“La creación tiene un origen acuático y las condiciones para la generación de la vida. El mar es una existencia independiente en el universo, supremamente misterioso y enigmático. Ahí tenemos una gran despensa alimentaria y un enorme hábitat. Ha sido la inspiración y el origen de nuestra cultura”, dice Edgar Jay, representante de los pescadores artesanales de Providencia, sobre la importancia del mar para la comunidad raizal, apoyándose en su creencia sobre la teoría evolutiva.
El 12 de noviembre de 2012 es una fecha que siempre resuena entre las mentes de los pescadores artesanales raizales, precisamente porque ese día perdieron parte de ese mar que les dio la vida. Toda esta situación se resume en un fallo dictado por la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya (Países Bajos), en el que se otorgó casi 75,000 km² de mar a Nicaragua.
En este proyecto se hace un viaje hacia el pasado, exactamente en el siglo XIX, para entender los orígenes de esta disputa marítima entre Colombia y Nicaragua. También se regresa al presente para descubrir los efectos que generó el fallo de La Haya de 2012 en los pescadores artesanales del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Estos efectos tienen unas implicaciones a futuro que van desde una crisis económica y social hasta la pérdida de la seguridad y soberanía alimentaria.