Lectura familiar: la apuesta para superar los bajos niveles de lectura en Bogotá

Jueves, 07 Abril 2016 07:13
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El primer y tercer viernes de cada mes, la Fundación Rafael Pombo en convenio con la Biblioteca Luis Ángel Arango, ofrecen gratis la actividad Leamos juntos: lectura desde la primera infancia, con el propósito de enseñar a los padres la forma adecuada de leer a los niños desde que son bebés.

Lectura-familiar|||| Lectura-familiar|||| Fotografía: Creative Commons||||
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Leamos juntos: lectura desde la primera infancia, surge ante la necesidad de responder las necesidades particulares de psicológicas y cognitivas propias de la primera infancia. La Hora del cuento, una jornada de lectura que se venía ofreciendo por parte de la Biblioteca Luis Ángel Arango, ocupaba el rango de edades de 0 – 12 años, pero se observó que los más pequeños no encontraban el material y la atención acorde a sus características, haciendo que este año se dejara la hora del cuento para edades de 6 -12 años, surgiendo así este nuevo espacio, pertinente para las edades de 0 – 5 años.

Con la orientación y organización de Joan Salgado, Analista de Servicios al Público de la Biblioteca Luis Ángel Arango, padres con sus niños de los 0-5 años se reúnen en las instalaciones de la Fundación Rafael Pombo para leer y aprender cómo integrar los libros y la lectura en la cotidianidad de la familia.

En las instalaciones de la Fundación Rafael Pombo, un espacio adecuado para los bebés, materiales acordes a sus características como libros de tela, plástico y cartón, también se da indicación para el tiempo de lectura familiar en casa. Los pasos esenciales son: que el niño este en el regazo de los padres mientras se lee el libro, que las historias contenidas en los libros sean cantadas con entonaciones dinámicas y que varias de las acciones contenidas en los libros sean replicadas en los niños a modo de juego.

Adicionalmente, estas iniciativas corresponden a la necesidad de fortalecer la lectura en niños y jóvenes, donde la familia juega un papel relevante en este proceso. Como explica Salgado, “es que el libro no es lo mismo si lo lee en compañía del papá, pues es quien te modifica ese dispositivo para que cobre sentido en su cotidianidad, que esa lectura te da tiempo de calidad, por la relación afectiva y los procesos cognitivos, que le otorgan a los niños”.

Al respecto, Stefany Garzón y Héctor Ríos, asistentes a la actividad y padre de un niño de tres años, afirman que “es muy importante que se abran este tipo de espacios, no solo para los niños sino para que como papas podamos aprender el cómo realizar esas actividades con ellos. A veces uno lee por leer en las noches, pero no sabemos cómo hacerlo, y ese cómo es el que llena de sentido pues muchas de las actividades que ellos realizan”.

Además de buscar fomentar e incrementar los hábitos de lectura de jóvenes y adultos, se busca fortalecer las competencias lectoras por medio de leer en familia desde los primeros años de los niños, pues dice Salgado “cuando los papás, que son la voz y quien representa la seguridad, son quien te lee y si desde pequeños tienen un acercamiento a los libros, la lectura es un proceso que fluye, es espontáneo y leer no será un esfuerzo”.

Entre las iniciativas por superar los bajos niveles de lectura y fortalecer los a los nuevos lectores, como ya se mencionó, se encuentra La Biblioteca Luis Ángel Arango y sus doce clubes de lectura; por parte de la alcaldía de Bogotá, desde 1998 existe el programa de red de bibliotecas públicas de Bogotá Biblored y respecto a entidades privadas se pueden encontrar la Fundación Rafael Pombo y la Fundación para el Fomento de la Lectura, Fundalectura.

De acuerdo con la Encuesta de Consumo Cultural 2014 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, los niveles de lectura en el país son bajos, en la medida que según de la población de 12 años qué saben leer el 48,4 % leyó libros en los últimos 12 meses y el 52,6 % no leyeron en el último año. Las razones que argumentan su lectura fueron: gusto, por desarrollo personal, exigencia del estudio, por cultura general, entre otros. Donde el motivo más recurrente fue por gusto con un 75,0 %. Por otra parte, los motivos para no leer fueron: falta de interés o gusto por la lectura, carencias económicas, escasez de tiempo, priorizar otras actividades o preferir periódicos y revistas antes que libros; la más recurrente fue por falta de interés o gusto por la lectura con un 55,9 %.