La fecha para dar a luz de Yoli estaba estipulada 2 semanas después de lo sucedido, así como acontece con incontables mujeres dentro de la comunidad Wayuu quienes traen un bebé prematuro a la vida. Es común que debido a las condiciones naturales del ambiente, el parto se adelante un par de días, así como también es de gran frecuencia el riesgo que corren de perder la vida en un procedimiento que en la actualidad hemos normalizado y controlado. En este caso particular, como lo cuenta una de las fuentes, Josefa Pushaina, “la mujer se encontraba en un estado de incomodidad constante, inflamación en el vientre y las articulaciones lo cual generó retención de líquidos, un peligro inminente durante los embarazos”. A raíz de esto, Georgina presentó un cuadro de presión alta generando complicaciones a la hora de respirar. Como resultado de su dolor, fue trasladada al hospital más cercano de la comunidad, en un recorrido que tardó alrededor de una hora y cuarenta y cinco minutos, asegura Chefa.
Las tradiciones de la comunidad
Cabe destacar, que dentro de las comunidades Wayuu no se cuenta con un sistema hospitalario ni de salud, ya que usualmente, se siguen las tradiciones de la comunidad en las que se aplican distintas prácticas según las creencias culturales. Por lo general, durante los 9 meses de embarazo se le “arregla” la barriga a la mujer, es decir que a partir de masajes se acomoda la posición del feto para que a la hora del parto no haya complicaciones relacionadas a la posición de la cabeza del bebé. Además, se le suministran plantas medicinales para entregarle la fuerza necesaria a la madre y al niño que está por nacer. Ahora bien, en el momento del parto, la “partera”, quien se dedica al arte de este proceso, alista agua y tijeras para darle inicio al proceso de parto. “Durante el embarazo, no se utilizan los ultrasonidos sino que a partir de la forma del pico del seno de la mujer se diferencia el sexo, es decir, si es niño o niña”, recalca Chefa. Sin embargo, como lo estipula Katherine Pushaina, la comunidad indígena se ha percatado, a partir de la muerte de varias mujeres en la comunidad, de los peligros que este proceso natural conlleva, y por lo tanto, usualmente se dirigen a los hospitales cercanos para encontrar ayuda de un profesional de la salud.
El recorrido
Así pues, para no poner en riesgo la vida de Yoli, fue transportada en moto, el único vehículo al alcance de la comunidad, hacia la carretera destapada, donde las vías de acceso son difíciles y complicadas, para ahí esperar un chance, es decir, una oportunidad de que algún carro estuviera dispuesto a llevarla, situación que tardó media hora, para después esperar una hora más de trayecto a Uribia y luego a Maicao, sumándole el retraso por las inundaciones y las vías bloqueadas, dijo Katherine.
Es evidente que en las comunidades no se brinda un acceso hospitalario, y tampoco pueden acceder a una fácil comunicación con urgencias, la mujer wayuu debe entonces dirigirse desde su propia comunidad a un lugar alejado y muchas veces restringido para tener acceso a la salud. Cuando Georgina llegó al hospital destino fue internada en UCI durante 7 días, después de haberse realizado una cesárea para salvar su vida y la de su hijo. Sin embargo, a pesar de ser una paciente que presentaba síntomas de preeclampsia y antecedentes médicos, no recibió un seguimiento prioritario, lo cual, como lo cuenta una de las fuentes, Katherine Pushaina, pudo haber terminado en resultados desastrosos.
Perspectivas
Debido a estas situaciones, las cuales ocurren con frecuencia, no solo a las mujeres de la comunidad Arema, sino a todas las madres Wayuu, consideran necesaria una atención más considerada por parte del Estado, ya que “la salud debería ser un derecho y una prioridad, y por lo tanto debería existir una atención óptima, eficaz y oportuna”, dicen. Sugieren que las IPS cuenten con un vehículo designado para este tipo de emergencias sin importar la lejanía de las comunidades. Adicionalmente, creen sensato un subsidio semanal o mensual para las secretarías de salud de cada municipio, que son las encargadas de manejar las IPS. Pero sobre todo, Yoli y Katherine sugieren un “centro de salud de fácil acceso, que cuente con un control prenatal para la salud de los niños, que no solo beneficie a Arema sino a todas las comunidades vecinas y que brinde una atención primaria”.
La mujer Wayuu y su importancia
Dicho lo anterior, el caso de Georgina Barliza representa la historia de muchas mujeres indígenas que ponen en riesgo su vida por el simple hecho de ser madres de la comunidad. “El peligro inminente que corren las Wayuu debido a la falta de atención y disponibilidad médica al alcance, no sólo desestabiliza a un individuo sino también a una familia y una comunidad” dijo Georgina. Aquí, las mujeres juegan un papel de gran importancia puesto que da vida, crea y construye, social y económicamente.
Todas ellas cumplen distintos roles que mantienen el funcionamiento de su comunidad, por ejemplo, están las mujeres oursu que se encargan de la salud y el bienestar, las artesanas que se dedican al carbón y la sal, actividades que le traen desarrollo a la comunidad, y por último, las mujeres cabeza de hogar y amas de casa que son aquellas que con su inteligencia se dedican al arte de enseñar. La mujer es un pilar fundamental dentro de la comunidad y una pieza esencial en la familia, por lo tanto, la pérdida de estas, por la falta de medios para cuidar de su salud, significa la desestabilización social y económica de los cimientos de la comunidad Wayuu.