Estudiar en la Universidad en Colombia: ¿un derecho, un lujo o una simple quimera?

Martes, 01 Diciembre 2020 09:34
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Para nadie es un secreto que el acceso a la universidad para muchos jóvenes colombianos no es una opción, aunque existen alternativas  tecnológicas e iniciativas bien intencionadas sobre el papel del SENA o de Icetex, lo cierto es que, en Colombia, parece cada vez es más difícil para las personas acceder a la educación superior.

Infografía cuyo contenido procede del elanzuelomedios.com||| Infografía cuyo contenido procede del elanzuelomedios.com||| Alejandro Maldonado|||
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Existe una frase coloquial muy arraigada en gran parte de nuestros padres y abuelos, frase que seguramente casi todos hemos escuchado más de una vez en nuestra infancia o adolescencia y esa frase es “Estudie para que sea alguien en la vida”, frase muy sabia… Pero ¿qué pasa con esta frase cuando en un país cada vez es más complicado acceder a la educación superior de calidad si no se nace en cuna de oro?

Lo normal sería pensar que desde la llegada de la pandemia que llegó con su respectiva crisis sanitaria bajo el brazo se hizo más complicado entrar a la universidad, pero lo cierto es que nada de lo que está pasando es nuevo, la educación no es un aspecto en el que Colombia brille particularmente. Mientras el presidente Iván Duque gasta más de $20.000 millones en publicidad oficial según el portal web de la revista Forbes, universidades públicas como la Nacional tienen un agravado déficit presupuestal y la infraestructura deteriorada de tal manera que muchos de sus docentes y estudiantes han llegado a afirmar que literalmente se está cayendo a pedazos.

Precisamente, en el año 2019 se dio lugar a fuertes protestas por parte los estudiantes, el inconformismo de los jóvenes de diferentes universidades del país tanto distritales como privadas sigue creciendo a causa factores como la ya mencionada precaria situación en las universidades públicas, el escándalo de corrupción en la Universidad Distrital y los casos de abuso policial por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) en las movilizaciones estudiantiles. Situaciones de este tipo, sumadas al complicado momento socioeconómico por el que atraviesa el país incrementan notablemente las adversidades que causan la deserción universitaria.

Los jóvenes que acceden a ayudas estatales muy cuestionadas como el Icetex, generalmente, lo hacen porque no tienen ninguna otra alternativa, algunos dicen que es “venderle el alma al Diablo” y otros cuentan testimonios realmente fuertes de cómo sus deudas han llegado hasta el punto de triplicarse.

Colombia ocupa el puesto número dos en deserción escolar

Colombia ocupa el puesto número dos en deserción escolar en América Latina, según un informe del Banco Mundial. Según la Unees y la Acrees se necesitan aproximadamente 3 billones de pesos para acceder a una educación superior pública y de calidad. Por otro lado, tenemos la situación de la deserción universitaria que es la que intranquiliza. Según informes del año 2018 del Banco Mundial, un 42% de estudiantes desertan los primeros años de Universidad y son jóvenes que oscilan entre los 17 y los 24 años.

Las razones por las que se está presentando la deserción universitaria se debe a factores económicos, sociales, culturales y falencias en conocimiento. La educación en Colombia es demasiado costosa, es uno de los países con tarifas elevadas en educación superior privada. Según las estadísticas del DANE, en los últimos 9 años, los precios de las matrículas universitarias han aumentado un 20%, mientras que el salario mínimo solo aumentó un 6% en el 2019.

Testimonios de estudiantes en Colombia

A raíz de estos datos Plaza Capital entrevistó a los protagonistas de esta problemática, estudiantes, un joven trabajador y un profesor universitario sobre su perspectiva de todo el panorama de ingreso a la educación y algunos otros aspectos.

Por la parte de la educación superior privada, Diana Ríos, estudiante de la Universidad Javeriana, habla de sus impresiones generales. “No es fácil acceder en general a la universidad privada ni del distrito, si no tienes la cantidad monetaria necesaria cada semestre (que no es ni de lejos el único gasto), las ayudas que te pueden brindar desde el gobierno como becas para obtenerlas no sé si han cambiado esta situación pero era un promedio de 4.8 o 4.9 el que pedían entre miles de estudiante solo seleccionaba a algunos pocos”, afirma. 

Mientras que, por otro lado, el de la educación pública Diego Felipe Osorio, estudiante ingeniería de la Universidad Nacional, es más específico contándonos un poco de su experiencia en la educación superior publica. “Desde el primer momento que accedí a la universidad pública supe que era un afortunado. Ahora que han pasado dos años desde que entré ya dimensionó todo lo que está pasando que realmente es una bendición estar acá y pues pienso que no debería ser así, la educación es un derecho que no puede ser solo de apalancados, cerebros o niños ricos”, nos dice.

La opinión de trabajadores sobre la educación superior colombiana

Paralelamente, Sebastián Suárez Domiciliario, “todero” en minimercado de la séptima, nos habla de las razones que lo motivaron a no estudiar para dedicarse a como él mismo dice a “producir”. “Uno en el colegio tiene esperanzas mal o bien independientemente de la situación económica de ir a una universidad así sea barata pero cuando las obligaciones en la casa no dan espera lo único que se puede hacer es mirar para adelante y resignarse. Obviamente que me gustaría aspirar a tener un cartón profesional, pero mi madre que es paciente quimioterapia y mi hijo con sus necesidades son dos cosas que son primero para mí y prefiero trabajar mil veces a estar haciéndole el daño a los demás solo porque me toca difícil”, confiesa Suárez.

Por último, el profesor German Ortiz de la Universidad del Rosario ofrece su punto de vista sobre las universidades en pandemia asegurando lo siguiente: “Las universidades, no todas, se han podido defender mejor. Se ha impuesto un poco la sensatez en cuanto que la gente considera que la educación de calidad vale la pena, hay que mantenerla, hay que sostenerla y me parece que las universidades lo han hecho bien. No todas, digamos que hay universidades en Colombia que generaron las falsas expectativas que podían hacerlo y no lo hicieron bien.”

En síntesis, es preciso decir que el panorama actual se ha recrudecido en todos los aspectos y uno de los más afectados en este país, con este actual gobierno claramente será la educación superior. A los jóvenes de este país, a todo el talento colombiano, no les quedará otra opción más que esperar un futuro mejor acá o en cualquier otra parte del mundo…