Defensa o investigación ¿A qué debería meterle la ficha el Estado?

Martes, 31 Octubre 2017 14:43
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El Congreso evalúa los posibles cambios en la administración del presupuesto general de la Nación en el año 2018. El monto en Defensa aumentará $2.445 mil millones.

||| ||| Nicolás Bojacá|||
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Colombia pasa por un momento crucial: intenta dejar atrás más de 50 años de conflicto entre las Fuerzas Militares estatales y los grupos subversivos, para dar paso a una época de paz e integración social. El presidente Juan Manuel Santos, mediante los acuerdos de paz, busca erradicar todas las actividades ilícitas para remplazarlas con la generación de empleo y conocimiento. En pleno proceso de transición al posconflicto, el Estado colombiano evalúa los posibles cambios que se darían sobre el manejo del presupuesto general de la Nación para el año 2018. 

Si bien, para un proceso fructífero de paz es necesario el desarme y cese al fuego bilateral de grupos ilegales, también es necesaria la educación y asesoramiento de la población para enfrentar un proceso como este. Los hechos atroces han marcado la vida de muchos colombianos y el perdón resulta fundamental para lograr un proceso de integración entre los afectados. Aquí la educación y generación de conocimiento entran a jugar un papel muy importante en la consolidación de una nueva Nación que deja de lado el conflicto. Pero si la educación e investigación juegan un papel tan importante, ¿por qué recortar su presupuesto? ¿es necesario aumentar el monto destinado a la defensa?

Aunque no lo parezca, las universidades juegan un papel fundamental en el proceso de paz. Estas entidades son las encargadas de estudiar los diferentes procesos que surgen alrededor de los acuerdos con los grupos armados, las comunidades y territorios afectados por la guerra. Así resulta imprescindible que el Estado apoye económicamente proyectos en pro de la generación de conocimiento para la adecuada implementación de medidas que ayuden a cumplir las metas de desarrollo del país.

Colciencias es la entidad estatal encargada de apoyar el área de educación para la investigación, promoviendo la generación de conocimientos, al igual que la búsqueda para el desarrollo científico, la tecnología y la innovación con el fin de que se incorporen en los procesos productivos para incrementar la productividad y competitividad de las empresas colombianas.  Cada año el Estado colombiano destina parte del presupuesto general para financiar a la entidad. En el año 2016, la inversión fue de 336 mil millones de pesos; en el 2017 se incrementó un poco hasta los $380 mil millones. Ahora en el 2017 el Congreso lanzó su propuesta para generar un recorte del 42% en el 2018, dejando así con tanto solo con 222 mil millones. Sin embargo, el pasado 20 de octubre Colciencias anunció que el legislativo solo haría un recorte del 11%, dejándola con un monto de 339 mil millones de pesos.

La Universidad Nacional es una de las principales beneficiadas por Colciencias. Son varios los doctorados y grupos de investigación que se valen del presupuesto que les brinda la entidad para sacar sus proyectos adelante. Plaza Capital consultó a María Luisa Cárdenas, profesora titular del departamento de ciencias fisiológicas de la Facultad de Medicina en la Unal, para ver el panorama general de esta situación.. La Universidad se rige bajo tres ejes misionales: investigación, docencia y extensión. Su misión busca tener una responsabilidad social con el país para aportar al desarrollo de sus necesidades más básicas.

Dentro de las nuevas exigencias del Gobierno para la Universidad Nacional está aumentar la cobertura, los cupos y la docencia, pero el problema radica en que la planta se encuentra congelada debido a la falta de presupuesto, afirma Cárdenas. Las universidades públicas cuentan con grupos de investigación que se forman en torno a los estudiantes de pregrado, posgrado y profesores. Los grupos buscan demostrar los proyectos más viables para que sean financiados, logrando ayudar a los estudiantes, profesores y los lineamientos de desarrollo del país. Sin embargo, estos grupos deben ser inscritos previamente para que puedan tener una evaluación y calificación. Después, los proyectos aprobados pasan a ser financiados cubriendo los gastos de investigación. Aquí entra Colciencias, encargada de solventar dichos gastos. No obstante, el dinero no es suficiente para todos los trabajos investigativos que surgen.

Según el estudio hecho por el grupo de investigación SCimago, en el que se evalúan las distintas universidades del mundo para medir su progreso en el ámbito investigativo, la Universidad Nacional se encuentra en el primer puesto a nivel nacional, mientras en el ranking mundial se ubica en el puesto 557. “Todo el mundo en el ámbito académico al ver que se acabaría la guerra asumió que habría menos inversión para la guerra y más inversión para la investigación; pero no, Colciencias lanza el boom de un recorte en su presupuesto”, dice Cárdenas. Es cierto que la Universidad mantiene un estatus y un nivel en cuanto investigación pero cómo se puede seguir manteniendo ese nivel si se recortan los recursos.

Para ver cómo se verían afectados los distintos grupos de investigación y estudiantes, se le preguntó a Colciencias cuál sería el impacto de este recorte en las convocatorias y financiamiento de proyectos.  Nelcy Esperanza Hernández, asesora de planeación. En su concepto se priorizarán y respaldarán los compromisos adquiridos con vigencias futuras, lo que sobra se encuentra en un estudio para su manejo flexible. Del mismo modo, nos indica que las convocatorias no se verán afectadas, los estudiantes que estén interesados en postular sus proyectos pueden ver en la página web las futuras convocatorias para postularse, deben tener en cuenta los requisitos exigidos. La asesora de planeación también es enfática en recalcar que no todo el dinero que los financia proviene del presupuesto general de la Nación, sino que también los recursos que aportan empresas privadas son desembolsados en el fondo Francisco José de Caldas,  otro patrimonio que entra a formar parte del aporte monetario a la entidad.

