El amor en los tiempos del Tinder

Domingo, 19 Mayo 2019 00:23
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Los encuentros por medio de la aplicación son cada vez más frecuentes así sean para amistad, sexo o amor. Plaza Capital investigó sobre estos encuentros y sus repercusiones en relaciones estables surgidas de la llama roja

La media de los usuarios de la aplicación están entre 18 y 34 años, según Tinder.||| La media de los usuarios de la aplicación están entre 18 y 34 años, según Tinder.||| Jamer Alejandro Pinilla|||
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  • Coautor 1: Daniela Junco Rocha

¿Qué tan fácil puede ser conseguir pareja? Es una pregunta que sin duda es compleja de responder. Para algunas personas entablar una relación sentimental no les lleva mucho tiempo o esfuerzo, para otras puede suceder todo lo contrario.Lo que sí es cierto es que la manera para encontrar novio o novia  ha cambiado actualmente. Con sólo descargar una aplicación de citas, se puede conocer una infinidad de personas. Por ejemplo, en Tinder, con deslizar para el lado derecho o izquierdo de la pantalla, puedes aprobar o no el perfil de una persona y, luego, entablar un diálogo.

Según cifras de Tinder, en el  mundo se hacen 26 millones de ‘matches’ (es decir, cuando dos personas están interesadas en conocerse) al día. En Colombia se hacen más de 11 millones de ‘swipes’ (rechazos o aceptaciones) por día. Colombia se ha convertido en uno de los países más importantes de América Latina en el uso de esta plataforma, aunque no hayan cifras exactas de cuántas parejas ha formado en el territorio. A pesar de que el uso de la aplicación pueda parecer efímero y muchos la usen para citas ocasionales, hay quienes han encontrado el amor por Tinder.

Tres parejas de jóvenes entre 19 y 24 años compartieron su historia de amor sin revelar sus nombres reales, para saber, más a fondo, cómo es enamorarse tras un primer contacto a través de la aplicación.

 

Amor en la distancia

Mateo, un joven de 23 años,  comenzó a usar Tinder por curiosidad, vio con intriga cómo sus amigos se entretenían con la aplicación del fueguito fucsia, así que decidió descargarla con la expectativa de qué tipo de personas iba conocer allí. No tenía la intención de formar una relación sentimental, solo estaba abierto a la posibilidad u oportunidad que se le presentara.  

Ágata, una adolescente de 19 años, también descargó Tinder por curiosidad, una de sus amigas más cercanas la estaba usando y ella se antojó. Le parecía divertido y diferente chatear con personas que no conocía y cuando vio que hacía ‘match’ con chicos que le parecían guapos, se emocionó mucho más con la app.

El 20 de mayo de 2018,   Mateo y Ágata hicieron ‘match’. Fue él quien primero dijo hola y  luego comenzaron a hablar de cómo le había ido al otro en su día, como si se conocieran desde hace ya un tiempo. Luego, tras  un par de días, Mateo le pasó su número a Ágata. Al instante, ella lo agregó y su conversación continuó por Whatsapp. El uno estaba encantado con el otro, hablaban de cualquier tema que se les ocurriera: comida, deporte, música, familia, estudios, etc. Parecía que su forma de pensar y ver la vida era muy parecida y esperaban con ansias el día siguiente para volver a contactarse.

Mateo vive en Chía y Ágata en Bogotá, por lo que encontrarse parecía no ser una tarea fácil. Cuando ella tenía tiempo libre, él estaba ocupado y viceversa. Luego llegó junio. Con las vacaciones de mitad de año, ella tenía que viajar a Tunja, donde su familia  reside. Ambos querían conocerse personalmente, pero a la vez tenían miedo de que esa persona con la que hablaban día y noche por Whatsapp, no fuera quien decía ser.

