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Fracturas en el ala de la mariposa

Daños estructurales en los barrios

Por Laura Carvajal, Sara Camargo y Camila Ramos — Publicado enPlaza Capital en Mayo 2022

Jaime Molano, habitante del barrio Cerro Norte en el sector de La Mariposa, ha visto muchos de los problemas que afectan su entorno y la vida de sus vecinos. “Hay muchas grietas y las casas se están humedeciendo, esto se está partiendo y en algún momento va a colapsar”, afirma el comerciante. Además de los problemas asociados a las grietas de las calles y casas, el comerciante tiene una preocupación constante por la posibilidad de que su negocio se inunde. “El alcantarillado está destruido y cuando llueve el agua brota y es porque la alcantarilla está tapada”, dice Jaime.

Las calles del barrio Cerro Norte son inclinadas y destapadas, lo que provoca temor entre los habitantes del barrio ya que los camiones de basura y vehículos del transporte público deben subir a una alta velocidad y puede suceder un accidente. Al igual que Jaime, hay varios habitantes del sector que tienen el mismo problema e incluso temen por la seguridad vial a la que se ven expuestos tanto conductores como pasajeros. “Todo esto va de la mano con lo que pasa allá, porque la tierra se está abriendo”, dice el comerciante, haciendo referencia al proyecto Cerro e Ibiza.Cerro e Ibiza
Es un proyecto de la empresa Inversiones Tranel, esta es una sociedad de accionistas que actualmente tiene propiedad sobre los predios de las antiguas canteras El Cerro e Ibiza ubicadas en el costado nororiental de la localidad de Usaquén al norte de la ciudad.
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Algunos habitantes del sector relatan que a causa de los derrumbamientos se destruyó un parque y algunos vecinos han tenido que irse porque su vivienda se convirtió en ‘la casa en el aire’, pues las bases se fueron abajo a causa de los deslizamientos de tierra. “Nuestro barrio se ha ido agrietando y eso nos está afectando, y a pesar de eso los de lacantera¿Qué es una cantera?
Es una explotación minera, generalmente a cielo abierto, en la que se obtienen rocas industriales, ornamentales o áridos. Las canteras suelen ser explotaciones de pequeño tamaño, aunque el conjunto de ellas representa, probablemente, el mayor volumen de la minería mundial
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siguen removiendo la montaña” dice Luz Marina Ladino, habitante y miembro de la Junta de Acción Comunal.

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Deslizamientos de la montaña
Derrumbe en medio de casas
Avismo creado tras movimientos de la montaña
Grietas en sistema de acueducto
Movimientos de la montaña
Zonas afectadas por derrumbes

La comunidad señala que el proyecto Cerro e Ibiza está afectando la estabilidad del barrio. El proyecto está siendo construido por Inversiones Tranel, una sociedad de accionistas que tiene la propiedad sobre los predios de las antiguas canteras El Cerro e Ibiza. En la actualidad la empresa, según dice, está encargada de restaurar ambientalmente el suelo intervenido por la minería. “Ellos dicen que no están haciendo nada, pero todo el tiempo las máquinas están trabajando porque su propósito es construir casas quintas”, afirma Luz Ladino.

Plaza Capital intentó contactarse con Inversiones Tranel a través de correo electrónico y llamada, pero al momento de publicación de este reportaje no recibió respuesta.Aunque Inversiones Tranel se dedica a la construcción de viviendas, no cuenta con los permisos para realizarlo en esta zona ya que según su página web cuentan es con autorización para recuperar la zona. Los habitantes afirman que ellos están extrayendo nuevamente arena y no recuperando el daño de la montaña.

“Ellos quieren nuestra vista para sus grandes propiedades, pero no son conscientes de que están afectando una comunidad”, cuenta Adriana Ladino refiriéndose al proyecto Cerro E Ibiza. El inconformismo que ella siente es colectivo. Varios habitantes concuerdan en que estas constructoras están generando algunos daños en la infraestructura del barrio.

Una lucha por mantener los simientos

Adriana se levanta todos los días con una de las vistas más bellas de Bogotá. Desde su casa, en Cerro Norte, divisa la ciudad, su tráfico y sus edificios. El que más resalta es la torre de Krystal, que está ubicada a solo 2,2 kilómetros de su hogar y hace parte del complejo urbanístico North Point. Esta vista es incómoda, especialmente, porque unos metros más arriba de los edificios se ve una poli sombra llena de perforaciones y sin nada de naturaleza: es como ver una gran arenera en la mitad de la montaña.

Es por eso que, en enero de 2022, Adriana y vecinos del cerro Norte citaron a un plantón dentro de la cantera. “No vamos a dejar que sigan destruyendo el barrio”, se leía en los comentarios de la publicación de Facebook donde se convocaba a asistir la cantera y exigir que se respetaran sus derechos. Adriana fue una de las principales involucradas en este reclamo, por su rol en la mesa ambiental del barrio y porque tiene un gran sentido de comunidad por su territorio.


