atarrayas esperan tener suerte y completar para lo del día. El meollo del asunto es que la pesca ya no es abundante como antes, como lo fue en los años dorados.  La gente recuerda con nostalgia cuando un pescador se  podía ganar 1 millón de pesos en una hora. Es la caza indiscriminada de peces, la construcción de represas y el cambio climático lo que ha hecho que la cantidad de pescados por el Magdalena disminuya.

Para muchos este es “un pueblo sin futuro”, como lo afirma doña Maria Elmeida, quien vende pan de bonos en la plaza. Y es que aunque no todos en el pueblo se dediquen a la pesca, esta sigue siendo parte fundamental de la economía. Es decir, si esta señora no vende lo suficiente es posible que sea porque no llegaron muchos pescadores a ofrecer su producto a este sitio.

Sin embargo, no todo se puede quedar en tristezas, sino que hay que dar pie también a la esperanza. Don Fernando, a quien todo mundo se refiere como la “La Garza”, es el presidente de la Federación de pescadores del alto y medio Magdalena, y quien lidera el nuevo plan ecoturístico. Este pescador de vieja guardia, que ahora busca nuevos horizontes, explica que la iniciativa consiste en brindar al turista un recorrido histórico por Honda, no sólo por la parte terrestre sino también por la marítima. De este modo, la gente podrá tener un contacto directo con las aguas del Magdalena.

La idea es que este proyecto pueda llegar a dar unos mayores ingresos sin necesidad de ocasionarle un perjuicio al río, ese con el que los pescadores dicen tener una conexión especial. La Garza cuenta que quieren que también sea la misma gente quien se apodere del pueblo, que lo conozca, que reconozca sus calles y su historia. Explica, además, que de nada sirve que traten de atraer turistas si las mismas personas no conocen en dónde viven.

Dentro de este marco de apropiación del pueblo está también la búsqueda de una comida típica del lugar. Es así como don Carrisoza, quien también hace parte de la Federación, se puso a investigar cuáles eran los platos tradicionales en las familias pesqueras. Este hombre se encontró con que había recetas que se estaban perdiendo, pues a las nuevas generaciones ya no les agradan las mismas cosas. Es así como se pretende rescatar la culinaria del pueblo, que incluye desde un sancocho, hasta un chocolate de pescado.

Mateo Vásquez, estudiante de Sociología próximo a graduarse y quien ha trabajado en esta zona, cuenta que hay tres grandes retos en este proyecto. El primero es que los pescadores se pongan de acuerdo entre ellos en qué programa de ecoturismo quieren hacer, pues aún no hay un consenso claro. Segundo, entender que no todos van a querer cambiarse al ecoturismo, ya que hay un arraigo con el oficio de la pesca que es difícil dejar. Y tercero, que aún no se cuentan con los recursos suficientes, pues las instituciones gubernamentales no están articulando las propuestas de ecoturismo con sus planes de manejo de recursos del río. 

Hace poco la Federación logró que la Alcaldía les diera algunas lanchas especiales para el turismo, con sus toldillos y chalecos salvavidas incluidos. Sin embargo, el camino que les espera a este grupo de pescadores emprendedores aún es largo.