Su encuentro frente a frente fue hasta después de que ella regresó de vacaciones en julio. Antes  de que sucediera, Mateo dejó de escribirle en dos oportunidades, él pensaba que entre ellos dos no iba a suceder algo, y menos si ella estaba lejos. Parecía que las ilusiones se iban apagando, que los deseos de conocerse iban cayendo. Pero Ágata insistió y cada vez que él le dejaba de escribir, ella volvía a intentar. No quería dejar pasar la oportunidad de conocerlo.

Por fin, el 18 de agosto se encontraron en un centro comercial en Bogotá, su alegría era innegable y su primer abrazo fue anhelado. Pasaron casi dos meses para que su primer encuentro se pudiera dar. Tanta fue la química que sintieron que, ese mismo día, se besaron por primera vez y caminaron agarrados de la mano, como dos enamorados. Tan solo una semana después de verse por primera vez, se hicieron novios; ya se trataban como  una pareja. El 26 de agosto del 2018, oficializaron su relación sentimental.

Actualmente, la relación  lleva 8 meses, pero no ha sido sencillo mantener el noviazgo, debido a la distancia. Además, los padres de Ágata no querían que ella tuviera una relación sino hasta que terminara sus estudios universitarios y han criticado su noviazgo con Mateo. A pesar de todo, tienen planes a futuro, quieren vivir juntos y cada día luchan por mejorar el vínculo que los une.

 

De la aplicación al evento familiar

Stefania  y Augusto, jóvenes de 19 años,  llevan 1 año y 3 meses en relación y nunca pensaron que una aplicación con miles de personas sería la intermediaria para que el amor surgiera entre ambos.

Stefania creó su perfil en tinder por la influencia de un par de amigas que, según ella, les había ido bastante bien en citas con algunos hombres. Varios fueron los matches que obtuvo, sin embargo, muchos buscaban encuentros casuales o simplemente intercambio de imágenes y mensajes sexuales. Para ella era algo desalentador.

Augusto, por su lado, no conocía a profundidad la aplicación, simplemente había escuchado testimonios de sus amigos, los cuales conocieron chicas lindas. En algunas de las citas de sus amigos la habían pasado bien, en otras, un total fracaso. Augusto decidió descargarla y ver que pasaba.

Muchos de los usuarios de la aplicación se detienen a leer el mensaje que algunas personas colocan en su perfil, así como sus canciones predilectas y algunas imágenes que los definen. Augusto simplemente deslizaba a su derecha, aceptando a las chicas que le aparecian en la aplicación, para asi despues escoger a quien hablarle. Una de ellas fue Stefania.

Algunos hombres con los que Stefania habló, por el contrario, incluyeron temas con los que ella simpatizaba bastante y llegaron a conformar una buena amistad. El match con Augusto fue el que sin saberlo le interesaria mas. En su encuentro conversaron sobre bastantes temas entre ellos, las ventajas y desventajas de sus carreras, sus hobbies y aspiraciones en el futuro. Ambos quedaron encantados y quisieron seguir conociéndose.  

Conversaciones de  largos párrafos y memes llevaron a que iniciara  un sentimiento más allá de una simple amistad. Los meses pasaban y cada vez más,  tanto para Stefania como para Augusto, la cercanía y confianza se intensificaban. En la mente de ella  rondaban varios interrogantes: ¿es algo serio? ¿Debemos formalizar la relación? ¿Querrá el que sigamos como estamos o que demos el siguiente paso y seamos oficialmente novios?

Las respuestas no se harían esperar, pues Stefania decidió preguntarle a Augusto. Con sinceridad él le explicó el bienestar que sentía al estar con ella, pero sus trabajos de universidad y otras preocupaciones no le permitían dar el paso a darle el sí al noviazgo. Para él debían esperar y lograr que la carga universitaria y social les abriera un espacio para  momentos juntos.

Stefania quedó confundida, no entendía porque Augusto dudaba tanto sobre su relación. Hubo peleas y enfados. Después de un tiempo, ella  decidió seguir con él sin preocuparse por lo que pasara en el futuro. El día de su cumpleaños fue uno de los momentos más importantes para los dos. Stefania presentaría a Augusto a su familia.

