“Por supuesto que el gobierno ofrece ayudas para el circo en Colombia, pero lo que no podemos decir es que sean muchas o la cantidad suficiente para todos los artistas. Así que las becas y estímulos terminan siendo tan solo pañitos de agua tibia que no logran solucionar el problema económico de fondo”, sostiene Juan David Villa, director de proyectos de La Ventana Producciones, productora artística de la escena del circo en Bogotá. Esta situación lleva a los artistas a conseguir oportunidades en el exterior. “Dos amigos están en Rumania precisamente por la falta de recursos en educación, creación y circulación de obras en Colombia”, confiesa Jhon Jairo Martínez, artista de circo.
Mejorar el panorama en cuanto a apoyos para el circo es un proceso. Hace algunos años, Idartes y el Ministerio de Cultura no daban tantos estímulos directamente al sector de circo. “Lo que considero normal porque el auge en creación y educación en circo contemporáneo es relativamente joven en Colombia”, asegura Andrea Paola Martínez, creadora y directora de la compañía DosPuntos Circo, que se dedica a la investigación, creación y circulación de espectáculos de circo contemporáneo.
De acuerdo con Rosa Elena González, asesora del área teatro y circo del Ministerio de Cultura, el área de teatro y circo en el Ministerio de Cultura se instauró en el 2006 como una decisión derivada del diálogo con la Mesa Nacional de Circo, quienes manifestaron la importancia de diferenciar al circo y el teatro. Pues, son áreas, campos de conocimiento, prácticas y procesos de formación artística diferentes.
“Por la escasez de recursos en el Ministerio, no fue posible lograr la independencia entre estas dos áreas artísticas, pero esa es la meta que queremos conseguir para el sector del circo”, afirma González. La difícil condición económica viene de que la inversión pública recomendada para el desarrollo del arte y la cultura del país debe ser aproximadamente el 2% del PIB del país, según la UNESCO, y en Colombia solo se está asignando el 0.14%.
A pesar de los pocos recursos, el área de circo y teatro ha ofrecido estímulos a los cirqueros independientes y a las compañías de circo, mediante categorías únicamente para el sector de este arte, así como la posibilidad de participar en las becas mixtas, tanto para teatro como para circo. Algunos de los fondos que el Ministerio de Cultura e Idartes brindan a miembros del circo en Colombia, se pueden ver en la siguiente infografía.
“Fuimos ganadores de la beca de larga trayectoria del Ministerio de Cultura y con ese dinero creamos un programa de formación de cuatro meses”, cuenta Luisa Montoya, directora y creadora de La Gata Cirko, una compañía de circo contemporáneo. Ese programa incluía cuatro talleres, cada uno de 32 horas, en donde enseñaban técnicas que vienen de otras artes escénicas como análisis de movimiento, acciones físicas, somática y dramaturgia de movimiento para completar y perfeccionar la formación del cirquero.
La beca, también, ayudó a que los estudiantes hicieran un pago menor a lo que hubiera costado realizar estos talleres de forma independiente. Montoya aclara que la beca financia entre un 60% y 70% de los recursos necesarios para estos cursos. Incluso, las personas tenían la posibilidad de ganarse un descuento por pagar todas las clases del programa y el privilegio de ser educados con gran dedicación a su proceso, porque los cupos de las clases eran de más o menos dos cirqueros. “Nuestro deseo era continuar con este programa porque dio muy buenos resultados, pero a estas becas uno no puede aplicar dos veces seguidas entonces, el programa se quedó ahí”, añade.
Frente a esta queja, Rosa Elena González, responde que las compañías pueden presentarse cada año de por medio al Programa Nacional de estímulos gracias a una solicitud del mismo gremio, quienes consideraban injusto que todos los años ganaran los mismos y no le dieran más oportunidades a todo el sector. Sobre esto, Luisa Montoya asegura que esto no beneficia a los estudiantes de los programas que quedan inconclusos debido a que muchos de ellos no tienen los recursos para pagar su educación en este arte, ya que viven del día a día en el semáforo y los eventos del mes. Aparte, conseguir un crédito es muy difícil porque no es educación formal.
Teniendo en cuenta los apoyos que el gobierno nacional le da al cirquero en Colombia, Luisa Montoya y Erika Ortega no pudieron evitar las comparaciones. En países como Francia, Alemania y España existen fondos nacionales destinados a la subvención de los artistas de circo. “Los gobiernos entienden que el artista se tiene que preocupar por crear e investigar, no por mirar cómo hace para que la gente venga a verlos y obtener dinero para poder crear. Es muy loco, acá creamos en condiciones extremas”, reclama Ortega. De acuerdo con Montoya, esos sueldos no significan que los artistas quieran que el estado deba pagar todo, sino que estos aseguran la continuidad en la circulación y formación de los artistas.
Como soluciones para estas adversidades, el gremio se ha organizado para buscar nuevas y mejores oportunidades desde sus propias apuestas empresariales y políticas. La Mesa Nacional de Circo es una de las instancias que crearon los artistas para trabajar en su beneficio. Erika Ortega, miembro de esta organización, explica que se creó hace 10 años de manera altruista para proteger los derechos de un sector cultural que estaba desprotegido.
Tatán Hernández, artista de circo, asegura que La Gata Cirko, Muro de Espuma y La Ventana Producciones son tres organizaciones legalmente constituidas que no solo han buscado su beneficio propio, sino que también han trabajado para crear posibilidades para todo el sector. Lo cual implica la producción, redacción y creación de proyectos para las convocatorias del Ministerio de Cultura en los programas de concertación, porque son las únicas capacitadas para ejecutarlos por su reconocimiento legal.
“A las malas nos hemos vuelto expertos en gestionar, formular, escribir e imaginar proyectos para que el lugar no muera”, manifiesta Erika Ortega. Según Hernández, este no es el caso de todos los artistas, muchos prefieren ir al semáforo a conseguir su sustento diario que escribir proyectos. "Es por esto que en las convocatorias se presentan los mismos cuatro o seis, en un sector con más de 3 mil artistas que necesitan esa financiación. Si la gente no se presenta, pues se le da el apoyo a los pocos que se inscriben y el resto de apoyos se pierden”, coinciden Hernández y Andrea Martínez.
El problema recae en la formación de los artistas. Las academias en Bogotá se concentran en enseñar la técnica y propender por el entrenamiento constante, pues los recursos no alcanzan para educar en las demás áreas de conocimiento del circo como la gestión de proyectos. Entonces, ¿cómo crece un artista de circo con talento, entrenamiento y esfuerzo, pero sin becas, estímulos o apoyos económicos?