Cesar Ocampo Rodríguez, director nacional de Colciencias, se ha pronunciado ante las diversas inconformidades que han manifestados reconocidos profesores por el recorte que se registrará en el sector investigativo. Ocampo no se encuentra para nada conforme con la decisión que se planea tomar, por lo que no piensa quedarse de manos cruzadas. “Estamos trabajando en el presupuesto, no hago públicas mis discusiones con otras entidades del Estado porque soy prudente, eso no implica indiferencia”, así se manifestó en un conversatorio en la Universidad del Quindío.

Así como resulta fundamental tener en cuenta la posición de docentes y miembros de la entidad, también resulta imprescindible tener la postura de un estudiante que haya sido beneficiado por algún programa de Colciencias.  Cristian Nicolás Gómez, estudiante de maestría  de ciencias de la geología, vio financiado su proyecto de tesis con monto de 180 millones de pesos.  Él explica que Colciencias maneja dos formas de financiación: el fondo de regalías y los proyectos de investigación. “La diferencia de presupuesto es de un orden de magnitud, un proyecto pequeño tiene 180 millones de pesos para tres años y uno de regalías $2400 millones”. Además hay que tener en cuenta los largos tiempos de esperar a los que se someten las propuestas, teniendo en cuenta todos los procesos burocráticos que se requieren, la espera podría llegar a ser hasta de 2 años.

Bueno, $180 millones parece más que suficiente para la financiación de una tesis, pero el dinero puede no resultar suficiente para cubrir todos los procesos de laboratorios, viajes y viáticos que se necesitan para llevar a cabo el proyecto a plenitud. “El dinero que hubo fue mínimo y a duras penas cubrió lo que es la parte de campo, la mayoría de análisis casi que todos fueron donados por investigadores de universidades externas”, afirma el estudiante.

A pesar de que el proyecto de Nicolás Gómez, la geología de la Sierra de Nevada de Santa Marta, enfocado en las rocas del triásico, no tiene ningún interés económico y nunca ha sido estudiado logró ser financiado, algo que resulta difícil pues generalmente exigen que el proyecto tenga un impacto económico y social considerable. No solo los temas llamativos que proporcionen un capital económico merecen ser investigados, para el desarrollo de una Nación también se les debe dar prioridad a otras investigaciones que generen conocimiento. 

Para Nicolás Gómez resulta muy importante la investigación para lidiar con los procesos que surgen alrededor del posconflicto y postacuerdo. Gómez explica la importancia: muchas de las zonas que trabajamos eran inaccesibles por los grupos armados que ahí se establecían, aquí no solo se puede encontrar potencial en cuanto a recursos sino que también ayuda a las comunidades. Temas como construcción de carreteras, agricultura y materiales de construcción son algunas de las cuestiones que necesitan ser exploradas. Áreas que se han visto afectadas por actividades ilegales podrían recuperarse, la generación de conocimiento permite a las personas saber que se puede generar actividades lucrativas remplazando lo ilegal por lo legal. Las consecuencias medioambientales que consigo llevan la explotación desmedida de recursos pueden generan una ganancia lucrativa inmediata, pero generan un gran daño para el ecosistema.

La generación de conocimiento es fundamental para el desarrollo de un país, Según Luisa Cárdenas, proyectos hay muchos, igual que las ideas, pero si bien hay iniciativas que no necesitan tantos recursos, hay otros que sí, por lo que se debe seguir invirtiendo en la educación. Cuando se recorta el presupuesto, la universidad tiene que entrar hacer selección dentro de sus propios grupos para ver a quién se le da parte del presupuesto. “Las condiciones no llevan a trabajar con las uñas, estamos acostumbrados a salir a buscar dinero para lograr financiar proyectos, eso se ha hecho y se seguirá haciendo, pero es un proceso que dificulta y desgasta”, afirma Cárdenas.

Millones fueron los profesores y estudiantes que llevaron a cabo una marcha hasta la Plaza de Bolívar en el centro de Bogotá para demostrar su inconformidad con el manejo que se da al presupuesto general de la Nación. Comentarios como el de la docente Luisa Cárdenas: “Si nos recortan el presupuesto ¿cómo le aseguro yo a los estudiantes que van a tener unas condiciones adecuadas para trabar?, tenemos que empezar a bajar la productividad para poder trabajar con lo poco que nos quieren ofrecer” y muchos otros comentarios buscaban cambiar la perturbada idea de recortar el presupuesto destinado a investigación. ¿Será que todas estas plegarias podrán ser escuchadas?

Para el alivio de muchos el Congreso se manifestó ante el alboroto que ocasionaron diversas universidades y docentes reconocidos. Aun así, parece ser que reevaluó el presupuesto que se preveía para el 2018 y aprobó, en la plenaria para el sector, un aumento de 29 mil millones de pesos al recorte planteado, dejando el presupuesto en $339 mil millones. Si bien es claro que esto no será suficiente para todos los proyectos que se postulan en las universidades, podrá darle un aliento más de vida a la investigación en Colombia, un ámbito de suprema importancia para hacerle frente a todas las problemáticas que surgirán alrededor del posconflicto y acuerdo de paz.