“La verdad es acercarse a una realidad compleja teniendo en cuenta múltiples voces", Petrit Baquero, experto en narcotráfico en Colombia

Lunes, 13 Abril 2020 19:51
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Petrit Baquero es una de las personas que más ha investigado el narcotráfico en Colombia. Ha realizado investigaciones en territorios como la zona esmeraldera de Boyacá y desarrolló un importante trabajo documental sobre Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, antiguo lugarteniente de Pablo Escobar. Baquero es, entre otras cosas, un apasionado por la música, la misma que inspiró su interés por el narcotráfico. A continuación, Baquero nos habla sobre la relación entre crimen y conflicto y arte y cultura, además de proyectar su papel como investigador dentro del proceso de esclarecer hechos violentos, ilegales o polémicos.

 

Petrit Baquero||| Petrit Baquero||| Daniela Clavijo Fonseca|||
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Petrit Baquero es politólogo e historiador de la Universidad de los Andes y autor de La nueva guerra verde y El ABC de la mafia. Es miembro de la Dirección de Conocimiento de la Comisión de la Verdad y durante años se ha enfocado en la investigación social del narcotráfico en Colombia.

¿Cómo nació el interés en el tema del narcotráfico?

Ese tema me llamó mucho la atención desde que era niño, desde que oí Pedro Navaja y me fasciné por esa historia de bandidos. Yo asociaba a esos personajes de las canciones y de las películas con personajes reales, por ejemplo, a mí Pedro Navaja se me parece mucho, en su descripción de la segunda estrofa, a una foto de Gonzalo Rodríguez Gacha, conocido como El mexicano. Como era algo que siempre me había llamado la atención y me volví gomoso del tema, me sabía todos los chismes y los datos, y pues claro, es como el niño que desde chiquito habla inglés o un idioma extranjero, lo habla natural.

¿Qué es la música para usted?

La música es un alimento para el espíritu, la música siempre estará presente en todo lo que hago. He trabajado propuestas en donde el arte es la metodología fundamental, sobre todo la música. Entiendo la música como un método efectivo para que las ideas, las propuestas y los planteamientos sean asimilados con mucha más efectividad que cuando uno da un discurso que a veces se torna aburridor y jarto. Creo que la música nos toca el corazón, no solo la cabeza.

¿Están relacionados el crimen y el conflicto con el arte y la cultura? Si lo están de qué manera lo están.

Todo se relaciona, si hay violencia la música refleja esas realidades de una forma u otra, pues el arte refleja el contexto histórico social que se vive. Todo arte para mí es político porque, así no lo pretenda ser, todo arte expresa una forma de entender la realidad, de relacionarse con los demás y de criticar, ignorar o defender un sistema de vida. Entonces, muchas veces el arte que se hace desde arriba, y que pretende quitar conciencia de muchas cosas, es un arte que responde a ciertas dinámicas de esas realidades que se viven, tal vez ignorándolas o tal vez reproduciéndolas de manera consciente. Por supuesto existe un arte que es mucho más valioso y que no es mero entretenimiento, es aquel que actúa como cronista o narrador de los sucesos que se están viviendo, por eso el arte popular es tan interesante. Pero el arte en todas las expresiones siempre se va a ver afectado por el contexto que se viva, porque somos producto de la realidad histórica, social, económica, cultural y política que vivimos.

Usted se dedica a esclarecer hechos y situaciones violentas o ilegales, ¿por qué?

Todo este tema de la violencia y el narcotráfico nos ha afectado a todos de una forma u otra. Por ejemplo, en la época de la guerra de los carteles de la droga hubo una bomba a dos cuadras y rompió los vidrios de este apartamento. El ABC de la mafia se lo dedico a Julio Daniel Chaparro y a Gerardo Arellano Becerra que eran dos amigos de mi papá a los cuales asesinaron. Julio Daniel Chaparro era un periodista de El Espectador que fue a investigar la masacre de Segovia-Antioquia, lo mataron porque allá el que iba a preguntar y no se sabía identificar lo mataban sin preguntar. Y Gerardo Arellano era un gran amigo de mi papá que murió en el atentado aéreo del vuelo 203 de Avianca. Esas muertes me impactaron bastante porque eran personas cercanas a las que de pronto mataron porque sí. En esa época muchos nos acostumbramos a que ocurrieran cosas terribles, a que murieran, no solo seres queridos, sino figuras públicas.

La situación de violencia en Colombia ha sido terrible. Piensa en la muerte de 5000 integrantes y simpatizantes de la Unión Patriótica, así como en el asesinato de dos candidatos presidenciales de este mismo partido. Mataron a Luis Carlos Galán, mataron al Ministro de Justicia Lara Bonilla, al Procurador Carlos Mauro Hoyos, a exministros, a jueces, a policías y a gente del común en las masacres de los pueblos. Es un tema al que vale la pena acercarse con seriedad y con responsabilidad.

Siendo usted miembro de la Comisión de la Verdad, ¿qué es la verdad para usted? ¿Es posible conocerla?

Yo creo que hay muchas verdades. Decía Willie Colón en una canción que todo es según el color del cristal con el que se mira, y es cierto. Pero también creo que en un asunto tan álgido como el conflicto armado si es posible acercarse a una verdad, no absoluta, pero sí una que dé cuenta de por lo menos una mirada amplia, compleja y respetuosa de los hechos, sucesos y procesos que han acontecido en este país a lo largo del tiempo. En esta medida, la verdad es eso, acercarse a una realidad compleja teniendo en cuenta múltiples voces, sobre todo aquellas que han sido silenciadas o que no han sido escuchadas, estas voces también tienen muchas cosas que decir.

¿Cuál es la experiencia más memorable que ha experimentado en su proceso de investigación, bien sea durante una indagación independiente o institucional?

Yo podría hablar de dos cosas, la primera vez que visité a Popeye y la experiencia que tuve con un supuesto profesor de Oxford, o de Cambridge, no recuerdo, que vino a hacer un trabajo académico en la zona esmeraldera de Boyacá. Comencemos con la primera vez que visité a Popeye, cuando comencé a hablar con él me di cuenta de que era una persona coherente, exageraba algunas cosas, pero era coherente con lo que decía. Para mí fue muy importante que una persona como él me dijera que yo sabía mucho sobre el tema y que lo había respetado porque había llegado muy bien preparado a la entrevista y porque le había hecho unas preguntas que nadie más le había hecho.

Lo segundo, la experiencia que tuve con este supuesto profesor que vino a hacer un trabajo académico en la zona esmeraldera, resultó que su trabajo era para una gigantesca empresa minera multinacional. Quedó claro que su objetivo no era académico, sino económico. Eso fue memorable en el sentido de que me enseñó a ser menos crédulo y a darme cuenta de que no todo lo que brilla es oro, también hay mucho oportunista, mucho avivato y mucha gente que busca sacar el conocimiento que uno tiene para su lucro netamente personal y no para hacer un aporte al conocimiento de todos.