Ella estaba nerviosa, pues hacía ya varios años que su familia no conocía a algún novio. Stefania  prefería mantener sus relaciones ocultas hasta el momento en que se volvieran serias y estables. Augusto, por su parte, estaba agobiado y temía no ser aceptado. Los dos la pasaron muy bien ese dia y reafirmaron su cariño.

Así, hoy en día llevan su relación en medio de las dificultades de acumulación de trabajos de sus respectivas universidades, el poco tiempo que les queda para verse y hablar sobre sus problemas y glorias. Aún no deciden que son, pero lo único que les interesa es ser felices el uno con el otro.

 

Alitas de pollo

En este caso es poco el tiempo que llevan juntos, pero según ellos han ocurrido bastantes cosas que los hace considerar como una pareja. Esta es la historia de una joven en busca de un compañero de aventura y un hombre solitario que no entiende del todo cómo una chica entró en su corazón para quedarse allí.

Era el mes de noviembre del año 2018 cuando María se cansó  cansada de los infortunados intentos con hombres de la aplicación que llenaron sus expectativas, pero resultaron muy distintos a ella. El match con un hombre que le llevaba unos años le sorprendió, pues no había salido con hombres con los que tuviera una gran diferencia de edad.

Juan, un hombre de 25 años, llevaba un año sin tener una relación seria. Diversos encuentros y conversaciones  con algunas mujeres lo acompañaban ciertos días. Para él, no era suficiente, no encontraba a la cual contarle sus preocupaciones y celebraciones. El 11 de noviembre del 2018 llegaría esa persona que marcaría una sonrisa en su rostro por los siguientes 5 meses.

María, al encontrarse decepcionada por las fallidas citas anteriores, en varias ocasiones había cerrado y desinstalado la aplicación de su celular. El encuentro con su mejor amiga sería la pizca de curiosidad que la llevaría a volver a intentarlo. En un principio, solo revisaba la aplicación en su computador y lo hacía en las tardes o noches después de los trabajos y clases de la universidad. Al momento de hacer match con Juan decidió revisar las notificaciones de su chat con él más seguido.

Un mes duraron en conversaciones por la aplicación y por Whatsapp. La intriga por conocer dos perritas cocker que tenía Juan fue el detalle que impulsó a María a agregarlo y conocer mas de el. Si bien desde un inicio hubo gran química entre ambos, los temas en sus charlas eran muy variados, desde deportes como el baloncesto, el favorito de Juan, hasta  mascotas. María adora los gatos y Juan los perros. Esta situación llevaría a sus sobrenombres de pareja: Cachorrito y Gatita respectivamente.

La ansiedad por su primer encuentro fue evidente en cada uno. El gusto por las alitas de pollo fue lo que acordaron para la primera vez que se conocieran en persona. Ella en su intento de arreglar su cabello, maquillaje y vestuario y él en hacerla reir a cada momento y evitar los silencios incómodos. Ese día almorzaron juntos y contaron distintas anécdotas. Tanto él como ella deseaban rozar sus labios y sellar su atracción y cariño. Después de un beso intenso, él la llevó a una serie de árboles iluminados por la víspera navideña. La condujo entre ellos apoyándose en su espalda y simulando ser una carroza.

Desde ese día hasta hoy han enfrentado algunos altercados, sin embargo, a la segunda cita, el dejó claro que buscaba una compañera seria a la cual pudiera contarle sus secretos y compartir muchos momentos. Ella sabía que con él podría tener la relación estable que había buscado tiempo atrás.

Las tres parejas tienen historias de amor diferentes y se diferencian en el modo en cómo cada uno ha llevado su relación. Cuando se conoce a una persona por Tinder, hay riesgos de que la otra persona termine siendo quien no dice ser o que los intereses que tienen no sean los mismos. Pero estas parejas encontraron el amor, después de tener citas con otras personas e intentos fallidos, tras un “match” duradero.