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RECLUTAR A TRAVÉZ DE UN ALGORITMO

Nueva modalidad de reclutamiento: grupos armados están utilizando redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook para atraer jóvenes, mostrando una vida aparentemente atractiva dentro de sus filas

ILUSTRACIÓN: HANA VIDAL




Seis meses después de que su hija fue reclutada, por cuestiones de la vida logró acceder a las redes sociales de Madeley y vio que un perfil registrado como: Andrés Ramírez Jm, que en su descripción de perfil tenía las iniciales F.J.M. (Frente Jaime Martínez), le escribía constantemente intentando convencerla a través de incentivos materiales para que trabajara con ellos.

A raíz del tiempo, Alcibíades se enteró de unas conversaciones que había tenido su hija a través de la red social Messenger, de Facebook, con el perfil anteriormente mencionado. Ahí, en esos chats, le escribían que le iban a dar para comprarse un iPhone 16 Pro Max, que iba a ganar mucho dinero, que le iban a dar cadenas y anillos, y que incluso le podían ayudar a cubrir todo tipo de necesidad. Que lo único que necesitaban era que trabajara fielmente para su “empresa”.

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El perfil que asegura Alcibíades Ulkwe mantuvo conversaciones con su hija Madeley.

“Con esta son tres veces… son tres”, repite periódicamente Alcibíades durante la entrevista, pues fue reclutado dos veces en la anterior década, y el pasado sábado 13 de abril de 2014 fue reclutada Madeley, su hija mayor de 14 años de edad, saliendo del instituto donde realizaba un programa técnico en cosmetología. Durante el receso de las clases, a las 11 de la mañana, llegó una camioneta cuatro por cuatro, blanca, polarizada, con hombres armados a bordo, y la interceptaron y subieron a la fuerza a ella y a otra compañera más del instituto.

El panorama a nivel nacional desde noviembre de 2016 –con la firma del acuerdo de paz– al 10 de abril de 2025, según la JEP, registra 1.494 casos de niños y adolescentes reclutados. Y según la Defensoría del Pueblo, en el 2024 hubo 409 casos, de los cuales 300 son de niños y adolescentes reclutados en el Cauca.

Actualmente, las redes sociales son la nueva zanja, donde videos e influencers les inculcan y prometen ideas relacionadas con la legitimidad de la lucha armada y las economías ilícitas. Las disidencias de las extintas Farc, para evadir los filtros y algoritmos de TikTok, bloquean términos como “Farc” y utilizan estrategias de encubrimiento a través de usuarios con nombres desconocidos, o registrados con un alfabeto numérico –parecido a un tipo de código–, o nombres y apellidos de los frentes de las disidencias como: Franco Benavidez, Rodríguez, Ramos, Martínez, y en algunos casos con simbolismos como: La Bolivariana, La Caqueteña, La Caucanita, La Flaca, La Combatiente, La Segunda Marquetalia, entre otros.

Hay videos que alcanzan un millón de visualizaciones, treinta mil likes y mil doscientos comentarios. Y, según nuestros hallazgos –muy diferentes a los de Indepaz en 2024–, un promedio estimado de la mayoría de los videos registrados es de un alcance de hasta 625.000 visualizaciones. Paisajes con hectáreas y hectáreas de hoja de coca, el día a día como raspachín, laboratorios, hoja de coca producida, pasta de coca, etc. son el contenido diario en las redes sociales de las zonas más rurales del país

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Contenido de cuentas de Tik Tok en el que se refieren a la producción de coca como “quesito caucano” y en el se encuentran comentarios solicitando recetas, información detallada e incluso empleo.

De acuerdo con una investigación llevada a cabo por el Instituto para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), para 2024 se habían identificado 85 cuentas en redes sociales como Instagram y TikTok pertenecientes a diversos grupos armados. De las cuales, 28 eran cuentas de mujeres y el 57 % restante pertenecía a hombres.

