'Sebastián de Belalcázar era un símbolo de humillación, de sometimiento y de imposición cultural para nuestros pueblos', Edgar Velasco, indígena Misak

Domingo, 11 Octubre 2020 22:08
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Edgar Alberto Velasco Tumiña es un joven indígena perteneciente a la comunidad Misak, nos cuenta en esta entrevista lo que significó que el conquistador español, Sebastián de Belalcázar, estuviera en un sitio sagrado para su pueblo en Popayán, la capital del departamento del Cauca. Velasco explica lo que se ha hecho y viene por hacerse tras el diálogo con el gobierno nacional.

|Imagen de Sebastián de Belalcázar||| |Imagen de Sebastián de Belalcázar||| Collage de Lily Tobo|Collage de Fátima Martínez|||
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¿Cuál fue su motivo principal tras la acción de derribar la estatua de Sebastián de Belalcázar?

El motivo principal de derribar a Sebastián de Belalcázar se desarrolló en el marco del juzgamiento histórico de las autoridades ancestrales Nu Nakchak del pueblo Misak, que junto con las autoridades del pueblo Nasa y el pueblo Pijao que hacen parte del Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente de colombiano AISO. Este juzgamiento se desarrolla ya que, hace más de 500 años cuando los españoles invadieron nuestro Nu Pirau lo que actualmente se conoce como América, cometieron delitos de lesa humanidad, tales como desaparición forzada, desaparición física y cultural de nuestros pueblos, traslado de comunidades enteras forzadas, persecución, violación a las mujeres de nuestro pueblo misak a las mujeres del Valle de Pubén, de Quito, del Valle del Cauca y de Cartagena por todos los lugares donde pasó Sebastián de Belalcázar junto con Juan de Ampudia y Pedro de Añasco.

Se hace este juzgamiento histórico por parte de nuestras autoridades ya que hasta hace poco, el 16 de septiembre del presente mes no habían sido juzgados por ninguna corte nacional ni internacional, por delitos que estaban ahí cometidos históricamente sobre nuestros pueblos, pero que gracias a que no lograron acabarnos completamente, seguimos ejerciendo justicia propia desde nuestras autoridades.

¿Qué significó que la estatua de Sebastián de Belalcázar estuviera en un lugar sagrado para ustedes?

Que Sebastián de Belalcázar esté en un lugar sagrado como lo es la pirámide de Tulcán, un lugar ceremonial sagrado para el pueblo Misak, es un símbolo que quisieron imponer, un símbolo de humillación, un símbolo de sometimiento, un símbolo de imposición cultural y política sobre la vida cultural de nuestros pueblos. Al mismo tiempo es una profanación que se desarrolla contra nuestro pueblo Misak y contra los pueblos del Valle de Pubén. Por eso, el 18 de septiembre se logra acordar con el gobierno nacional la restitución de la memoria colectiva territorial al pueblo Misak en el Valle de Pubén, para que este lugar sea protegido por parte de nuestro pueblo y sea protegido por todas las autoridades competentes, por ser un sitio arqueológico importante para la nación.

En el marco del diálogo en el día 24 de septiembre con delegados del gobierno, los ministerios de Interior y Cultura, se dice que le faltaron el respeto al pueblo Misak, luego de llegarse a un acuerdo. ¿Qué fue lo que pasó?

Sí, el 24 de septiembre en el marco de la asamblea permanente en el territorio ancestral Misak de la María Piendamó y en el marco de la mesa macro regional de Autoridades Indígenas de Sur Occidente, habíamos avanzado en el acuerdo para que Sebastián de Belalcázar no vuelva a la pirámide de Tulcán. Más allá de eso se había logrado avanzar en el reconocimiento como un sitio ceremonial sagrado para el pueblo Misak.

Tras este acuerdo habíamos seguido en la parte metodológica para decidir quiénes integrarían el desarrollo de este trabajo. Sin embargo, horas después, el gobierno se “patrició” en su decisión y no se pudo seguir el dialogo porque no hubo ninguna voluntad política por parte del Ministerio de Cultura, del Ministerio del Interior y de la alcaldía de Popayán. El gobierno nacional se levanta de la mesa, nosotros seguimos en diálogo permanente como nos ha caracterizado siempre haciendo un llamado al gobierno, para que no se levante de la mesa que sigamos cumpliendo la palabra. Entonces, exigimos la presencia directa de la ministra de Cultura.

