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Detrás de la pintura

La identidad del barrio Cerro Norte

by Camila Ramos, Laura Daniela Carvajal y Sara Camargo — Publicado en Plaza Capital en Mayo 2022

Día a día, Hermencia se prepara desde muy temprano para salir de su casa. Se pone ropa cómoda y ajusta bien sus botas negras de plástico para ensuciarse con la tierra y el agua sin ningún problema. Sale de su casa y se dirige a lo que, hoy, es su gran proyecto, la granja colectiva del barrio Cerro Norte.

Hermencia es una líder que tiene como próposito lograr la seguridad alimentaria de su comunidad



Casi como una rutina, Hermencia se encuentra con varios adultos mayores que también hacen parte del proyecto y que pasan sus mañanas abonando, limpiando y recogiendo los pequeños cultivos de papa, cubios, tomate y lechuga. En la granja también hay gallinas y conejos. Para los vecinos, es todo un placer dirigirse al lugar todas las mañanas, y aseguran que “volvieron a vivir” al colaborar con actividades con las que crecieron, pero que hace mucho abandonaron.

Eran mediados de los años 50 cuando campesinos de distintas zonas del país huían hacia la capital. Luego de ser desplazados de sus hogares por La Violencia, tenían el deseo de vivir en un lugar que les ofreciera seguridad y tranquilidad. Fue así como, poco a poco, comenzaron a habitar los cerros del noroccidente de Bogotá, conformando el conjunto de barrios que hoy se conocen como La Mariposa.

Sin embargo, fue un proceso largo, teniendo en cuenta que el Acuerdo 030 de 1976, en el que se decretó este cerro como reserva forestal, impedía que pudieran asentarse allí. Pero debido a la resistencia de los habitantes, el Estado aceptó la legalidad de los barrios ya existentes en la zona, afirma el proyecto Capital en Conflicto, una iniciativa del medio de comunicación Rutas del Conflicto y la Comisión de La Verdad.

No es la primera vez que los habitantes de esta zona han tenido que resistir frente a su territorio, pues lo que hoy llamamos La Mariposa ha sido resultado de una lucha comunitaria por defender su territorio, la vida digna y el medio ambiente que, hasta el día de hoy, es interminable, ya que los habitantes “siguen organizándose en pro de la soberanía alimentaria
La seguridad alimentaria se da cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable.
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yla autogestiónes un enfoque integral de la vida en sociedad, que no solo se refiere a organizar democrática o participativamente el lugar de trabajo o la empresa productora de bienes o servicios que se extiende a todas las dimensiones de la vida económica y social en comunidad.
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”, asegura Abel, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Cerro Norte.

Estas iniciativas han generado que los barrios no pierdan la esperanza en medio del olvido en el que los sepultan numerosos proyectos de construcción en la zona. Huertas barriales, trabajo social con personas de la tercera edad y mujeres por medio del tejido y la siembra y proyectos con los niños desde los hogares infantiles son algunas de las iniciativas autogestionadas que aún les motiva a seguir compartiendo y recordando el significado de la solidaridad entre vecinos.

La autogestión (poner un link que redirija lo que significa) es una de las principales características de esta comunidad, pues es evidentes que varios logros como barrio se han dado gracias a la organización de sus habitantes. Un ejemplo de ello son las huertas urbanas que crecen en el barrio Cerro Norte, un proyecto que comenzó en el 2015, en medio de la renuncia por parte de la comunidad al ICBF y los hogares que había en la zona por incumplir acuerdos a los que habían llegado con la misma (en relación a la cobertura y la alimentación que podrían ofrecer), ya que la demanda de niños era mucho más alta de lo que podía recibir esta institución. Ahora mismo este proyecto es dirigido por Hermencia Guacaneme, quien se dedica día a día a las huertas.

Situaciones como la reducción del presupuesto en los hogares y la situación de los niños que ya no podían acceder al hogar, crearon en los habitantes del barrio la necesidad de que ellos mismos se hicieran cargo de los hogares, y lo que notaron rápidamente fueron los “problemas grandes de desnutrición en condiciones deplorables para poder atenderlos”, afirma Hermencia.

Así es como los vecinos del barrio Cerro Norte comenzaron a utilizar algunos lotes para que, de la mano de personas de la tercera edad, siembran alimentos como hortalizas y árboles frutales. La participación de personas de la tercera edad hizo que se creará un “intercambio generacional” según Hermencia, pues los niños, los adultos y los ancianos intercambian saberes con respecto a la protección y cuidado de la tierra.

Hace 17 años, La Mariposa realiza el Festival del Maíz, un espacio que pretende recuperar este alimento ancestral y la importancia en la dieta alimentaria de los bogotanos y, en especial, en los habitantes de la zona. También, se define un tema por año en relación al cuidado de la tierra y la soberanía alimentaria.

De Clic aquí para saber más acerca del festival del maíz y las huertas comunitarias

Los habitantes de esta zona realizan por medio de las huertas todo el ciclo alimentario, no solo por producir parte del alimento que consumen los niños y niñas, sino porque por medio del reciclaje, el compostaje con los residuos orgánicos y distintas artesanías que crean con plástico, contribuyen al impacto ambiental de su consumo, además de “proteger la soberanía alimentaria” de los niños y las niñas del barrio, dice Hermencia.

La autogestión en esta zona ha sido fundamental en la conformación de estos barrios en medio de su polémico establecimiento en el lugar. Camilo Parra, sociólogo y habitante del barrio , asegura que el “derrotismo” que se ha presentado por algunas de las personas de la comunidad es entendible. “En medio de la búsqueda por sobrevivir a diario es muy complicado pensar en el otro, pues todo el mundo está pensando qué comer”, pero dice que pese a esto puedan darse estos procesos comunitarios es algo muy valioso.

A la fecha, los habitantes de la zona se preparan para la organización de la decimoséptima edición del Festival del Maíz, que se realizará en el mes de agosto. Mientras la huerta colectiva sigue dando sus frutos y más habitantes se unen para construir una huerta propia en sus casas, al tiempo que contribuyen a la colectiva. Cerro Norte es un barrio que se mantiene en pie gracias a la unidad, saben que su trabajo comunitario es el cemento que las casas necesitan y las bases para seguir prosperando.