Según esta investigación, llevada a cabo en septiembre de 2024, la mayoría de cuentas pertenecen al Estado Mayor Central y la Segunda Marquetalia, aunque también existe un amplio número de cuentas pertenecientes a miembros del ELN.

Además, de acuerdo con Indepaz, de 43 publicaciones observadas en TikTok se recopilaron 98.460 “Me gusta”, 6.616 “Guardado” y 1.997 comentarios, de los cuales, además, 193 pertenecían a personas expresando su deseo de ingresar a las filas. A estos números se suma también el amplio número de alcance, pues el video más visto contaba con casi 300.000 vistas.

“Muchos de los videos utilizan otros mecanismos para llamar la atención, por ejemplo, el uso de canciones de reguetón y corridos que enaltecen o glorifican la vida armada, algo muy similar a lo que hacen los carteles de droga en México”, explicó Albeiro Gómez, guardia indígena del Cabildo de La Laguna Siberia, quien se ha encargado de rescatar y reincorporar jóvenes víctimas del reclutamiento forzado en la zona.

Alguna parte de estos videos no muestra ningún tipo de acción violenta. En cambio, utilizan festividades o compras de autos, ropa y demás objetos para promocionar la vida dentro de estos grupos. Existen canciones que hacen alusión directamente a estas organizaciones armadas, cuyas letras enaltecen hacer parte de estas.

Este informe de Indepaz permite reflexionar bastante en relación con lo que Carlos Cortez, fundador y director ejecutivo de Linterna Verde Org –una organización independiente sin ánimo de lucro que trabaja para fortalecer la acción de la sociedad civil en el debate público digital– afirma, y es que, según él: “Hay un reto grande frente a contenido que se pueda considerar de apología de la violencia o de apología de la vinculación a grupos armados, contenido problemático en general. Pues sin duda uno encontrará contenido enredes sociales y en TikTok, pero me parece que es menos claro, o sea, estamos en una línea gris que hace precisamente difícil entender cuándo este contenido es definitivamente contrario a las normas comunitarias o a las leyes.”

“Pero lo que normalmente estamos viendo alrededor de esto es música, cultura popular asociada a la guerra o espacios en el campo que pueden llegar a sugerir eso. Que, combinado con emojis o comentarios, hace ver a la línea de esto más complicada.” Y concluye con: “A las autoridades les gusta mucho hablar de reclutamiento a través de redes sociales y yo creo que es una parte de una estrategia de comunicación que va de la mano con otra, como es la presencia de estas personas en los territorios, buscando a los jóvenes o a través de los sistemas de mensajería cerrados donde no vemos lo que pasa, como es el caso de WhatsApp o de Telegram.”

Dos videos compartidos en TikTok: uno grabado por una menor de edad haciendo una pequeña reseña de la vida de alias Manuel Marulanda, y otro con una vista panorámica de cultivos de coca acompañado por un vallenato que narra la vida de un guerrillero.

Hechos y videos que concuerdan y se asimilan con lo que sucede diariamente en las esquinas de los municipios. Según el testimonio de Alcibíades, “pagan hasta siete u ocho millones por niño reclutado (...) instrumentalizan jóvenes simpáticos para atraer niñas, prometiéndoles joyas, iPhone y moto; y para atraer niños usan mujeres también simpáticas, ofreciéndoles esta vida y la otra.”

Una narrativa histórica de estos grupos armados que se ha mantenido igual en gran parte de su historia, que pretende, mediante el poder adquisitivo y monetario, intercambiar las voluntades familiares de las comunidades más vulnerables y que actualmente se expande a través del espacio cibernético que habitamos.

Y evidentemente la narrativa les funciona. Es que son territorios lejos de cualquier presencia del Estado, sin acceso a una educación básica, sin acceso a muchos servicios básicos. Si antes de ser víctimas de la guerrilla son víctimas de un Estado ausente, indiferente e incapaz de permitirles soñar un futuro distinto.