Desde pequeña, Nathalie Valbuena soñaba con dedicarse al diseño de modas. Dibujaba siluetas, recortaba telas y se imaginaba creando piezas únicas que hablaran por sí solas. Pero como ocurre con muchos sueños, el camino no fue directo: estudió Psicología, una carrera que también le apasionaba, pero que no le permitía expresarse creativamente como lo deseaba. Sin embargo, nunca soltó del todo esa vocación por el arte y el diseño.

Hoy, Nathalie lidera Amarilla, un emprendimiento que define como “arte portable”. Lo que comenzó como un proyecto en casa, impulsado por su esposo y su madre, se ha convertido en una propuesta sólida de moda local con sentido. Cada bolso que diseña y confecciona está inspirado en obras pictóricas originales, hechas por ella misma, con el objetivo de que quien lo lleve no solo vista un accesorio, sino una pieza artística y única. 

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Amarilla no solo representa la fusión entre arte y moda: es también una metáfora del proceso personal de Nathalie, quien aprendió a no renunciar a sus pasiones. Con sensibilidad, determinación y mucho color, especialmente con amor, transforma los cuadros en bolsos y las historias personales en inspiración creativa. Emprender es todo un reto, pero ella decidió hacer de su sueño un lienzo posible.

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