La ministra de Cultura llegó el 25 de septiembre al territorio ancestral Misak, donde logramos acordar la ratificación de la memoria histórica identitario y territorial del pueblo Misak en el Valle de Pubén, como centro ceremonial y sagrado para el pueblo Misak. Además, se crea una subcomisión de la mesa AISO integrada por parte del gobierno nacional, departamental y local con sus ocho delegados, por parte de nuestro movimiento con ocho delegados, para la restitución de la memoria histórica territorial del pueblo Misak.

Pero finalmente, después de ese desencuentro que tuvimos, el 24 y 25 logramos avanzar en acuerdos con la ministra de cultura, con Carmen Inés Vásquez y con el viceministro Baena en el territorio con nuestras autoridades.

Según se sabe, dicha pirámide contiene una memoria histórica para el pueblo Pubenense o para el pueblo Misak, tras uno de los acuerdos donde dice que la pirámide de Tulcán del Valle de Pubén se declara territorialidad sagrada ancestral, identitario y cultural del pueblo Misak. Por parte del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) afirma que la pirámide de Tulcán es un patrimonio cultural de todos los colombianos, ¿hay alguna diferencia tras los acuerdos pactados?                                                                                                                              

Sí, la pirámide de Tulcán se ratifica en el marco de la mesa macro regional de las autoridades indígenas del sur occidente, en el marco de la asamblea permanente como un sitio ceremonial sagrado e identitario para el pueblo Misak en el Valle de Pubén, sobre esto en el acuerdo aparece que esto se da en el marco del cumplimiento del punto tres, del acuerdo del 18 de septiembre, que es la restitución de la memoria histórica territorial del pueblo Misak. Creo que esto debe quedar muy claro, hacia la opinión publica y frente a la academia.

Que este es el acuerdo general firmado, y es sobre este acuerdo general firmado, que vamos a avanzar en todos los procesos que se van a comenzar a desarrollar, de estudios arqueológicos e históricos. Que, si bien la pirámide de Tulcán está declarada como patrimonio de la nación, no puede construirse sobre un centro ceremonial sagrado sin el permiso del pueblo Misak descendientes de los Pubenenses. Esto hace parte de lo que tenemos que resolver entre la nación y nosotros en el marco de la restitución de la memoria colectiva territorial del pueblo Misak. Ese es el objetivo en el marco de este proceso, pero hay un acuerdo y eso es lo que debe quedar claro con el gobierno nacional.

Tras crear una mesa de reconstrucción histórica con ocho delegados del pueblo misak, al igual que otros ocho por parte del gobierno, y como garantes las tres universidades ¿Qué espera el pueblo Misak tras el estudio de la pirámide?

Tras el acuerdo que hemos llegado en la construcción, de la subcomisión de la mesa AISO con ocho integrantes por parte del gobierno nacional departamental, local y ocho integrantes por parte de las autoridades ancestrales Nu Nakchak del pueblo Misak, y el movimiento indígena del sur occidente, deseamos cumplir con el objeto de la restitución de la memoria histórica territorial del pueblo Misak del Valle de Pubén.

Digamos que tiene que ver con la restitución de la memoria histórica de nuestro pueblo y la restitución de la memoria histórica del Cauca de Colombia. Porque la restitución a la memoria siempre se da en relación a alguien o a otros pueblos o a otras realidades, en el marco del esclarecimiento histórico de quiénes habitaron antes de la invasión de los españoles. También, de los sitios ceremoniales sagrados que aún siguen existiendo y que deben ser protegidos por la nación en el marco de la restitución de la memoria histórica del pueblo Misak.

Tras el diálogo llevado en María Piendamó se mencionaron incumplimientos a acuerdos anteriores pactados por el gobierno con los Misak, ¿nos podría hablar un poco del tema?

En el diálogo del primer punto, era la exigencia de la restitución de la memoria histórica del pueblo Misak, que lo logramos. El segundo punto fue sobre las garantías para el acceso a los derechos territoriales, y logramos avanzar en cumplimientos de aquí hasta el 2022 también. Hay muchos puntos en la agenda por avanzar, como lo son: las garantías para la implementación de la política educativa propia de los pueblos que integra el movimiento; igualmente las garantías para la implementación del sistema de salud propia del movimiento de autoridades indígenas del sur occidente; temas de fortalecimiento de la autoridad propia, temas de fortalecimientos de los Pubenenses.  

Son muchos los puntos que la mesa aún no ha concluido. Esperamos muy pronto volver a reactivarlos y seguir los diálogos en los temas que nos falta.