La llegada del coronavirus al país afectó múltiples sectores, las finanzas de pequeños y grandes empresarios se fueron a pique, el alto costo de vida y la pérdida de ingresos se convirtieron en una realidad de la que ni las Iglesias pudieron escapar.
Durante marzo, justamente al inicio de la cuarentena, a nivel nacional resonó la noticia del pastor Miguel Arrázola, pastor de la Iglesia Ríos de vidaRíos de vida está ubicada en Cartagena, Colombia, se consideran como la comunidad del espíritu santo y de las familias. Sus pastores principales son Miguel y María Paula Arrázola.riosdevida.org, quien pidió a los fieles no dejar de pagar el diezmo para protegerse contra el nuevo coronavirus y abrió para su iglesia un canal virtual para el cobro del diezmo. La polémica se desencadenó cuando Arrázola y su esposa, María Paula Arrázola, realizaron un en vivo en redes sociales donde insistían en el recaudo de los dineros aportados por los fieles en lugar de una preocupación por el bienestar espiritual de la comunidad a inicio de la pandemia. “Quiero animarte en este tiempo de pandemia, de virus, que estemos acuartelados de que sigamos dando al señor nuestros diezmos y nuestras ofrendas”, dijo el matrimonio en el video.
Y aunque en principio el argumento del pastor fue todo un escándalo, a lo largo de los meses esta situación sería igual para todas las iglesias. Los diezmos, también llamados donaciones por los creyentes, se empezaron a realizar por medio de consignaciones virtuales, como aplicaciones para teléfonos inteligentes e incluso, por almacenes de cadenas, como fue el caso de los medios de pago establecidos por el pastor de la Iglesia Ríos de vida.

De acuerdo con el informe “Tratamiento contable de las finanzas de la Iglesia cristiana” publicado por la Universidad de la Salle, para el 2017 el Ministerio del Interior registró más de 6.500 congregaciones en el país. Además, afirma que la gran mayoría de estas comunidades obtienen sus ingresos principalmente del diezmo. Este aporte es recolectado por la iglesia de forma semanal, quincenal o mensual y corresponde al diez por ciento de los ingresos del feligrés; mientras que con las ofrendas, el fiel decide cuánto dará y con qué fin específico se usará.
Para Alejandro Moreno, quien es
practicante de la religión
evangélicaEvangélico El término, en latinoamérica, suele usarse para referirse a todo culto cristiano protestante o no católico, es decir, a toda religión que fundamente sus creencias en Cristo y el nuevo testamento. desde hace 30 años y actualmente vive su fe como feligrés de la iglesia El Lugar de su Presencia en Bogotá, pagar diezmo es parte de su vida diaria ya que opera como el pago de cualquier factura electrónica. “La iglesia al igual que una empresa, tiene la posibilidad de hacer los diezmos y ofrendas de manera virtual. Mandan unos enlaces a través de la página web y en los en vivos de Youtube, donde uno lo puede hacer virtualmente, desde su casa como se hace con los recibos públicos” afirmó Moreno.
Según María Eugenia Hernández, antropóloga experta en religiones del Centro de Estudios Teológicos y de las Religiones (CETRE)CETRE El Centro de Estudios Teológicos y de las Religiones- CETRE es una unidad académica de la Escuela de Ciencias Humanas dedicada al estudio interdisciplinario e intercultural del fenómeno religioso en la Universidad del Rosario,Colombia Escuela de ciencias Humanas de la Universidad del Rosario, los fieles durante la pandemia siguieron teniendo presente su deber o su obligación con la congregación. “Estando lejos, que los fieles de las iglesias sigan entregando sus diezmos, para ellos una regla cumplir con esa obligación, pero esto también depende de la capacidad económica de las personas para seguir manteniendo el diezmo”, comentó la experta.