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FALSO ESTIGMA

Por: Karen Sánchez y Luz Rojas.

Alejandro Zabala es un joven universitario estudiante de periodismo. En las marchas, sale como periodista freelance y usa su cámara para captar lo que pasa en las protestas sociales. Zabala ha tenido que lidiar con los estigmas cuando sale a marchar, su familia y amigos le comentan que, “mire que si es verdad que son vándalos, otros dicen que esa protesta está mal”, comenta Zabala sobre los comentarios que le han hecho.

Pero el vandalismo no es el único estigma que hay alrededor de la protesta social. Este reportaje les presenta una serie de falsos estigmas y su explicación. Coloque el cursor sobre las imágenes para conocer más:

Son unos guerrilleros y mamertos

Uno de los principales estigmas sobre los protestantes es la de 'guerrillero' o 'mamerto'. Estigma que se ve en las redes sociales.

Para Sandra Botero, experta en Derechos Humanos, politóloga y doctora en estudios políticos, esta idea sigue tan latente por la tradición de conflicto que tiene en el país. “La protesta y las manifestaciones de izquierda se asocian con la guerrilla en Colombia, tenemos un problema de estigmatización porque todo se tiende a asociar con la guerrilla”, afirma Botero.

Además, para Sebastián Lalinde, abogado de la EAFIT y autor del libro Elogio a la Bulla: protesta y democracia en Colombia, una de las primeras estigmatizaciones es la de grupos armados infiltrados en las protestas. “Lo que uno suele ver es que las personas que dicen esto casi nunca tienen pruebas, y eso lo que genera en la ciudadanía es esta idea de que quienes protestan son vándalos o pertenecen a un grupo armado”, asegura el experto.

Son unos vagos y no tienen nada que hacer

De acuerdo al CINEP, en su mayoría, la protesta está relacionada con garantías laborales y el inconformismo con el gobierno.

A juzgar por Juan Carlos Ruiz, profesor en la Universidad del Rosario y doctor de la Universidad de Oxford en ciencias políticas, “las violencias urbanas que se han dado en las últimas manifestaciones con vandalismo obedecen a varias cosas, desde los jóvenes que no tienen mucho que hacer y se citan por redes sociales para pegarle al ´tombo´, es casi una actividad lúdica para pasar el aburrimiento”, afirma Ruiz.

Pero, según el reporte trimestral Movilización por la paz, una estrategia de participación del CINEPCentro de Investigación y Educación Superior, fundación sin ánimo de lucro colombiana. Se fundamenta en la producción sistemática de información, en la reflexión con rigor investigativo, en las propuestas de educación popular para el fortalecimiento de las organizaciones y las comunidades, y en una acción de incidencia intencionada en lo público. , la acción de salir a marchar no es un acto desprendido de la realidad. Más bien, es una lucha social, política y económica que busca superar los conflictos que tiene el país.

Además, un análisis de la
FIPFundación Ideas para la Paz es un centro de pensamiento independiente creado en 1999 por un grupo de empresarios colombianos. Su misión es generar conocimiento, proponer iniciativas, desarrollar prácticas y acompañar procesos para contribuir a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia. sobre la protesta social, explica que quiénes salen a marchar no son únicamente jóvenes. Hasta 2016, las comunidades participaron en más del 30% de las movilizaciones y los educadores, transportadores y estudiantes, en alrededor del 10% de ellas.

En su mayoría, la motivación de las protestas estaba relacionada con la inconformidad que tienen los protestantes sobre garantías laborales. También con los servicios y bienes públicos, el inconformismo con el gobierno local o nacional, la tierra o vivienda, y las garantías de justicia o seguridad.

Todas las protestas son violentas y con vándalos

Según Sebastián Lalinde, los medios suelen centrarse en las protestas violentas.

Para Lalinde cuando hay protestas, los medios de comunicación, casi siempre, reportan las manifestaciones violentas y esto genera el imaginario de que siempre terminarán así. “Pero si uno mira los datos sobre la cantidad de protestas que terminan en violencia en realidad son una mínima parte sobre el volumen total que se generan en el país”, afirma Lalinde. Según datos de la FIP, en 2017, solo una de cada 20 marchas terminó en acciones violentas.

El resultado de que se crea que todas las protestas son violentas es que se pierde la credibilidad de la misma. Para Alejandro Zabala, estudiante de periodismo y marchante, “los cuerpos policiales, el gobierno y, en general, la ciudadanía que apoya esa idea de que todos los manifestantes son vándalos, o su gran mayoría, logran crear un estigma en la protesta social”. Para el estudiante, esto deslegitima todas las luchas por las que se sale a marchar.

Escrito por Karen Sánchez y Luz Rojas. Fotografías: Luz Rojas