Inicio Falso estigma Orígenes Peligros del estigma
ORÍGENES DEL ESTIGMA

Por: Karen Sánchez y Luz Rojas

“Tengo familiares que me han llamado guerrillero y una vez en Transmilenio me gritaron: ay, este mamerto”, afirma Julián Moreno, joven marchante de Bogotá. Los términos que más se utilizan para hablar sobre los que salen a marchar, son ´guerrillero´ y ´mamerto´. Pero ¿de dónde vienen estos estigmas.

Los orígenes de este estigma se remontan a varios años atrás. Según Jerónimo Castillo, director del área de seguridad y política criminal de la Fundación Ideas Paz (FIP), el proceso de estigmatización de la protesta social en Colombia viene desde los años 50, sobre todo hacia la nueva generación. “Siempre se relaciona la protesta social a los jóvenes, porque ellos son los que siempre salen a protestar y son los que representan las estructuras de cambios”, argumenta Castillo.

Y para Wilson Gómez, profesor de la Universidad del Tolima y doctor en Ciencias Sociales, la estigmatización de la protesta en Colombia se remonta a los años 60 con el auge de las movilizaciones estudiantiles. Para Gómez, los marchantes empezaron a ser identificados por el gobierno y los medios como ‘instigadores profesionales’ y fueron relacionados al desorden social. Estas estigmatizaciones se agravaron en los años 2000 cuando se asoció a los manifestantes con el terrorismo. “Ese discurso público lo que hacía era señalar a la protesta social como un brazo político de la insurgencia” explica el experto.

Según Gómez, uno de los grupos que más se ve afectado por el estigma de ‘guerrillero’ o ‘vándalo’ es el estudiantil. Sobre todo, el perteneciente a universidades públicas. Para el experto, la idea de que estos lugares son, supuestamente, espacios de formación profesional de guerrilleros tiene un trasfondo. Esa noción, “ha estado en las protestas de encapuchados de que son gente que está formándose profesionalmente para tomar las armas y disputarle al Estado el poder”, afirma Gómez.

Políticos replican este estigma. Foto: Twitter

Además, no solo es que exista una valoración negativa hacia la manifestación social, sino también que figuras políticas o representativas repiten estos mismos estigmas.

Estos términos se reproducen no solo en redes sociales, sino también en medios de comunicación. Según Sebastián Lalinde, abogado de la Universidad EAFIT y autor del libro Elogio a la Bulla: protesta y democracia en Colombia, las personas son influenciadas por los medios de comunicación. El problema de esto es que “los medios suelen enfocarse en las protestas que se tornan violentas”, argumenta Lalinde.

Según Mauricio Alvarado, periodista y reportero gráfico de El Espectador, la responsabilidad del gremio es contar una historia sin manipular las escenas. Esto es ir más allá y contar qué motiva la protesta. Para Alvarado la idea es que cuando se vuelvan a ver esas fotos, se conviertan en archivos para que, “sea posible comprender que ese levantamiento del pueblo es la reacción a la injusticia, la desigualdad y la opresión por parte del gobierno de turno”, afirma el fotógrafo.

Políticos replican este estigma. Foto: Twitter

Jerónimo Castillo señala que Colombia es un país con ciudadanos muy intimidados. “Somos una comunidad de fuga y no de lucha, eso hace que no tengamos una valoración positiva sobre la protesta”, explica Castillo. Es decir, huimos de nuestros problemas, pero no los enfrentamos.

Escrito por Karen Sánchez y Luz Rojas Fotografías: Alejandro Zabala