Conozca aquí la historia de Adriana y cómo los acuerdos a los que llegaron en esta protesta


“Ellos, las grandes constructoras, removieron la pata de la montaña y ahora se está derrumbando el barrio”, comenta Luz Marina Ladino, madre de Adriana, a la vez que se pregunta ¿por qué cuando ellos lo hacen es legal, pero cuando la comunidad es la que construye no”. Luz se refiere al Decreto 1077 de 2015, la Ley 1333 de 2009, la resolución del Ministerio de Ambiente No. 1766 de 2016 y otras que establecen la normativa sobre construcción y manejo ambiental de los cerros. En estas leyes se limita la construcción de vivienda en zonas cercanas a una quebrada, con daños o proceso de recuperación forestal.

Cerro Norte y los otros siete barrios de la zona conocida como La Mariposa de Usaquén están ubicados en las montañas nororientales de la ciudad, las cuales por años fueron utilizadas para la minería a través de canteras. A raíz de esto la montaña ha tenido temporadas de deslizamientos que ponen en riesgo a sus habitantes.“Hubo una época donde el suelo tronaba, se escuchaba como se movía todo el tiempo hasta que se vino abajo y afectó a varias familias del barrio”, comenta Luz Marina.

En el año 2002 los habitantes del barrio se organizaron para hacer rondas nocturnas y vigilar los movimientos de la montaña. De madrugada y con linternas, las familias tomaban turnos ya que estaban en alerta por posibles deslizamientos. Luz Marina, lleva viviendo 45 años en el barrio y ha dedicado su vida a la organización comunitaria. La mujer recuerda con tristeza que en esa época tuvo que ver a varios vecinos irse porque sus viviendas estaban muy afectadas. “Desde ese momento la tierra se ha seguido agrietando”, concluye la líder comunitaria.

La historia de este cerro nororiental de Bogotá tiene muchas aristas. Desde los años 70 en esta zona se llevan a cabo procesos de explotación de la tierra con técnicas rudimentarias. El Instituto Distrital de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (Idiger) califica los barrios de La Mariposa en un alto riesgo por daños ymovimientos en masa¿Qué es?
Un movimiento en masa es el proceso por el cual un volumen de material constituido por roca, suelo, tierras, detritos o escombros, se desplaza ladera abajo por acción de la gravedad. Son conocidos popularmente como deslizamientos, derrumbes, procesos de remoción en masa, fenómenos de remoción en masa, fallas de taludes y laderas.
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El ingeniero civil Cesar Villamil hizo parte de la estrategia de prevención que se planeó para disminuir el riesgo de caída de la montaña. “Se creó un sistema de control de sedimentación de la carrera Séptima, son muros de contención que están por toda la avenida y evitan que cuando llueva la montaña vaya a desmoronarse”, explica Villam

Liliana Vargas, habitante del barrio Cerro Norte, ha sido testigo de los inconvenientes que estos proyectos han traído al barrio. “Detrás de las casas hay grietas y tenemos referencias que nos dicen que esto solo tiende a incrementar. Esto era zona de casas, pero se derrumbó. Los de la cantera no nos dan información de nada”, cuenta Liliana, que se refiere al proyecto gestionado por Inversiones Tranel.

Liliana Vargas afirma que la montaña detrás de su casa se ha movido 5cm en el último mes



Ella hace parte de la junta del barrio y del comité de comunicación y cultura. Al igual que varias personas se han organizado para poder tomar acción frente a los problemas que según ellos, son causados por las constructoras. “Yo he hablado con ediles, con el alcalde de la localidad y con la Secretaría del Hábitat, pero nadie da respuesta”, afirma Liliana.

José Manuel Naranjo, ingeniero geólogo con más de 20 años de experiencia y que conoce la zona, explica que “las afectaciones que tienen los barrios son históricas y se agravaron con la construcción de los edificios y las nuevas canteras”. Naranjo señala que la erosión de tantas décadas, el peligro sísmico, la extracción minera pasada y presente, la construcción urbanística del barrio y ahora los megaproyectos urbanísticos afectan la estabilidad de la montaña.

“Se otorgaban permisos ambientales precarios para realizar la explotación y eso llevó a que más personas se acercaran a trabajar y se quedarán en la zona a construir sus casas”,relata Villamil. El barrio Cerro Norte empezó comoinvasión¿Qué es un barrio de invasión?
Los barrios de invasión son asentamientos irregulares en cuanto a su constitución legal, en los que la ausencia de servicios públicos e infraestructura sanitaria es dramática.

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y luego se legalizó, por eso, tuvo un proceso de modernización que empezó con la llegada del sistema de acueducto y la expedición de escrituras e impuestos prediales que empezaron a valorizar y reglamentar la zona.

“Al momento de presentar los documentos del proyecto, un especialista debe tener en cuenta la historia de la tierra para implementar un plan de prevención y contingencia”, comenta Naranjo. Además, debe existir un gestor social que dialogue y cree una conexión con la comunidad. “Las personas de la cantera suben pero no hablan con la comunidad. Ellos mandan sus arquitectos, su gente pero no le ven problema a nada. Ellos no se hacen responsables ni le prestan atención”, reclama Liliana.

Los habitantes del barrio viven angustiados, porque son conscientes de que viven en una zona con alto riesgo de deslizamientos, pero no quieren irse del barrio.“Eso significaba perder el esfuerzo de toda una vida, de tener la casita y arreglarla” dice Liliana.