Todos los días son iguales. Ambos se levantan a las cinco de la mañana para empezar un nuevo día de estudio. Ellos son Andry y Thomas, dos niños del colegio San José de Castilla de quinto grado, que presentan

Debido a su enfermedad, ambos están en silla de ruedas. Al salir de sus casas, sus papás realizan un gran esfuerzo. Los alzan, los sientan en el carro, les abrochan el cinturón y se dirigen al colegio.

Andry y Thomas son compañeros de clase, sus papás decidieron que su educación primaria debía ser en un colegio del Distrito. Al llegar a la institución, son recibidos por su profesora Beatriz. Sus compañeros son muy amables, los ayudan a sentarse en sus respectivos puestos, les pasan sus cuadernos y a ¡estudiar!

Durante la clase, intentan incluirlos en todos los temas que la profesora está explicando, la célula, la suma, la resta, la división, las partes del cuerpo y unas cuantas otras. A veces participan. En ocasiones trabajan en escritura, ninguno de los dos domina bien el lápiz, pero hacen su mejor esfuerzo. Mientras transcurre la clase de ciencias, Beatriz deja un taller y se enfoca especialmente en Andry y Thomas. Es momento del dictado. La partes de la células son el tema a evaluar. Ambos se ríen e intentan escribir.

Como Andry y Thomas, según el DANE, hay aproximadamente 18 mil niños en condición de discapacidad que estudian en colegios del distrito. Esto se debe al programa de inclusión planteado por la Secretaría de Educación. El presente especial multimedia, pretende mostrar la calidad de vida de los estudiantes que pertenecen a este programa, su día a día, sus beneficios y limitaciones.