Extranjero dicta clases de inglés gratis a habitantes de la Candelaria

Jueves, 01 Octubre 2015 02:32
Escrito por

Después de 30 años dedicado a los negocios en Estados Unidos decidió ser profesor en Colombia El estadounidense Derek Manier imparte clases de inglés gratis para personas de bajos recursos desde enero de este año en Arte y pasión, un café ubicado en el Centro de Bogotá.

||| ||| Foto: Laura Álvarez F|||
2382

El estadounidense Derek Manier imparte clases de inglés gratis para personas de bajos recursos desde enero de este año en Arte y pasión, un café ubicado en el Centro de Bogotá.

La ciudad capitalina ofrece varios espacios para reforzar el inglés de forma gratuita. Sin embargo, la mayoría son pensados para jóvenes universitarios que visitan bares, como Candelario y la Villa, para entablar conversaciones con extranjeros. En Arte y pasión, los 50 estudiantes que asisten a las clases de lunes a jueves, de siete y media a nueve y media de la noche, tienen en promedio 40 años, gran parte de ellos viven en el Centro y trabajan informalmente. (Lea también: Aprenda idiomas rumbeando).

Álvaro Villegas, un estudiante de 52 años que vive en Los Mártires, se dedica a realizar mandados que consisten en pagar servicios, arriendo o internet. Cuenta que las clases le han ayudado a cumplir mejor con su trabajo y a conseguir nuevos clientes pues ahora ayuda también a extranjeros que se quedan a vivir unos meses en el Centro. “El interés mío por el inglés, más que todo, es por leer libros, por leer folletos, por leer, por ejemplo, prensa. Pero lo más importante es que he podido comunicarme con estadounidenses que me pagan para que yo les haga favores”, afirma Villegas.

Plaza Capital conversó con Derek Manier para saber qué lo motivó a comenzar las clases y a cambiar su viejo estilo de vida norteamericano.

¿Por qué decidió venir a Colombia?

Yo tenía muchos clientes en Estados Unidos. Yo vengo de Boston. Por 30 años fui Gerente de construcciones y hace cuatro años decidí cambiar de profesión, por lo que me certifiqué como profesor de inglés y empecé a enseñar en un colegio para extranjeros. Probablemente, la mayoría de mis buenos clientes eran de Colombia y Brasil, y yo quería vivir en otro país. Escogí Colombia porque hace muchos años aprendí un poco de español. Recuerdo que estudié también francés, italiano y latín, por lo que entendía la estructura de los idiomas romanos, entonces el español me resulta más fácil que el portugués.

¿Qué lo motivó a comenzar a dictar estas clases?

Yo vivo en el Centro y empecé a observar lo que yo creo, es injusticia. Veo mucha gente joven trabajando en la calle, sin ir al colegio. Tengo varios amigos y por ellos sé que la educación no es accesible para las personas que no tienen dinero entonces quería hacer algo para ayudar. Este es solo el primer paso. Eventualmente, quisiera tener un colegio que enseñe otras materias aquí en el Centro, como Historia colombiana y Finanzas personales. Las personas podrían aprender a tener control sobre su dinero. Se trata de ayudar a la gente en su vida cotidiana.

¿Cuál considera que es la importancia de aprender inglés?

Durante los dos años que he estado aquí trabajando con grandes empresarios de Bogotá he logrado entender que muchas compañías norteamericanas y europeas están cada vez más interesadas en esta ciudad por su geografía y estabilidad. Y sé que las personas tienen mayores oportunidades de trabajo si tienen algún dominio del inglés. A muchos de mis clientes les dicen que tienen que aprender inglés o no les pueden garantizar su trabajo en el futuro.

Arte y pasión es un café bastante exclusivo y reconocido. ¿Cómo logró que le brindaran este espacio para dictar las clases?

Porque el dueño del café, el señor Antonio, es mi amigo y tiene una fundación para personas jóvenes. Los entrena para ser baristas y camareros, y dedica mucho de su tiempo a ayudar a las personas. Yo estaba tratando de encontrar un lugar aquí en el Centro, pero nadie me quería ayudar. Fui a la iglesia y a varios lugares. Yo decía “lo único que necesito es un lugar”. Luego Antonio, por lo que yo doy clases también en su fundación, me dijo “aquí tienes mi café”. Entonces somos como hermanos porque su ambición es similar a la mía: ayudar a la gente.

¿La mayoría de sus estudiantes viven en el Centro?

La mayoría sí, ésa era mi ambición. Aunque también hay una mezcla. Varios trabajan en la gobernación y ven una oportunidad gratis. Pero creo que también es bueno porque permite que las personas se mezclen, cosa que no es muy usual en Bogotá. Si vives en estrato seis, no te juntas con los de estratos bajos, excepto con las personas que trabajan en tu hogar.

¿Cuál cree que es la principal razón por la que las personas no se interesan por el inglés?

Es chistoso, porque algunos de los estudiantes no han asistido al colegio por 30 años. Además, aquellos que sí han tenido la oportunidad de estudiar no aprenden lo suficiente porque no hay consecuencias si no lo hacen: realizan los exámenes, logran aprobarlos y luego lo olvidan. Una cosa que me molesta de Colombia y de la injusticia es que muchas personas aceptan su vida, aceptan lo que les ha pasado, aceptan el hecho de que no pueden ir al colegio. Y para mí eso es una tragedia, para mí tú siempre puedes mejorar tu vida.

¿Considera que las conversaciones que se entablan en bares entre extranjeros y colombianos son también buenos métodos de aprendizaje?

Los jóvenes que viajan alrededor del mundo y que tienen por lo general entre 23 y 24 años, se esfuerzan por ser buenos pero son muy rígidos. Yo prefiero no decirles a mis estudiantes qué no saben, sino hacerles ver lo que sí saben. Los profesores jóvenes solo repiten “incorrecto, incorrecto”, y hacen que quienes están interesados en aprender pierdan la confianza.