La ‘teleconsulta’, un obstáculo para atender adultos mayores con diabetes en pandemia

Martes, 24 Noviembre 2020 23:54
Escrito por

Con la llegada del coronavirus las personas de tercera edad con diabetes tuvieron que emigrar a las consultas virtuales, modalidad de atención que significó para estos pacientes una limitación a la hora de comunicar sus síntomas de manera eficiente. 

El miedo al contagio es uno de los factores por el que los usuarios con diabetes no asisten a sus citas presenciales||| El miedo al contagio es uno de los factores por el que los usuarios con diabetes no asisten a sus citas presenciales||| @CanStockPhoto|||
3045

La emergencia sanitaria por el Covid-19 trajo cambios significativos en las formas de atención en salud, pasando de la presencialidad a la teleconsulta, una alternativa para dar continuidad al cuidado de pacientes.  Sin embargo, ha representado una dificultad para personas adultas mayores con diabetes, quienes presentan una falta de habilidad en el uso de herramientas tecnológicas e inconvenientes para verbalizar sus síntomas a los médicos.

Según Ingrid Juliet Mora Villareal, médica de evaluación y seguimiento en Aliansalud EPS, “durante la pandemia se redujo la cantidad de pacientes adultos mayores de 60 años diabéticos que asistían a sus controles médicos en modalidad presencial”. Esta disminución tiene que ver con la resolución 521 que expidió el Ministerio de Salud el presente año, donde se exige la no movilidad a personas de tercera edad con patologías crónicas. Lo anterior, con el fin de que no se contagien y padezcan complicaciones severas por coronavirus. Por otra parte, “aproximadamente el 80% de los adultos mayores de 60 años con diabetes mellitus, afiliados a Aliansalud EPS, han preferido hacer sus controles médicos mediante telemedicina interactiva”, agrega Ingrid Mora.

Limitaciones de la teleconsulta

En medio del Covid-19 un gran porcentaje de personas diabéticas de tercera edad vienen presentando problemas al hacer teleconsulta. De acuerdo con Elías Botero, Gerente General de Famisanar, en la EPS se han identificado tres dificultades principales, una es la ausencia de contactibilidad, ya que los usuarios en su gran mayoría no tienen la cultura para realizar actualización de datos. Asimismo, existe un desconocimiento en el uso de herramientas tecnológicas y dispositivos móviles. A esto se suma la precaria relación entre médico-paciente, puesto que las personas adultas mayores no están claramente acostumbrados a una interacción médica en modalidad virtual.

Ante su desconocimiento en la utilización de herramientas tecnológicas, “es importante que puedan tener un acompañante durante la consulta para mitigar estas dificultades”, expone Ingrid Mora. Este es el caso concreto de Rosalbina Merchán Rodríguez, mujer de 79 años con diabetes tipo II, quien cuenta con el apoyo de su hermana Mariela Acero para tener un mejor manejo de las plataformas. Rosalbina ha realizado teleconsulta tanto con la Asociación Colombiana de Diabetes como con Nueva EPS durante la pandemia.

Entre otras dificultades, una reciente encuesta del Observatorio Pulso del Consumidor de Sinnetic encontró que un 32% de las consultas se van en la explicación que el médico debe hacer al paciente sobre cómo usar las plataformas. El 29% de los pacientes reportan problemas para expresar adecuadamente los síntomas por los cuales consultan. Además, el informe muestra que el 17% registran que sus cámaras de celular o computador no son eficientes para mostrar pigmentaciones que podrían ser mejor apreciados de forma presencial.

Sobre lo último, Dilcia Luján, internista endocrinóloga de la Asociación Colombiana de Diabetes, afirma que el principal inconveniente de las teleconsultas para los médicos es “el riesgo en el diagnóstico, al no poseer un examen físico que se puede hacer en la parte presencial, el cual se carece en este tipo de servicio”. A esto agrega Elías Botero que la exploración física “es parte fundamental para el seguimiento de sus patologías, incluyendo el control de peso, actividad física, valoración de la piel, entre otros”.

Según Mariela Cero, con las teleconsultas, Rosalbina Merchán “ha perdido la costumbre de que el mismo médico le tome la tensión, la pese y le revise los exámenes”. Además, ha tenido dificultades con Nueva EPS, ya que los profesionales de salud le hacen formulas clínicas sin preguntar cómo se siente. También, le han postergado varias citas y recetado otros medicamentos distintos a la insulina, la cual requiere para tratar su condición. Otro problema de la teleconsulta está relacionado con la no disponibilidad de internet. Dilcia Luján asegura que esto “puede generar una falta de buena comunicación que permita al paciente escuchar, seguir las recomendaciones y contestar a las preguntas realizadas por el médico”.

Es necesario que las personas de tercera edad con diabetes sigan asistiendo a sus citas, realicen las tomas de laboratorio y reclamen sus medicamentos en momentos de Covid-19. De lo contrario, se estaría creando un problema mayor, ya que una diabetes no tratada puede generar tanto riesgo de muerte como el coronavirus. “Esto debido principalmente a un aumento del azúcar en la sangre que genera descompensaciones agudas (coma hiperosmolar, cetoacidosis diabética) o complicaciones crónicas (problemas circulatorios, alteración en el funcionamiento de los riñones, riesgo de una insuficiencia renal), entre otros”, expone Ingrid Mora.

 

La solución

A raíz de las limitaciones en las teleconsultas han surgido nuevas soluciones para facilitar a los pacientes adultos mayores con diabetes su manejo. Elías Botero señala que se debe establecer una flexibilidad en los horarios, ofrecer mayor oportunidad en la programación y brindar múltiples especialidades, entre ellas él envió inmediato de fórmulas derivadas en las atenciones.  Además, “se deben fortalecer las habilidades comunicativas para poder interpretar adecuadamente los signos y síntomas del paciente descritos durante la teleconsulta, con el fin de emitir un diagnostico acertado y así diseñar un plan de manejo acorde a sus necesidades”, afirma Ingrid Mora.

Para Dilcia Luján, las clínicas y servicios de salud que quieran prestar de manera eficiente el servicio de teleconsulta, “deben mantener la comunicación médico-paciente, la privacidad, el consentimiento verbal, la preparación de los profesionales de salud y la entrega adecuada de una formulación médica”.

Por su parte, el estudio de Sinnetic supone cinco pilares de intervención a tener en cuenta:

  1. Privilegios de red para telemedicina.
  2. Mayor educación sobre salud para que las personas puedan expresar sus síntomas a distancia.
  3. Seguridad informática que permita garantizar confidencialidad de expedientes médicos.
  4. Integración con plataformas cotidianas como WhatsApp para que la consulta médica no se interrumpa por ausencia de aplicación a funcionalidades de nuevas plataformas.
  5. Adaptación cultural del cuerpo médico para orientar la entrevista de forma remota bajo las limitaciones por el uso de sentidos como el tacto y la visión.

Si bien la teleconsulta ha significado un avance tecnológico importante para atender a pacientes de tercera edad con diabetes en medio de la pandemia, es necesario que se sigan buscando nuevas herramientas, con el objetivo de lograr una buena comunicación entre médico-paciente. Hoy carece de los métodos necesarios para hacer exámenes diagnósticos que sólo pueden realizarse de forma presencial y dar tratamiento a las patologías crónicas de adultos mayores.