La Gran Ola Japonesa

Lunes, 26 Octubre 2015 12:15
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Una primera entrada para conocer a los artistas son sus obras. Liz Mogollón, con las suyas, ha dejado en claro algo: la cultura japonesa ha marcado el desarrollo de su estilo artístico. Su colección de cuadros sobre lienzo y acrílico, “Manga Pop Art”, presenta una fusión estética entre el manga, caricatura japonesa, y el Pop Art, característico por el empleo de imágenes de la cultura popular.

Manga College, Liz explica a un estudiante||| Manga College, Liz explica a un estudiante||| Karen Cortés|||
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Esta colección está expuesta por las paredes de su academia Manga College: un primer piso, con un pasillo de entrada, estrecho que conduce directo a la recepción. Allí, sobre el escritorio hay una colección de muñecos de personajes de anime (animaciones japonesas) y en el fondo cuelga una obra de arte de carácter religioso de su padre, Luis Eduardo Mogollón.

Mogollón ha estado en un ambiente artístico desde pequeña, sus padres tenían la academia y galería de arte Mogollón donde ella acostumbraba a ver a los artistas pintando. Puede que no se acuerde de su primera obra artística, pero sí de uno de esos momentos de la infancia que la impulsó a seguir pintando. “Yo tenía como siete años, estaba en la recepción de la galería, cogí un caballete y empecé a pintar un paisaje. Entonces se acercó un cliente y me dijo: ¿cuánto vale? y yo le respondí: $20.000 y me lo compró”, recuerda.

Ahora sus obras no están inspiradas en paisajes, pero sí en la música, en lo urbano, en la cultura japonesa y en personajes clásicos y contemporáneos de inspiración para ella. Entre los representados se encuentra el director de cine de animación japonesa, Hayao Miyazaki y George Lucas, cineasta estadounidense, creador de las sagas de Star Wars.

La obra que incluye a estos personajes está colgada en la tienda de la academia. La pintura representa la inmersión de la cultura japonesa en Colombia, precisamente en Bogotá. La tienda está ubicada a la izquierda de la recepción. Allí sus estudiantes, previo a la asesoría directa con Liz, ven videos donde ella explica el tema específico que se va a realizar en la clase.

Después sus estudiantes se dirigen a mano derecha del lugar al salón donde trabajan en sus diseños con la guía de la artista. Liz comenta que alrededor de cien estudiantes al día pueden pasar por su academia. Algunos como Wilson Díaz, graduado de publicidad, llevan cinco años allí. Comenta que Liz no es solo una guía sino una inspiración. “Para mí siempre fue como un sueño aprender a dibujar bien, mi primera impresión de Liz fue de admiración por su trayectoria, fue una inspiración para continuar con el dibujo, si el maestro no hubiera sido tan bueno no hubiera durado tanto aquí”, asegura.

Otros estudiantes como la universitaria Laura Catalina Méndez, que lleva más de dos años, conoció Manga College por el evento con mayor impacto en Colombia sobre la cultura japonesa: el Salón de Ocio y la Fantasía (Sofa). Desde pequeña le gustaron los animes, y afirma que desde ese entonces quiso empezar a dibujar los personajes especialmente por su estética diferenciadora de la caricatura americana.

Liz explica a partir de su obra La Gran Ola, de la colección Pop Art, que la inmersión de la cultura japonesa empezó cerca al 2005, antes solo se veía el cómic americano. En gran medida sus obras quieren representar la fusión de estas culturas. Sin embargo, ahora Liz buscará para la Tokyo International Anime Fair en 2016 mostrar su colección de Pop Art, y a la vez dar a conocer la cultura Colombiana. “Ellos quieren saber de Colombia, qué nos mueve, qué nos hace atractivos. Es mostrar que no solamente somos café, que tenemos muchas riquezas, una de ellas nuestro calor como Colombianos” agrega con gran entusiasmo.

Colgadas a un lado de la pared de la tienda, hay fotos de los eventos a los que ha ido en representación de Colombia, como lo fueron el Comic Con de San Diego, y el de New York. Al respecto Liz dice, “cuando tu viajas a los eventos haces de embajador y en mi caso siempre he procurado que la imagen se mantenga, los artistas siempre me han recibido muy bien”.

No solo las obras que ha mostrado alrededor del mundo están influenciadas por la cultura japonesa, sus atuendos también alguna vez lo estuvieron. Hace un año Liz se vestía como una lolita, concepto japonés para referirse a la moda victoriana europea de vestidos con encajes, faldas de capas, volantes y corsés. Ahora su estética ha pasado a otra etapa, y al igual que sus obras, ella se caracteriza por evolucionar, renovar, buscar diferentes fuentes de inspiración, investigar, leer, y que cada etapa represente un nuevo concepto de Liz.

Una segunda entrada para conocerla son sus redes sociales. En algún tutorial de dibujo por Youtube, comentó que uno de sus personajes favoritos es Light, del anime Death Note, que narra la historia de un estudiante de preparatoria que encuentra un cuaderno sobrenatural, con el cual es capaz de matar personas si se escriben los nombres de éstas en él. Mientras Liz revisa el trabajo de sus estudiantes expresa la razón, “él se cuestiona algo que es muy real, la diferencia entre el bien y el mal. Me gusta porque manifiesta ese gran ego humano que está detrás del héroe que al final por la radicalidad de su pensamiento lo enloquece”.

Con respecto a su vida siempre se ha cuestionado el concepto de éxito, ya que como artista al final de una exposición, que dura unos días, siempre le preguntan lo que vendrá, y el evento se acaba. Pero ¿qué pasa con todo el esfuerzo y el proceso que la llevaron a ese momento? A esto Liz responde que “una vez les dibujaba a mis estudiantes un ángulo de 90 grados, les decía que la punta vertical era la llegada a la meta, y que llegar a esa punta no es el éxito en sí, sino el proceso de aprender, de valorar la vida, del esfuerzo y las cosas del día a día, de disfrutar el camino para completar la ruta hasta esa punta”. A esto agrega que la llegada es efímera y si solo se busca esto jamás se complacerá al público, ni a uno mismo. Que uno tiene que buscar qué te queda a ti como ser humano y estar satisfecho con lo que se está haciendo.

Después de esa reflexión regresa a los caballetes de sus estudiantes para continuar guiando a toda una generación de artistas, que han llegado a Manga College para expandir sus conocimientos en el arte, y en gran medida, a la cultura japonesa.

Karen Dayanna Cortés Cortés