El gimnasio XL que se quedó sin tallas grandes

Lunes, 25 Marzo 2019 15:30
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Tres años después de haber sido creado con la idea de acoger personas con sobrepeso, las medidas de sus clientes cambiaron.

XL Gym nació como un gimnasio para personas con sobrepeso en el 2016. Hoy es un gimnasio para todos los gustos y tamaños||| XL Gym nació como un gimnasio para personas con sobrepeso en el 2016. Hoy es un gimnasio para todos los gustos y tamaños||| Graciela Curiel|||
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  • Coautor 1: Graciela Curiel

Durante el año 2016 el auge de las redes sociales entró en su punto más álgido. Miles de imágenes bombardearon a millones de personas alrededor del mundo a través de Instagram, Facebook y Twitter. Poco a poco, las esculturales figuras de tonificados modelos se colaron a través de los ojos de miles de espectadores alrededor del mundo, formando en ellos el ideal de un "cuerpo perfecto". Desde adolescentes hasta adultos recibieron estas imágenes en sus teléfonos en cuestión de minutos pero, irónicamente, en Colombia más de la mitad de la población adulta padecía de sobrepeso para aquel año.

En este contexto, la empresaria bogotana Ludy González creó el XL Club, un gimnasio exclusivo para gordos. La idea inicial era sencilla y atrayente, pues sería el lugar de acogida para las personas con sobrepeso que no se sintieran cómodas en un gimnasio. Así como había gimnasios exclusivos para las mujeres, considerando que se sentían acosadas en los gimnasios mixtos, González decidió aplicar esta lógica en la población con sobrepeso. Pues consideraba que muchas de ellas abandonaban el entrenamiento durante las primeras semanas por vergüenza a su aspecto.

 Instalaciones del Gimnasio Xtreme Life en la carrera 127 en Bogotá. Foto: Graciela Curiel

 

Por aquella época el gimnasio contaba con una sede principal en la calle 106 que poseía máquinas adaptadas para los clientes y una serie de programas creados especialmente para ellos. Al entrar, se le hacía un examen físico al cliente teniendo en cuenta su IMC (índice de masa corporal). Luego, este pasaba a las manos de un nutricionista para finalmente trabajar con el entrenador del lugar sobre sus objetivos personales físicos y emocionales. Puesto que, a través de la comodidad que les generaba el lugar, algunos clientes pudieron enfrentar las heridas emocionales derivadas del acoso que sentían frente a su cuerpo.

"Me hacían matoneo por mi figura y se burlaban de mí porque yo siempre he sido gordita", explicó Juliana Barreto, una estudiante de Derecho que por aquella época contaba con 20 años y acababa de ingresar al centro deportivo. Barreto ingresó al gimnasio para adoptar un estilo de vida más saludable y feliz. Aún más, para ella su vida "comenzó en este gimnasio", pues había encontrado un lugar donde "se sentía libre y cómoda". 

Un cambio de necesidades

Tres años después, el equipo de Plaza Capital decidió visitar el curioso gimnasio. Sin embargo, este no sólo había cambiado de localización principal, de la calle 106 con 31 a la 127D con 70C, sino de nombre. Y aunque aún contenía las siglas XL, estas ahora se traducían en Xtreme Life. También, las instalaciones del complejo se podían haber confundido con las de un gimnasio ordinario. Pues, si bien aún poseían algunas máquinas para personas con sobrepeso, estas se perdían detrás de las personas delgadas que estaban en el lugar. ¿Qué había pasado?

 

Xtreme Life se convirtió en un gimnasio que cuenta con toda clase de programas y máquinas para toda clase de público. Foto: Graciela Curiel.  

 

Joaquín Pereira, entrenador del gimnasio, comentó que en el 2018 las “necesidades de los clientes habían cambiado” y que, aunque aún poseían las máquinas especiales y atendían a personas con sobrepeso como dos clientes jóvenes que entrenaban regularmente en el lugar habían incluido una serie de programas para todos los gustos y tamaños. Esto debido a que algunas de las personas de tallas grandes que vieron nacer el lugar, ahora traían una talla diferente.

En la actualidad, Xtreme Life sigue ofreciendo al público un entrenamiento fuera de lo común en el que se espera ayudar a la persona no sólo física, sino, moralmente. “En los gimnasios tradicionales el cliente pierde grasa y, a la larga, queda con la piel despegada del músculo. Acá intentamos que la persona pierda grasa, pero a la vez pueda usar su ropa normal y no quede acomplejado”, afirmó Joaquín.

Y tal como en el caso de Juliana Barreto, las motivaciones de los nuevos clientes siguen persiguiendo un estilo de vida más sano. "No voy a quedar como una modelo, pero me hace feliz el venir", contó Camila Rojas, una estudiante de mercadeo que empezó a ir al gimnasio como un objetivo personal de año nuevo. "Con toda la presión de las redes sociales, uno olvida que no tiene que ser perfecto sino estar sano".

Así mismo, este gimnasio intenta mantener el espíritu que lo vio nacer tres años atrás. Ha acompañado el reinado curvy de Colombia y en sus paredes aún hay imágenes decorativas de la clase de primer público al que abrió sus puertas. Si bien en las redes sociales promocionan cuerpos tonificados y la mayoría de las personas que están en él no tienen sobrepeso, sigue siendo un gimnasio para todas las tallas y tamaños.